Capítulo 1

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La compasión y la lástima era el pan de cada día en la vida de Steve, "lo siento", "lo lamento", "eres tan joven..." era lo que Steve siempre oía de las personas cuando se enteraban que él, el amable Steve Rogers estaba desahuciado, del temido diagnóstico de Cáncer Terminal.

Había luchado, muchos le decían que guardara esperanzas, ¿pero dónde? Lo había dado todo y aun así su enfermedad no se detenía. Probó de todo pero algunas cosas están destinadas a suceder, en este caso, la muerte.

A su novia, la bella Peggy, le contó la verdad cuando estaba a mitad de su tratamiento, cuando aún existía una esperanza, pero ella se había ido, Steve admitía que era su culpa, la alejó, pero el alfa no fue lo demasiado persistente para que ella se desapareciera de un día a otro, con un simple "Perdón " y un beso en la mejilla.

Sharon fue su otra novia, que al enterarse de su enfermedad simplemente decidió dar un paso al costado, la entendía, después de todo ¿Por qué una chica con un futuro prometedor uniría su vida a un hombre que terminaría muriendo en un corto tiempo?

Steve simplemente no tenía suerte en el amor, la salud o la fortuna, así que simplemente esperaba pasar sus últimos días en paz, junto a sus padres, sus amado padres, quienes parecían cada día más demacrados, ver partir a tu hijo rompía el orden natural, se supone que él debía despedirlos, no ellos a él.

En la humilde y bella casa de la familia Rogers se encontraba un grupo de amigos animando al primogénito del hogar, alfa de cabello rubio y encantadores ojos celestes.

—Vamos Steve debes disfrutar de la vida. —comentó Natasha Romanov, su amiga alfa, la encantadora pelirroja.

—No tengo tiempo. —respondió tajante el alfa de cabello rubio.

—Steve entonces disfruta lo que te queda... No quiero verte encerrado en este lugar, vive ahora, el momento. —comentó esta vez Bucky, su mejor amigo, quien era un alfa, casado hace un año, con su omega Sam Wilson, otro fiel amigo de Steve.

Steve miro a sus amigos, realmente preocupados por él, ellos insistían que él debía conocer a otras personas, con la esperanza que encontrara el amor, tener nuevos pasatiempos o continuar con la vida que tenía hasta hace unos años atrás como pintor, pero ¿de que servía todo eso? Si ahora sabía que en unos meses terminaría muriendo, no le quedaba más de un año por vivir -incluso podrían ser meses- y su final no sería agradable, sería una carga para quien estuviera a esas alturas a su lado.

Aunque entendió con el tiempo, que ahora no luchaba por él, porque él se iría, pero eran sus amigos y su familia los que quedarían atrás, con culpas, remordimientos o frustraciones... Eran ellos los que llorarían su partida, era por ellos que debía vivir el poco tiempo que tenia de vida, realmente vivirla, luego descansaría de todo.

Tras las insistencias de sus amigos, finalmente accedió, iría a una cita a ciegas, la cual aceptó porque sabía que no conocería a nadie que realmente le importara. Además esta era la manera más efectiva de complacer a sus amigos y que estos pararan de pedirle que saliera y tuviera citas, si esta no funcionaba -cosa que esperaba- tendría la excusa perfecta para no tener ninguna más.

 Además esta era la manera más efectiva de complacer a sus amigos y que estos pararan de pedirle que saliera y tuviera citas, si esta no funcionaba -cosa que esperaba- tendría la excusa perfecta para no tener ninguna más

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Era sábado, se reuniría con su cita a ciegas en un restaurante que sus amigos le recomendaron, humilde, barato, rustico y con excelente atención.

Después de vestirse con unos jeans azules, una camisa de leñador de color azul, una camiseta blanca y unos botines negros se despidió de sus padres, quienes parecían encantados y aliviados por verle hacer una vida normal, dentro de lo que se podía.

Tomo un taxi, algo ansioso, hace mucho que no tenía una cita y no podía evitar sentirse nervioso, pero no tenía mayores expectativas.

Frente al restaurante donde se encontraría con su cita se arregló la camisa e ingreso con prisa. Al entrar sintió ganas de vomitar por las mezclas de aromas, en su mayoría alfas que liberaban aromas para marcar territorio, jamás le habían gustado los restaurantes por esta razón.

Busco con cuidado la descripción de su cita y simplemente quedo maravillado, esos ojos cafés, el hermoso cabello castaño, la silueta encantadora. Sintió que comenzaba a babear.

Camino de prisa, el chico era tal cual en la descripción "joven omega de cabello castaño, con traje negro, barba de candado y lentes oscuros". El omega era un ser precioso y elegante.

En segundos ya estaba frente a la mesa, sus latidos eran acelerados, su alfa enloqueció, era su "destinado", su "alma gemela".

—Hola, tú debes ser Steve Rogers, yo me llamo Anthony Edward Stark, pero me gustaría que me llamaras Tony. —dijo el omega apenas le vio, ofreciéndole la mano para que se dieran un apretón de manos.

Steve tomo de inmediato la mano del omega, de inmediato noto que era la piel más suave que había sentido en toda su vida, Steve no puedo evitar su impulso y simplemente beso la delicada mano del omega.

Mientras que Tony le observaba embobado, animado y algo acalorado.

Steve quedo prendado de la hermosa forma de ser del omega, de sus comentarios sarcásticos, se su bondad, de su ironía, no solo era físicamente hermoso, su personalidad era hechizante.

Steve había ido a la cita para complacer a sus amigos, mientras que Tony iba por que verdaderamente busca el amor, Tony lo tenía todo, al menos eso parecía, dinero, buena salud, amigos, fortuna... Pero lo que siempre anhelo y jamás encontró fue el amor. Tuvo muchas citas, pero todas terminaban en fracaso, para muchos la personalidad salvaje e indomable de Tony era una molestia, como también darse cuenta que el omega no era precisamente un omega sumiso, pues Tony jamás se dejaba intimidar por los alfas.

Al observar a Steve puedo encontrar en el alfa a una persona auténtica, que no le prestó atención al apellido que poseía y lo más importante, le escucha a él, a Tony.

A medida que los segundos pasaban Tony deseaba que el alfa le prestara completa atención a él, que quedara maravillado con él, como el quedo prendado del alfa.

Steve en ese momento sintió miedo, cuando noto que no podría dejar ir al omega... Un terror que le comenzaba a asfixiar. Su pecho pedía a gritos tener una vida larga para conocer a Tony, pero él no podía ofrecerle más que unos cuantos meses. Tenía miedo y fue egoísta, por que omitió el importante detalle que estaba desahuciado.

 Tenía miedo y fue egoísta, por que omitió el importante detalle que estaba desahuciado

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Espero que les guste el capítulo. 

-Créditos a los creadores de la imagen-

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora