Daugther In The Murder House [ ᴍɪᴄʜᴀᴇʟ ʟᴀɴɢᴅᴏɴ & ᴍᴀʟʟᴏʀʏ]

|𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 14| 𝐁𝐄𝐒𝐎 𝐁𝐀𝐉𝐎 𝐄𝐋 𝐀𝐆𝐔𝐀.

— ¡Hey! Gordis — Me hundo más entre las almohadas aferrándo mis manos en ella como si eso hiciera que me metiera en estado de coma. Anoche terminé un inicie proyecto, no me jodan. — Cariño...

— Amor.... — Chille y gruñó — Dejame cinco minutos más.

— Bueno ya que hoy dijiste que te enseñara a conducir... Bueno podemos posponerlo... — Abri los ojos y me senté de golpe.

— ¿Encerio me enseñarás? — El sonrio. — No te burlas — Peine y acomode lo mejor posible mi cabello sobresaliente de escoba. 

— Una promesa es una promesa. Anda a ducharte

— ¡No,no, no, no!  — El me saco de la cama para cargarme y ponerme en su hombro. — ¡Michael!

— Debes despertar o eres capaz de chocar la todo terreno.

— Mejor dile carroza sobrevalorada. — Me dio una nalgada — ¡Oye!

— Anda Bebé — Me robó un beso y entre a la ducha con una mohin.

• • • • • •

           Ya dentro de la todo terreno me coloque el cinturón de seguridad.

— Segura que sabes lo que haces?

— Por supuesto te he visto manejar muchas veces además me pasé toda la saga de Rápidos y furiosos.

— Ya lo veremos. Arranca Hermanita.

         Rode los ojos y gire las llaves para que esté agrarrara potencia para crujir el motor, no estaba mal para ser mi primera vez. De hay en adelante movilice el volante...

— Oye cálmate no estás en fórmula uno...

— Debi ser conductora de carreras en otra vida, manejo excelente para ser mi primera vez al volante.

— Si pero en esta debes salir ilesa así que baja la velocidad..

— ¿Miedo Cariño?.

— Claro que no. Pero si chocamos y no te mueres yo te mato.

           Rei y baje la velocidad. Pare entre la carretera... Me quité el cinturón — Ya calmate, sabes que no sería capaz de matarnos... O si no como crees que iremos a tu graduación.

— Eres imposible mujer.

— Pero así me amas. — Lo tomé del rostro acercando su cuerpo al mío entre ese espacio pequeño de conductor y copiloto... Rozando nuestros labios y sintiendo nuestras cálidas respiraciones mezclándose. — Que me demandara solo por que te di peligro.

— No te tengo otro cargo Señorita Langdon. Por lo que a mi resta avisarle que te demandaría al robarte mi corazón, y en vez la cárcel te llevaría a otro lugar que quizá se sume a la lista.

          Hay este hombre. Cuando se lo propone me pone morada de la cara, la sangre se acumula nuevamente en mis mejillas esto Michael lo noto por lo que no se aguanto en soltar una sonrisa, es un pícaro sin lugar a dudas; Así era el, depósito un beso en mi nariz.

— Eres buena... Pero no hagas eso. O siempre me preocupare. No solo por la carroza valorada.

— Aja lo dice quien chocó una vez el auto de la abuela a los doce años.

— Bueno iba aprendiendo, esa es mi defensa.

— Lo se. Eras un demente.

— Aún lo soy. Preciosa.. — Afirmó y beso mi frente. Hasta que sono su Movil, el refunfuño y leye el texto que le llego — Tengo que irme, estamos de paso.