Amelia.
Cuando eramos jóvenes, o mejor dicho, hace unos años atrás, Cinco y yo cada domingo de cada semana visitábamos una biblioteca cerca de la academia, la biblioteca pública de Argyle, era mi lugar favorito de toda la ciudad. A Cinco al principio no le agradaba mucho la idea de pasar casi un día entero en una biblioteca, lo hacía más que todo por mi, porque sabía que me encantaba el lugar, pero con el tiempo a él también le fue gustando el lugar. Lo convertimos en "nuestro" lugar.
Cuando Cinco se fue, error mío, cuando viajo en el tiempo, yo seguía viniendo a la biblioteca con la esperanza de que él apareciera de pronto en nuestro lugar, pero nunca sucedió, y cuando comencé con la misión de búsqueda de Cinco, había dejado de venir aquí.
Y ahora, después de tantos años, me encontraba parada a pocos metros de la entrada principal de dicha biblioteca. Un escalofrío recorría toda mi espina dorsal, ver de nuevo este lugar me traía muy buenos recuerdos, lamentablemente ahora solo eran eso, recuerdos.
Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando Diego y Luther, mis hermanos "mayores", estaban a nada de entrar a la biblioteca, solo esperaban por mí para no dejarme atrás. Después de todo yo los había traído hasta aquí, lo más seguro es que ni siquiera supieran que había una biblioteca en la ciudad.
---¿Vienes, Amelia?--- me preguntó Diego mientras sostenía la puerta principal para que pudiera entrar.
Volví a la tierra después de dar un leve viaje a mis recuerdos, para caminar rápidamente hacia mis hermanos y finalmente entrar al lugar. Seguía igual a como lo recordaba.
---¿Este era su lugar?--- me preguntó Luther, cuando me posicione a su lado.
---Ustedes si que estaban enterados de todo.--- le respondí con una leve risa.--- Pero si, se podría decir que sí.
---¿Crees que este aquí?--- me preguntó Diego, mientras miraba todo el lugar.
Alcé mis hombros.---No lo creo. Pero bueno, nada perdemos con buscar aquí.--- les comenté con una leve sonrisa.
---De acuerdo, hay que separarnos.--- habló Luther.
---Que gran idea.--- comentó Diego, con notable sarcasmo.
Los tres nos fuimos por caminos diferentes, esto porque la biblioteca en verdad era grande y tenía muchos pisos, y de esta manera nos ahorraríamos tiempo, después de todo nos encontraríamos en el último piso.
Después de varios minutos, y de revisar todos los pisos debes en cuando topándome ya fuera a Luther o a Diego, llegamos al último piso, sin ninguna pista de Cinco. Aunque debo admitir que había hecho algo de trampa, ya que con mi super velocidad había terminado antes que mis hermanos. Al ver como ambos se acercaban a donde me encontraba esperándolos, decidí hablar.
---Ya se habían tardado.--- les comenté mientras miraba mis uñas desinteresada.--- Si que son lentos.
---Perdón por no tener tanta rapidez como tu.--- me comentó Diego con una sonrisa sarcástica en su rostro.
---¿Encontraron algo?--- preguntó Luther al encontrarse con número 2 y conmigo.
---No.--- comentamos Diego y yo al mismo tiempo.
Vi como Luther comenzaba a caminar hacia otro lado, al parecer quería volver a buscar en el lugar a Cinco, ni siquiera yo tuve tanta persistencia como él.
---¿Quieres saber porque me fui?--- preguntó Diego en voz alta, aunque era más que obvio que esa pregunta iba dirigida a Luther.
Noté como número 1 regresaba hacia nosotros, al parecer el interesaba la respuesta de Diego ante la propia pregunta que había hecho número 2.
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[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.
ActionSir Reginal Hargreeves, un excéntrico multimillonario y aventurero, decidió localizar y adoptar a la mayor cantidad posible niños nacidos el 1° de Octubre de 1989, lo especial de todo esto, es que ninguna de aquellas madres estaba embarazada cuando...