Capítulo 13

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El cielo estaba estrellado, cielo que no lograba competir con la belleza de su omega, Steve estaba observando los hermosos ojos de su omega, que estaban inundados por lágrimas, libero su aroma para que este se tranquilizara.

Steve sonrió cuando su omega con las mejillas completamente rojas, sus ojos lagrimosos y una ligera sonrisa de tranquilidad, se aferró a él, abrazándolo con fuerza, liberando su delicioso aroma.

El omega de inmediato comenzó de llorar sin entender completamente sus emociones, pero evidentemente estaba feliz de sentir la respiración de su alfa, sentir como los brazos de su alfa rodeaban su cintura.

―Hemos estado muy lejos por mis miedos... ―dijo Steve acariciado la mejilla de su esposo.

Tony estaba llorando, pero sonrió por el suave tacto de Steve.

―S-Steve...

―Es un infierno estar lejos de ti. ―aseguro el alfa.
Tony sonrió acercándose a su alfa con más fuerza y desesperación que antes, se besaron como no lo hacía hace tanto tiempo... Por fin se demostraban cuanto se amaban.

Pero de pronto Steve abrió los ojos encontrándose en una habitación oscura, en la habitación de hospital que se transformaba cada día en su hogar y tal vez su lecho de muerte. Su respiración estaba acelerada, su cuerpo sudaba, miro por todos lados en busca de su castaño, de su amado omega.

― ¡Tony! ¡Tony! ―llamo con desesperación el rubio.

Steve se encontraba algo desorientado, las únicas preguntas que rondaban su cabeza era ¿Dónde está? ¿Cómo se encuentra? ¿Por qué no viene a su lado? Preguntas que rápidamente son contestadas por su cabeza... Comenzó a llorar, su omega estaba lejos, había dejado de llamarle, su omega ya no le quería cerca, era su culpa, ¡todo era su culpa!

― ¡Señor Steve! ―llamo el pequeño Peter, intentando tranquilizar al alfa mayor.

Era Peter quien se haba encargado de cuidarlo, era al único que Steve no le había pedido que le dejara solo, no lo entendía bien, pero con Peter se sentía cómodo, no sentía que le miraban con lastima, y no se sentía culpable como sucedía con Tony.

El joven alfa se había quedado cuidando a Steve por voluntad propia, había sido una tarde algo complicada, debido a que Steve había sentido molestias, molestias que calmaron a tiempo gracias a los medicamentos, pero el joven Peter prefirió asegurarse que el alfa mayor mejorara, por esto mismo se quedó dormido esperando.

― ¿Dónde está Tony? ―cuestiono Steve entre lágrimas, su omega definitivamente no estaba lejos, seguramente era una mentira contada por su cerebro... Eso se repetía, mentalmente, pero el aroma de Tony, por más que buscara ya no lo lograba sentir.

―Tranquilo... p-por favor tranquilícese... ―pidió Peter.

― Llámalo, ¡llámalo por favor! ―rogó Steve. ― ¡llámalo por favor! ―pidió desesperado el alfa, quería a Tony, necesitaba su sonrisa, sus besos, su aroma.

―Tranquilo, solo fue una pesadilla. —Steve recibió el abrazo del joven... lo consoló, era un alfa completamente roto en estos momentos.

―No es eso, fue un hermoso sueño... pero la pesadilla esta cuando despierto.

―Yo llamare al señor Stark... Ahora cálmese... Por favor.

―Por favor llámalo... ―rogó Steve, comenzaba a hiperventilarse... Pero estaba Peter a su lado, el pequeño alfa comenzó a calmarlo, liberando su aroma, acariciándole la espalda.

Permanecieron abrazados... Steve se comenzó a relajar, porque su alfa interno comenzó a preocuparse más por el joven que le consolaba a él, su lado paterno no le permitía preocupar al más joven.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora