Especial 1. ¿Esperanza?

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Steve miraba con preocupación a su omega, Tony se encontraba un poco más delgado de lo que recordaba, sus manos se movían inconscientemente, Tony estaba pálido y no se quedaba quieto, iba de un lado a otro, llamando, buscando información... ¿Sobre qué? Sobre la enfermedad de Steve.

―Escuche de un médico en Brasil, es un gran científico... ―comento Tony, sin prestar verdadera atención a Steve, quien estaba con él, se supone que irían a una cita, como siempre, pero Tony otra vez estaba investigando.

No era la primera vez que cancelaban una cita, Tony llegaba tarde del trabajo, suponía que hacia esto mismo, estudiar sobre la enfermedad, buscar posibles soluciones, a veces no era una maravilla que su novio fuera un genio.

Cuando llegaba a casa, comenzaba a buscar nueva información, repasar información vieja, como si hubiera pasado algo por alto.

Por esto mismo, no dormía bien, no comía lo necesario, estaba pálido, y además algo sumamente importante, estaban conectados, la marca, para bien o para mal, les había convertido en un sujeto, lo que lastimaba físicamente o psicológicamente les dañaba a ambos, no necesariamente en igualdad. Como si no bastara la condición de salud de Steve -nada favorable- ahora se sumaba el mal cuidado que Tony le daba a su propio cuerpo.

El omega leía, le había visto entablar conversaciones con médicos de otros lugares del mundo, hablando en idiomas que él no entendía, pues su omega era un genio.

Tenía una carpeta con nombres de médicos, había escuchado a Tony hablar con al menos 7 sujetos.

Steve tomo la carpeta donde se encontraba lista, habían nombres como Ramón Gutiérrez, Walter Lawson, Kyle Jefferson, Víctor Adams, entre otros destacados doctores, a los que Tony aun no llamaba, quedaban además 11 médicos más en la lista... Esto no podía continuar así.

―Tony... ―llamo el alfa, le dolía que por su culpa, el omega comenzara a comportase como un loco.

Tony le ignoro, se acercó a su alfa, para quitarle la carpeta, donde tacho un nombre, para continuar con el siguiente de la lista.

―Tony. ―llamo nuevamente el alfa, pero Tony le volvió a ignorar, simplemente tomo el teléfono donde comenzó a marcar un nuevo número. ―Tony...

―Cariño luego hablamos... ―dijo el omega sin prestarle verdadera atención a Steve.

― ¡Tony ya basta! ―grito con frustración el alfa, esto le estaba cansando.

―Steve... ―susurro el nombre de su alfa, después Tony se rasco el cabello con frustración. ―Esta vez estoy seguro que...

Steve no le dejo terminar de hablar, le tomo por los hombros, quería que su omega parara, que le mirara a los ojos y que se olvidara de buscar una cura... Por qué le dolía más verlo destruir su cuerpo que morir en un futuro.

El castaño alzo la vista, encontrándose con la mirada molesta de Steve.

―No quiero esto Tony, quiero vivir contigo, vivir lo que me queda a tu lado...

―Steve... esta vez nosotros podríamos encontrar una solución.

―Deje de buscar métodos, porque simplemente nada me asegura que habrá una mejora, quiero pasar los últimos meses de vida a tu lado.

―Pero Steve estoy seguro que podemos encontrar una solución, tu enfermedad es...

―Para...

―Pero Steve...

― ¡Vasta! ―le grito el alfa, desesperado, su omega no escuchaba razones.

Tony se soltó y retrocedió, camino hasta la cafetera donde pensaba tomar una taza de café, necesitaba relajarse.

Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora