Especial 2. Señor Stark

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Steve respiro y exhaló con nervios que crecían a medida que pasaba el tiempo, se rasuró, enjuago su cara y de inmediato peino su cabello con gel.

Steve se colocó una camisa blanca la que no poseía arruga alguna, un traje negro, lustro sus zapatos del mismo color y terminó por colocarse una corbata azul que no logro anudar correctamente y eso le enloqueció.

Se encontraba nervioso... sentía que terminaría ahogado por sus emociones... Porque el día de hoy realizaría algo especial.

Camino por los pasillos del gran edificio, había querido hacer esto hace mucho, enfrentar de una vez por todas, al hombre que era todo para Tony, que lo lastimaba como también lo hacía feliz y orgulloso... El impredecible e intimidante Howard Stark, el padre de su pareja.

La secretaria le miro con indiferencia cuando él se presentó pidiendo una cita con el afamado millonario, supuso que una larga carrera como esta, había agotado su sonrisa... No podía culparla, si estaba encerrado la mayor parte de su vida en una oficina, incluso si era una tan lujosa como esta, desgastaba las ganas de sonreír a cada persona que se presentaba ante ella.

—Busco al señor Howard Stark.

—Tiene su agenda completamente llena para este día.

—Necesito hablar con él algo sumamente importante.

— ¿Qué le parece si le agendo una reunión con el señor Stark para... el viernes a las 14:30 de la tarde en 4 meses?

— ¿Que? ¡No puedo esperar tanto!

—El señor Stark es un hombre ocupado.

—Estoy seguro que puede hacerse un tiempo, solo diga que lo estoy buscando

— ¿Quién lo busca exactamente? —cuestiono la mujer.

—Steve Rogers, solo diga que lo busca Steve Rogers. —La mujer le miro con duda, como si su simple existencia no mereciera ni siquiera el intento... Steve solo se repetía que era una mujer amargada, no podía culparla. —Solo diga mi nombre... por favor.

Ella suspiro, el señor se encontraba fabricando otro peligroso experimento, pero el mucho parecía angustiado... nervioso, lo supo por su aroma.

—Bien, siéntese, me contactare con el señor Stark.

—Sí, muchas gracias. —dijo cortésmente Steve.

Steve se sentó ansioso, noto como la mujer comenzaba a dudar, pero termino por tomar el teléfono y realizar una llamada.

Pasaron unos minutos, ella hablo con su jefe, al parecer su nombre vasto para ser atendido ignorando la agenda tan apretada que manejaba el millonario padre de su amante.

—Bien señor Steve Rogers, acompáñeme. —dijo la secretaria. 

Steve de inmediato obedeció, siguió a la mujer, ella camino frente a él, con un andar rápido, supuso que era por su vida ajetreada siendo la secretaria de un excéntrico millonario.

Steve de inmediato obedeció, siguió a la mujer, ella camino frente a él, con un andar rápido, supuso que era por su vida ajetreada siendo la secretaria de un excéntrico millonario

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Un Amor De Corto PlazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora