[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.

013.

Cinco.

Amelia y yo bajamos por las escaleras de emergencia de la academia, tratando de no toparnos con alguno de nuestros hermanos, sobre todo para evitar preguntas por parte de ellos, pero no tuvo mucho éxito; ya que en uno de los basureros gigantes se encontraba Klaus buscando lo que sea que fuera.

---¿¡Dónde están las cosas de papá!?---gritó Klaus, removiendo bolsas negras que se encontraban en el contenedor.---¡Cierra la boca! Necesito encontrar esa...cosa tan valiosa que tiene esa maldita caja para que Pogo me deje de ¡fastidiar!--- gritó el mayor, lanzando su cigarrillo a cualquier lado.

---Iba a preguntarte que estabas haciendo, pero luego me arrepentí...---le comenté mientras me colocaba en el suelo, esperando a que Amelia bajara completamente.

---Ya que no nos interesa.--- termino mi frase Amelia, quedando colgada de la escalera, para después seguir bajando, y finalmente colocarse a un lado mío.

---¡Hey!--- nos habló Klaus.--- Hay formas más fáciles de salir, ¿sabían?

---Pero esta involucra...menos conversación.--- le comenté, mientras ayudaba a Amelia a bajar completamente.--- O fue lo que creí.

Tanto la chica a mi lado como yo comenzamos a caminar rumbo a las afueras del callejón donde nos encontrábamos, pero Klaus nos volvió a hablar, llamando nuestra atención y deteniendo nuestro paso.

---¡Hey, aguarda! ¿Necesitas más compañía hoy?--- preguntó el mayor, mientras se recargaba en una de las orillas del enorme contenedor de basura.--- Quizá tenga...un hueco en mi agenda.

---Gracias, pero no gracias.--- le respondió Amelia con una sonrisa sarcástica en su cara.--- Con mi compañía tiene más que suficiente, hermanito.

---Además, te noto bastante ocupado.--- le seguí yo, teniendo la misma sonrisa de Amelia en mi cara.

---Oh, ¿esto? No, no, lo dejaré para otro momento solo...---vimos como Klaus resbaló con algo en el interior del contenedor, y escuchaba las leves risitas de Amelia a mi lado.---Se me extravió una cosa, es todo.

---Sabes que no vas a encontrar nada de drogas ahí, ¿verdad?--- le preguntó la chica con algo de burla en su voz.

---Eso lo sé, es solo que...oh, ¡aquí esta!---habló el mayor al salir nuevamente con lo que parecía ser una dona en su mano, ya mordida. 

Klaus para ese momento le dio una mordida a la dona, para segundos después hacer una mueca de asco probablemente por su sabor.

---Eso es asqueroso, Klaus.--- comentó Amelia con muecas de asco y sus ojos cerrados.

---Delicioso.--- fue lo único que murmuro número 4, pero mintiendo, obviamente.

---Me harté de financiar tus vicios, vamonos Amelia.--- comenté para después tomar la mano de la chica y seguir nuestro camino.

---Por favor, oye...solo quiero pasar un rato con mis hermanos...no tú....¡los quiero!

Decidimos ignorar a Klaus, o si no nunca nos iríamos, vimos una camioneta estacionada en la salida del callejón por lo que decidí tomarla "prestada".

---Sube, Amelia.--- le dije mientras le quitaba el seguro a la puerta del copiloto, y encendía el auto.

---¿Esto acaso no es...ilegal?--- me preguntó la chica mientras se sentaba, no del todo segura.

---Claro que no.--- le comenté seguro.--- Digamos que es un...préstamo. La devolveremos después.

Antes de que Amelia pudiera decir otra cosa, o incluso desistir en acompañarme, arranqué la camioneta, para guiarnos a nuestro próximo destino.