Des de que nos habían traído la comida Ginger no había tocado nada de su plato y el tazón de helado ya se estaba derritiendo. Me fui acercando a ella para poder sentarme a su lado mientras cogía el plato y me lo colocaba en mis piernas.
- Ginger... -empecé.
- Cállate por favor. –me interrumpió.
- Tienes que comer algo, si no te pondrás enferma. –dije seria intentando mirarla a los ojos, pero los suyos estaban demasiado concentrados en el suelo.
- Eso sería lo mejor. –susurro, pero un susurro que pude oír y que me preocupo lo que dijo.
- ¿Qué tonterías estás diciendo? –le grite.
- Pues lo que oyes. –me contesto enfadada.- Si me pongo enferme o me pasa algo, a lo mejor, esas hermanas no me elegirían.
Suspire rendida, para Ginger decirle que esas hermanas la querían a ella había sido la gota que colma el vaso. Esta en ese momento en que le da igual todo y no ve lo grave del asunto.
- Tienes que ver el lado positivo a esto. –dije.- Bueno a medias.
- ¿A si? –me respondió.- ¿Y cuál es? Sorpréndeme.
- Que estas aquí conmigo y eso significa que no te han atrapado. –empecé.- Que estas con vida. Ginger no sabemos exactamente para que te quieren, así que da gracias al menos que no te han atrapado.
- Pero tienen a papa y a mama y no pararan hasta tenerme a mí. –giro su cabeza para verme. – Y a saber si te harán algo a ti. –comenzó a caerle una lagrima.
- No digas eso, vale. Tienes que ser la más fuerte, eres la mayor. –le dije para animar el ambiente.
En toda esta tensión Ginger sonrió, des de pequeña que le hacia este tipo de broma, cuando pasaba algo o quería algo simplemente iba a su rescate diciéndole que era la mayor y todo ese rollo, de pequeña a Ginger le encantaba que fuera a pedirle ayuda y que fuera ella la heroína, pero ahora sé que le encantaría ser la pequeña de las dos.
- Ginger si pudiera seria yo quien me pondría en tu lugar. Tengo miedo que te pase algo. –dije preocupada.
- No vuelvas a decir eso nunca más. –me agarro la cabeza para que nuestros ojos se cruzaran. -¿Vale?
No podía decirle que si porqué estaría mintiéndole, si esto dependiera de mi seria yo la que me pusiera en su situación.
- Buffy eres mi hermana pequeña. Mi pequeñita. –dijo sonriendo con lagrimas en los ojos.- Des de siempre te he protegido y eso es lo que haré también ahora. Morira por ti Buffy.
La última frase lo dijo con toda la seriedad del mundo sin perder sus ojos de los míos.
- Si me quieres proteger... -empecé- protégeme a que no tenga que sufrir si te pasa algo malo Ginger.
- Buffy... -negó Ginger.
- ¡Prométemelo! –le grite con lagrimas a los ojos. – No quiero perderte a ti también.
Ginger y yo nos fundimos en un abrazo lleno de lagrimas, era lo que necesitábamos des de ayer por la noche, abrazarnos, tenernos las dos y expulsar todo la angustia que llevábamos.
- Ahora come, por favor. –dije mientras cortaba nuestro abrazo.
Ginger sin decir ni una palabra, sonrió y me arrebato el plato, que seguía en mis piernas, para empezar a comer. Todo el rato que mi hermana estuvo comiendo, las dos permanecimos calladas, solo se podía escuchar el tintineo de los cubiertos contra el plato.
- Sabes... -empecé a hablarle cuando ya estaba acabando.- He estado recordado al abuelo Nick. –sonreí de tristeza.
- El sabría que hacer. –dijo.
- Sí, pero no es eso en lo que pensé. –me pare para recoger aire y continuar.- Recordé todas las historias que nos contaba de pequeñas, todo lo que nos conto eran de verdad Ginger. –la mire.
- No se Buffy. –acarició mi pelo.- Puede que la gran mayoría se las inventara.
- Yo creo que no. –dije.- ¿Por qué no nos lo contaron Ginger?
- No lo sé Buffy, no lo sé.
Permanecimos así unos segundos antes de que yo volviera a hablar. Era algo que llevaba en mi cabeza todo el tiempo des de que la directora nos conto que querían a Ginger.
- ¿Qué haremos ahora? –pregunte.- Me refiero para protegerte del todo y que no pase absolutamente nada.
Mi hermana estuvo un rato sin contestar, por su mirada sabía que su cabeza iba a cien por hora buscando una solución.
- No lo sé. –dijo rendida.- Tal vez deberíamos seguir las indicaciones de esta gente.
- Pero...
- Nada de peros. –me interrumpió.- Ya sé que vas a decir. Que no nos fiemos del todo de ellos, pero Buffy, nos han salvado y nos han contado la verdad, así que haremos lo que digan. –me miro directamente a los ojos esperando una afirmación por mi parte.
Yo no estaba tan segura de ellos como mi hermana la tiene, puede que nos salvaran y nos contaran todo la verdad, pero eso no quita que son personas desconocidas y que puede que nos hayan contado todo esto para que nos fiemos de ellos. Puede que esta gente también nos quiera para hacernos algo, quien dice que no nos pueden hacer un intercambio con las hermanas Mcgowen y conseguir ellos algo a cambio. Nunca te puedes fiar del todo de la gente.
- Pero y si...
- Buffy ya basta. –me interrumpió.- Ya tengo demasiado en la cabeza con que esas hermanas me buscan a mí, solo nos están ayudando.
- Perdona. –baje la cabeza mientras jugaba con mis dedos.
Era una completa estúpida, pensando en todo eso no pude pensar como se sentirá del todo Ginger con todo el asunto. Si hubiera sido yo, estaba segura que estaría ahora mismo debajo de mi cama, tiritando del miedo, y no saldría nunca más, hasta nuevo aviso.
- Tranquila. –me sonrió, mientras ponía su mano izquierda con las mías para que parara.- Hablemos de otra cosa o vamos a hacer algo para distraerme.
- Está bien. –empecé a pensar.- ¿Qué te parece si les pedimos a ellos que nos lleven a dar una vuelta por la escuela? –dije mientras apuntaba a la puerta.
- Me parece genial. –se levanto de la cama, pero se volvió a mirarme de nuevo.- ¿Estás segura? Puede que haya gente y que nos miren como antes y sé que eso no te gusta. –se cruzo de brazos.
- Podre soportarlo, si eso te ayuda a distraerte. –dije mientras me levantaba de la cama.
Mi hermana sonrió sabiendo que estaba haciendo un gran esfuerzo por ella; cuando estuve a su lado, paso su brazo por mis hombros y nos llevo hacia la puerta. La espalda de Harry fue lo primero que recibimos cuando abrimos esta y encontrarnos a todos como yo los había encontrado antes. Todos se giraron esperando una respuesta por nuestra parte.
- Queremosque nos enseñen el colegio. –dijo Ginger sonriendo.
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Dulce Oscuridad (Harry Styles)
Science FictionMuy en el fondo de todas las personas pensamos que nada malo nos puede ocurrir, que todo lo que escuchamos por la televisión nunca nos pasara, porque somos personas que vivimos el día a día, sin haber hecho nada malo para merecernos tal cosa. Pero n...