Daugther In The Murder House [ ᴍɪᴄʜᴀᴇʟ ʟᴀɴɢᴅᴏɴ & ᴍᴀʟʟᴏʀʏ]

|𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 15| 𝐏𝐑𝐄𝐂𝐈𝐎𝐒𝐎𝐒 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐃𝐎𝐒.

                 𝐄nrolle una toalla en mi cabello saliendo vestida despues de esa ducha express — Listo. — Me encamine a la cama para meterme en ella junto a Mike. — Como vas con eso de tu tesis.

— Casi termino, a excepción de otros compañeros..

— Bueno quizás ellos solo se la vivan de fiestas y sexo.

— ¿Sexo eh? — Giro su cabeza hacia mi sonrio quitándome la toalla.

— Si, sexo eso distrae mucho. Luego no se quejen de por qué no sacan un buen trato con un juez o que le den cadena perpetua a una persona.

— Buen punto. Toma — El me dio un vaso y lo vi — Es para que se te baje más el alcohol. Debes estudiar para tus parciales. — Me recordó. No me jodan soy una de las mejores de la clase.

— Lo sé hay que novio tan secretario. Todo por ese tequila Mexicano muy amargo. — Bebi algo y si era alkasetzer donde de eso me sentí mejor con ello.

— Todo el alcohol es amargo, cuando se te pase esa amargura es por que al fin te has vuelto adulto o te reprueben.

— Hay siempre actúas como mi papá.

— Te he criado yo a ti así que no te quejes.

— Oye... — Recargue la cabeza ligeramente en su hombro el me giro a ver. — Has hablado con papá.

— ¿Por qué la pregunta Nena?

— Bueno. Veo que no hablas tan seguido con el como yo, acaso el y tu.

— No es lo que piensas, están extraño hablar con el. Aunque se que el es nuestro padre, simplemente es raro.

— Es verdad. He notado que has heredado más cosas de el sabes.

— Heredado.

— Quieres que te las enumere. Bueno, el carácter fuerte, lo posesivo, celoso y me puedo ir de largo.

— Hay tu serás una blanca paloma que no mata una mosca. Enojona, bastante celosa, lo que te gusta hacer con tu entrecejo, la paciencia es mucha peronno la suficiente.

— Muy gracioso Langdon.

— Yo igual lo he notado. Otra pregunta.

— No, tienes hambre.

— Con eso confirmo que ya tienes hambre.

— Si. Traere algo para comer... — Bese su mejilla antes de levantarme de la cama.

— Oye — Lo mire — Lindo trasero Nena.

                 Le levanté el dedo del medio el río y salí de la habitación. Ya en la espaciosa habitación me tomé el vaso entero y decidí calentar la comida que era comida tailandesa, no éramos tan fan de los fideos pero al estilo de Tailandia era lo mejor, con un café oscuro y un te de manzanilla para mi subí a la recamara donde al entrar el me ayudó saliendo de la cama.

— Yo podía sola.

— Quise hacerlo. — Beso el puente de mi nariz. — Anda te dejaré escoger que ver.