Capítulo 16

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Tony se sentó frente a su esposo, este descasaba y Tony no podía evitar observar los monitores que controlaban el estado de Steve, mantenía sujeta una de sus manos huesudas, su alfa había bajado mucho de peso desde que se conocieron en aquella primera cita, por lejos el mejor día en toda la vida de Tony, y se atrevía a afirmar que también para Steve. En una semana se cumplirían el plazo que los médicos dictaminaron que era el tiempo de vida que Steve tendría, ahora con el tratamiento la esperanza de vida aumentaba, aunque para Tony el miedo de perder a su alfa rondaba su cabeza.

Cada vez que cerraba sus ojos sentía que al abrirlos se encontraría con la horrible noticia de perder al amor de su vida, ya no lograba dormir en paz, tenía tanto miedo que había olvidado lo que se sentía poseer tranquilidad.

—Deberías comer algo. —sugirió Carol, quien le traía en una bandeja un emparedado, una taza de café y una fruta.

—No tengo hambre... —respondió tranquilo, sin dejar de observar a su amado, que dormía pacíficamente, con las ojeras marcadas, con la pañoleta rodeando su cabeza, ahora sin ese hermoso cabello dorado.

—Tony... No hagas esto, no es saludable para ninguno de los dos. —dijo la alfa, observando desde su lugar al omega, que aunque no lo veía directamente, lo notaba decaído.

—No tengo ganas de nada... Simplemente no tengo ganas de comer...

—Lo sé, pero piensa en Steve, si tú te encuentras bien, él lo estará. —comento Carol, pero Tony no respondió y ella entendió que no lograría nada si continuaba con la conversación.

Carol suspiro y termino por dejar la comida en la mesa desocupada cercana a la puerta y se retiro en silencio, dejaría que el castaño estuviera en paz, junto a su esposo, tal vez su presencia solo molestaba a Tony, y era lo que menos quería hacer. 

Mientras que Tony se mantuvo en el mismo lugar, casi sin pestañear, cada acción de él era automática, como un robot  al que se le está agotando lentamente el tiempo de uso.

Steve la noche anterior había vomitado, además de haber sentido picazón en toda su piel, su rostro alguna vez alegre y optimista ahora reflejaba cansancio y Tony por su parte se encontraba agotado de todo esto, del miedo, la incertidumbre y poco a poco perdía la esperanza.

Tony suspiro y acaricio la mano de Steve la que sostenía desde hace unas horas —Te necesito a mi lado... siempre te necesitare.

El castaño miro el rostro de su amante, le acaricio con dulzura, casi de inmediato se acercó y le dio un beso, para luego volver a sentarse, afirmar su frente en la mano de su esposo, la cual continuaba teniendo calidez.

Comenzó a llorar en silencio, como acostumbraba desde hace un tiempo atrás, las lágrimas recorrían sus mejillas, humedecieron las sábanas blancas y tenía un asfixiante dolor de garganta, tenía sueño, le dolía la cabeza, quería dormir y saber que al despertar tendría a su alfa a su lado, sano y a salvo.

Lo observo por un rato más, hasta que sintió como sus ojos comenzaban a cerrarse por el sueño.

Por otra lado Steve había estado soñando algo bueno, con su omega como protagonista, literalmente, todo lo que rodeaba a su omega era luz, su esposo luciendo su hermosa sonrisa, vistiendo una de sus camisas cuadrilles y nada más que eso, le decía que lo amaba, dejaba entrever ese trasero que para él siempre fue el paraíso. Realmente era el mejor sueño de su vida... Y por suerte para él, cuando despertó, su amado protagonista se encontraba ahí, junto a él, siendo tan hermoso y espectacular como siempre.

Strange entro al cuarto, encontró al omega durmiendo en una mala posición sobre la camilla de su esposo, Steve le observaba en silencio, acariciándole el cabello, lo que resulto lindo y triste a la vez.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora