Capítulo 21

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El tiempo transcurrió, ahora que Steve estaba curado, la pareja había reiniciado su vida, se fueron a vivir juntos a una casa con grandes terrenos verdes, con un hermoso sauce llorón en medio del patio trasero, que a Tony no le gustaba mucho, por su inoportuna ubicación, aunque Steve le convenció de no cortar el árbol y ahora era el lugar favorito de ambos, donde en algunas ocasiones, por la tarde se sentaban en cómodas sillas y se besaban mientras veían el atardecer.

Pero como ahora Steve se encontraba saludable, el alfa había reiniciado su trabajo como pintor, un empleo rentable, pues si bien, antes no pintaba mal, ahora su arte había experimentado un cambio, ahora sus pinturas contaban un historia diferente, proyectaban la felicidad de tener una segunda oportunidad de vida, y al estar enamorado, ya no habían pinturas sombrías. Sus clientes no se cansaban de mencionarlo.

Por otro lado, su omega tenía un grandioso trabajo, uno que sacaba a relucir su genialidad.

Eran felices, pero, el empleó de Tony tenía un lado negativo, consumía gran cantidad del tiempo del omega, más del que Steve deseara.

También, ambos comenzaron a notar sus marcadas diferencias... cosas que les disgustaban a cada uno, en diferente grados de intensidad, es solo que antes pensaban en el amor mutuo, todo era color rosa, además que se casaron tan rápido, siempre pensando en que el tiempo que ambos tenían juntos debían aprovecharlo al máximo.

Ahora Tony notaba lo estricto que era Steve, lo obsesivo que era por mantener todo en completo orden, ¡Cada cosa debía estar en su lugar! También ese deseo de tener hijos como si se trataran de una familia religiosa o conejos, o ese comportamiento molesto de parte de Steve de controlar sus comidas, el horario y claro, lo saludable de éste.

Para Steve habían cosas que le disgustaban de su omega, como el vicio nada saludable de consumir alcohol, o la gran cantidad de donas que podía comer al día, esa actitud defensiva que tomaba cuando se trataba de realizar deportes, que el omega siempre quisiera ganar las discusiones, era manipulador y además trabajólico.

En realidad había tantas cosas que debían descubrir y en especial lograr acoplarse a la personalidad de su amante, pero tal vez para la pareja el mayor problema era los horarios de ambos, pues el trabajo de Steve era flexible ya que él era su propio jefe, y solo dependía de los pedidos que realizaran sus compradores. Mientras que Tony pasaba en la empresa de su padre, y cuando tenía inspiración podría olvidarse de la hora, olvidar comer y dormir, además que también habían juntas a las que el omega debía asistir, en especial ahora que se había vuelto a acoplar a la empresa, y debía ponerse al corriente en todo.

— ¿Puedo hacerte una pregunta? —cuestionó Steve mientras acumulaba una cantidad de papeles que estaban esparcidos por el escritorio del castaño.

Tony estaba concentrado leyendo unos contratos que Pepper le había dejado.

—Dime. —contestó Tony concentrando en la lectura.

— ¿Quieres ir a una cita el jueves por la tarde...? Ya sabes, luego de tu trabajo. —entonces Tony alzo la vista, observando como su alfa parecía nervioso, Tony sospechaba que Steve pensaba que se negaría o cancelaría la cita como ya había ocurrido anteriormente.

Entonces dejo todo lo que estaba haciendo, su alfa había venido personalmente a verle, le había ordenado todo, -aunque a él no le disgustara el desorden que constantemente mantenía-, y además le había traído un almuerzo casero. Era afortunado y no debía arruinar las cosas con su esposo, menos ahora que tenían una segunda oportunidad para compartir momentos.

Steve observó a su omega, el cual se apegó a él, y él como el enamorado alfa que era le sujetó entre sus brazos, oliendo las deliciosas feromonas de su omega, escondiendo su nariz en la cabellera castaña.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora