Capítulo 19

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Peter cargaba un hermoso ramo de rosas amarillas, en su mochila llevaba unos comics, además de un juego de cartas, vestía una camiseta roja, unos pantalones de mezclilla y zapatillas de lona, caminaba con prisa e incluso algo de nerviosismo,

Abrió la puerta transparente de la entrada, cediendo el paso, a una mujer que traía en brazos a su hija de no más de 1 año de edad, está agradeció y sonrió, el correspondió el gesto, para después continuar su camino e ingresar al hospital donde hasta hace un tiempo atrás estuvo internado el señor Steve.

Venía a visitar a su nuevo amigo, bueno, amigos no era precisamente cómo definiría la relación que ambos llevaban, se conocían desde hace unas 5 semanas, Peter venía por las tardes casi todos los días de la semana, luego de salir del instituto o de visitar al señor Steve y a Tony.

Saludo a los guardias de turno, saludo a la recepcionista y luego de eso se subió al ascensor, apretando el botón para subir al cuarto piso, donde se encontraba internado desde hace un tiempo su nuevo amigo.

Conocía a las enfermeras del hospital del turno de la tarde, algunas eran muy amables con él, otras no tanto, o al menos no se molestaban en fingir simpatía.

―Buenos días. ―saludo de inmediato a la ya conocida enfermera que siempre trabajaba en este horario. ―digo, buenas tardes, señorita Althea.

―Señor Parker, otra vez aquí. ―comentó la enfermera con una sonrisa, Peter solo sonrió con las mejillas ligeramente rojas.

― ¿Cómo amaneció hoy...? ―cuestionó el alfa de inmediato, acomodando su cabello, mirando a la mujer ya mayor, que le sonreía con amabilidad.

―Bueno, como siempre, coqueto y grosero como es habitual en el... ―dijo que no quería ver a nadie. ―dijo con una sonrisa, estaban acostumbrados a los cambios de humor del omega. ―si te refieres a su salud, el día de hoy está estable.

― ¿Puedo pasar a verlo?

―Por supuesto, sé que estará feliz de verte, por qué no aprovechas y llevas estas revistas que pidió.

―Bien, muchas gracias señorita, disculpe. ―Peter se despidió con una gentil sonrisa y caminó en dirección al cuarto del hospital donde se encontraba su amigo.

Al se quedó observando al joven caminar con prisa, era tan tierno y sus emociones muy transparentes.

― ¿Otra vez viene a verlo? ―cuestionó la alfa, enfermera que acababa su turno de trabajo. ―no deberías permitirle el ingreso, solo es un niño, además no son parientes.

―Sabes que le hace bien ver al muchacho, no te coloques celosa Vanessa.

―No estoy celosa, menos de un niño... Wade no está interesado en nadie en estos momentos, lucha por su vida.

―Claro. ―dijo la enfermera, era evidente que la alfa estaba celosa, Pero los sentimientos que ella tenía no eran correspondidos por el omega, menos ahora que ese tierno niño había llegado, sabía que Vanessa ya lo había notado. ―ve a descansar.

―Sí, adiós Althea. ―se despidió Vanessa agitando su mano derecha, camino a los vestidores, quería despedirse del omega, pero no quería ver al mocoso que sonreía inocentemente, conocía a los de su clase, eran los peores.

Peter al llegar a la habitación de su amigo tocó la puerta, al abrirla se encontró con el omega, estaba sentado en la camilla, con la bata típica de hospital, no traía esta vez ni una pañuelo o un gorro que cubriera su cabeza completamente calva debido a las quimioterapias que se realizaba... su mirada estaba perdida en dirección a la ventana, Peter deseaba tanto calmar los fríos sentimientos que le oprimen el pecho a su preciado omega.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora