Especial 6. Destinado A Suceder

486 62 8
                                    

Wade Winston Wilson, nació en una familia pudiente, hijo de dos alfas, su padre era frío y desligado. Su madre era una alfa fuerte e independiente. Ambos resultaron ser un desastre como pareja, aun mas como padres, obligados a casarse por sus padres, teniendo un hijo que era para su mala fortuna, fue un omega. Desencantados con la paternidad, Wade se crió en un ambiente hostil, sin padres amorosos, sin una figura de autoridad positiva, sin el cariño de un omega, sin poseer una identidad como omega, ya que creció observando a sus padres, así que, él no era gentil, no era sumiso, no necesitaba de un alfa, ya que él se comportaba como uno.

Cuando pensó que las cosas no podían ponerse peor para él, a los 12 años descubrió ser uno de los humanos en el mundo que tenía la enfermedad del vitíligo, vio cómo en ciertas áreas de su piel fue perdiendo su color natural, con manchas blancas en diferentes partes del cuerpo.

Luego llegó su primer celo, a los 13 años, fue horrible la primera experiencia, sentir un calor intenso, la mirada de asco de sus padres, pues son alfas... Para ellos un omega era una criatura inferior, que solo busca alfas para ser tomado.

Era difícil ser el hijo omega de dos padres alfas, porque era fácil notar que jamás cumpliría con sus expectativas, pues su pecado era ser un omega enfermo.

Cuando cumplió la mayoría de edad, decidió dejar su hogar. Vivió en diferentes lugares, hasta que encontró un empleo en un restaurante como mesero, donde le entregaron un cuarto con todo lo necesario, fue increíble, por que las cosas comenzaban a resultar como el esperaba. Aunque quería cumplir sus sueños, los cuales eran muchos, pues de pequeño soñó con muchas cosas, en las tardes de soledad creo miles de historias en su cabeza, incluso no le pareció extraño escuchar voces en su cabeza, pues eran su única compañía.

Todo cambió aquel día, se suponía que todo iría bien, que luego de su difícil vida junto a sus padres, por fin, por fin tendría una vida normal, encontraría un departamento aceptable, continuaría con sus planes de entrar al ejército o colocar un puesto de chimichangas, lo que ocurriera primero, tenía un mar infinito de posibilidades, pero como todo en su vida, las cosas resultaban ser una mierda para él, todo tenía que ser difícil en su vida.

Un día estaba a punto de llegar a una cita el día viernes por la tarde con una encantadora alfa y al despertar, se encontraba en un hospital, con una enfermera y un médico observándole a él con un ligero toque te lastima. Después de segundos que parecían tardar una eternidad, el médico dijo una palabra que cambió completamente sus planes... Cáncer, él fue diagnosticado con cáncer, con leucemia linfocítica crónica (CLL) para ser más exactos.

De inmediato había recibido las visitas de sus padres, seguían siendo fríos y calculadores, pero le ofrecieron su ayuda económica, la acepto, pero no aceptó sus visitas, era mejor estar solo, no quería su lástima, no quería que se aprovechan de eso, no quería sus ruegos por perdón, porque seguramente ni la muerte lograría que él se tocara el corazón por sus padres, no merecían su perdón, porque por su culpa su infancia fue una mierda.

Y de esa época hasta ahora había pasado un año, las quimioterapias no funcionaban, el cáncer continuaba jodiendo su vida.

— ¿Que va a ser de mí? —se cuestionó a sí mismo en voz alta, las cosas no mejoraron y el tratamiento era demasiado doloroso.

Estaba harto de vivir en el hospital, ya no quería continuar con su tratamiento, era doloroso y no progresaba.

Agotado observo el mundo a través de la ventana, todos apurados, algunos sin modales, otros ignorando a las demás personas.

Salió de su cuarto, cuando miro por ambas direcciones no se encontró con las enfermeras de turno, así que decidió salir a caminar.

Subió hasta lo más alto del edificio, sintiendo el viento recorrer su cuerpo en una briza helada, aún permanecía la oscuridad que fue abandonada por la noche, que se retiraba lentamente a medida que el sol estaba cercano a aparecer. Se colocó sobre el borde de alto edificio, sus pies sintieron el frío piso, ya que se había quitado sus pantuflas de perrito, cerró sus ojos, intentando pensar, deseando encontrar algo que le ayudará a continuar adelante, sin familia, bueno, sin una con la cual contar verdaderamente, sin planes y sin un futuro... ¿Que debía hacer? ¿Sobrevivir? ¿Era necesario intentarlo?

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora