Steve esta consiente que va a morir... En medio de lenta agonía conoce por intervención de sus amigos a Tony, el omega que robo su corazón.
Ahora Steve debe liderar con su enfermedad y además debe decidir si mantendrá en secreto su estado o le conta...
Todo era como antes, o eso se suponía, habían llegado a casa luego de meses luchando contra la enfermedad que consumía a Steve, ahora sano, logro obtener mucha tranquilidad, la cual hace años no tenía.
Sarah y Joseph les recibieron con los brazos abiertos, ocuparon el viejo cuarto de Steve, cenaban en familia con agradables charlas y luego, en la intimidad de su cuarto hablaban hasta quedarse dormidos.
Pero había algo, algo que incomodaba a Tony... Y era esa actitud que Steve había tomado con el paso de los meses. No eran paranoias de él, pues comenzó a notar los pequeños cambios, pues, los besos quedaban en eso, solo besos.
Steve evadía el contacto físico, era claro que el alfa no tenía intenciones de avanzar más... Claro al principio no le preocupo, claro que no, no pesaba en algo tan banal como el sexo luego de todo lo que ambos pasaron.
Pero hubo un punto, cuando era evidente, cuando exista deseo y pasión, cuando las cosas se truncaban... Fue cuando Tony comenzó a preocuparse, a darse cuenta que las cosas ya no eran iguales y no habían cambiado para mejor.
Steve era feliz, de eso no había duda, cuando Tony comenzó a trabajar, fue un alivio para el alfa, no debía sentirse de esa forma, pero lo hacía, porque, entre menos tiempo juntos, existían menos posibilidades de tener sexo.
La sola idea de que Tony le rechazara, que su nuevo estado físico le molestara, le hacía sentir horrible y se sentía tonto, era consciente que esas cosas a Tony -en especial a Tony- no le molestaban, sabía que su omega no se enamoró de el por su físico, sabía que aunque Tony bromeara con eso, su clic no se basó en su físico, ¡claro que no!, fueron sus mentes, sus sentimientos, sus personalidades opuestas que les atrajeron, pues, sus formas de ver la vida fue lo que les conectó de forma inmediata.
Pero el alfa sentía vergüenza, su estado actual, le recordaba al niño debilucho del cual todos se burlaban, porque, él no era un "alfa normal", ya que en esa época era delgaducho, bajito y enfermizo.
Pero Tony era especial, lo era, por que encontró la forma de hacerle ver que sus emociones negativas estaban mal, porque le convenció, No, le demostró que él era perfecto tal y cual era, que el Steve de ahora, no tenía nada que envidiarle al que conoció en su primera cita.
Entonces Steve conmovido, beso la mano de su omega con gentileza, luego se dirigió a los labios del más bajo, donde beso a su omega con tanta pasión, hasta el punto donde ambos llegaron a necesitar aire, enrojeciéndose de mejillas y orejas, con sus respiraciones agitadas y sus partes bajas encendidas.
—Solo usemos condón... —pidió Steve como condición.
—Bien, no queremos un bebé, aún no... —comento risueño el omega.
—Así es, primero debemos tener un hogar... —dijo Steve, pronto buscaría un lugar donde llevar a su omega, donde puedan proyectar su nueva vida, donde si es posible, incluyan a unos hermosos niños corriendo por todo el lugar.
—Bien, para que lo sepas, quiero que la casa tenga un concepto abierto, donde podamos... no lo sé, creo que cocinar y recibir amigos, donde podamos ver a los niños correr por el living, mientras tú preparas un delicioso desayuno.
—Así es, yo cocino. —menciono Steve besando las mejillas del castaño.
Ambos rieron, Steve dejo a Tony sentado en la cama, mientras que él se quedó parado, observando la hermosa figura que poseía su omega, eran tan afortunado.
Todo se sentía diferente, por primera vez en mucho tiempo se sentía en paz con el mismo y desinhibido.
Se quitó la ropa, quedando con la parte de arriba al descubierto y su pantalón a medio desabrochar. Tony sonrió, continuaba sentado esperando a ser tomado. Sentía un ardor en su vientre, unas cosquillas agradables que le hacían arder las mejillas.
—Luces increíble, continuas siendo el alfa que robo mi corazón. —confeso Tony, se sentía tímido, era extraño, se sentía tan sumiso. Steve provocaba en él sensaciones desconocidas, entre ellas la sinceridad.
Steve se sintió más tranquilo, tuvo la confianza para sacar de su bolsillo un condón sin enrojecer en el proceso.
—Dime que tienes más guardados.
—Una caja... En mi velador.
—Siempre preparado capitán... Creo que me he vuelto a enamorar de ti.
—Oh, a mí me sucede a diario.
Tony dejo salir una coqueta sonrisa, Steve se armó de valor y abrió el empaque del condón con los dientes, calentando de sobremanera al omega con esa acción.
—Recuéstate. —ordeno Steve, sin apartar su mirada ardiente.
—Claro mi amor. —respondió Tony, volteándose para recostándose sobre su vientre, para la comodidad de ambos.
No paso mucho, para que ambos desnudos en la cama hicieran el amor, bañados en una ligera capa de sudor, el cuarto inundado con sonidos obscenos, ahogándose en el placer, con gemidos escandalosos y besos dulces.
Y al levantarse, ambos sonreían bobamente, risa que desapareció al ver a los padres de Steve.
—Fue una excelente noche... ¡verdad! —comento Tony.
—Para ustedes en especial. —comento Sarah sonriendo, notando como su hijo enrojecía.
—Bueno, ¿Quién tiene hambre? —cuestiono Joseph avergonzado.
— ¡Yo! —menciono la joven pareja de inmediato.
Así, la familia disfruto el día, aprovechando que el omega no se había presentado al trabajo, aunque nadie menciono la razón, era evidente para todos, pues para comenzar, por la cojera del omega, su incomodidad al sentarse y la insistente atención que el alfa le prestaba al omega... Definitivamente necesitaban un hogar propio, por la salud mental de todos.
Este solo era el comienzo de una nueva etapa en su vida.
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Espero que les guste el especial, esta hecho con mucho amor para todos ustedes.
-La imagen presente en el capítulo no es mía, créditos a quien le corresponda-
