Especial 3. Ayuda

717 85 0
                                    

Carol mantenía tomada la mano de su esposa, mientras observaban a su única hija, Mónica, que jugaba junto a otros niños y niñas del lugar.

Carol Danvers era dueña junto a su esposa María Rambeau, de un pequeño bar ambientado en los años 90' negocio que sacaron adelante con mucho esfuerzo, como pareja, colegas y mejores amigas.

Ella y su omega eran grandes amigas desde pequeñas, Carol siempre la amo, pero la omega fue obligada a comprometerse con otro alfa cuando llego su primer celo, a los 13 años, María acepto el compromiso porque era lo correcto, un alfa del mismo tono de piel que ella, porque era lo que sus padres desearon y por qué nunca pensó que ella seria correspondida por Carol. Así se llegó al acuerdo de parte de ambas familias, que ella y su prometido se casarían cuando cumplieran la mayoría de edad.

Carol soportaba al arrogante alfa que pretendía a su amiga, apretaba los puños cuando descubría como el alfa intentaba parecer interesante, cuando tenía citas con la mujer que ella desde pequeña considero suya.

Vivió con los temores de no ser lo suficiente para María, ella era un omega preciosa, fuerte, valerosa, siempre era alegre y optimista, habían tantas razones para darse cuenta cuanto la amaba... pero no podía confesarlo, o eso le hicieron creer sus padres.

Hasta que Carol un día no soporto más el calvario, se aromo de valor... Una vez se quedó callada y estaba a punto de perder al amor de su vida, no lo haría una segunda vez, no entregaría a su destinada, ya había cometido el error de escuchar a sus padres y a los de ella, sobre callar lo que sentía por María.

El día de la boda se robó a la novia, la decisión más acertada en el mundo, aunque ambas perdieron a sus respectivas familias, aunque no les importaba perder el mundo si se tenían la una para la otra, eran felices ellas dos, ellas contra el mundo... El amor venció, y era lo realmente importante.

Ambas aun con un futuro incierto, construyeron una relación basada en la confianza y el amor... Aunque no podían evitar ser víctimas de la discriminación, pues tuvieron que luchar contra la sociedad debido a su relación, pues al parecer a las personas parecía molestarle que una alfa rubia saliera con una omega afroamericana.

Ambas formaron parte de las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos, ambas eran excelentes pilotos, sin importar el subgénero que poseyeran.

Cuando tuvieron el dinero necesario, decidieron que debían embarcarse en su más grande aventura, formar el sueño común que tenían, un negocio en el que ambas trabajaran, siempre juntas, sin el miedo a perder a su pareja en alguna misión secreta.

Y después de un año de la apertura de su negocio, tuvieron a la pequeña Mónica, alfa como su madre, pero heredo la belleza de su mamá omega.

Ahora el matrimonio se encontraba en el parque, su pequeña estaba jugando en el columpio, mientras la pareja estaba sentada tomadas de las manos... Ambas amaban el cielo, volar por los aires, pero, cuando tenían los pies sobre la tierra era cuando ambas podían demostrarse cuanto se amaban.

―Cuando Mónica se duerma te demostrare cuanto te amo... —susurro de manera vulgar la alfa mientras sus manos acariciaban las piernas de su esposa, sentía el encantador aroma de su omega, dulce, tímido, refrescante, que le enloquecía.

―Para Carol... ―dijo alegre la omega, amaba a su pareja, pero estaban en público.

―No finjas, sé que quieres hacerlo, Mónica estará cansada, así que dormirá toda la noche...

―Si... ―dijo la omega, abrazo a su esposa, hasta que vio a su hija charlando con un anciano, o eso suponía por la cabellera blanca. ― ¿Esa no es Mónica? ―Carol de inmediato se dio la vuelta, viendo a su hija hablar con un extraño.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora