Cinco.
Escuche un sonido muy familiar cerca de donde estábamos sentados en el boliche; el sonido de cuando un mensaje te llega de La Comisión. Me acerqué a una de las máquinas que tenía las bolas de boliche, dejando a Amelia junto con Klaus y Diego, para ver que efectivamente, era un mensaje de La Comisión.
---¿Cómo hizo para encontrarme?--- pregunté en voz baja, confundido observando el tubo que tenía en mis manos.
Y a mi mente llego el recuerdo de golpe; el recuerdo de hace pocos días que estuve en La Comisión, específicamente en la oficina de La Encargada, cuando había tomado unos pequeños dulces de su escritorio. Ahora todo tenía sentido.
Busqué en los bolsillos de mi corto pantalón de la academia aquellos "dulces" que aún llevaba conmigo, le quité la envoltura rápidamente, para descubrir que no había ningún dulce, si no que era un rastreador.
---Que astuta.--- comenté mientras veía el pequeño artefacto que desprendía una luz verde, que indicaba que estaba funcionando.
Deje caer el pequeño aparato al suelo, para después aplastarlo con mi pie hasta dejarlo completamente inservible. Vi que en el interior del pequeño tubo venía una ¿galleta de la fortuna? Sin más preguntas en mi cabeza decidí abrir el tubo y sacar la pequeña galleta, para partirla y ver el pequeño mensaje que llevaba en su interior.
El tiempo sigue su curso...¿o no?
Hotel Codorniz, número 12
Cerré mi mano dejando que el pequeño papel se arrugara completamente, para después teletransportarme a la dirección que venía ahí.
Tenía que averiguar que era lo que La Encargada, ya que seguramente fue ella la que envió el mensaje, quería conmigo esta vez.
[...]
Amelia.
Finalmente, después de un buen tiempo, vimos como Luther y Allison regresaban con nosotros, al parecer ya habían hablado de sus pequeñas diferencias.
---¿Dónde está Cinco?--- fue lo primero que preguntó el grandulón cuando llego con nosotros.
---Se ha ido.--- le respondí con sinceridad.
Y era cierto, Cinco se había ido hace poco, o mejor dicho se había teletransportado, no me pregunten a donde porque no lo sé, no se lo comentó a ninguno de mis hermanos y ni a mí, pero me imagino que era algo importante para que se fuera de esa manera.
---Hay por el amor de...¿a dónde fue?--- volvió a hablar número 1, interrumpiéndose a sí mismo.
---No nos dijo.--- le respondió ahora Diego, quitandole importancia.
Vi como Luther volteaba a verme con una de sus cejas levemente arqueada, por lo cual solo alcé mis hombros de señal de "no me mires, yo tampoco se donde esta".
---No nos quedaremos a esperarlo.--- habló Luther.--- El concierto empieza en 30 minutos.
---¿Cuál es el plan entonces?--- le preguntó nuevamente Diego.
---Pues, yo creo que...---comenzó a hablar Luther, dejando sus palabras al aire.
---No tienes ningún plan, ¿no es cierto?--- le pregunté mientras lo miraba fijamente, ahora era yo la que tenía una ceja alzada en su dirección.
---No me dejaste terminar.--- trato de defenderse Luther, para después soltar un suspiro.--- Hay que ir al teatro Icarus.
---Ese es un lugar, no un plan.--- le respondió número 2.
Vimos como Luther trataba de pensar en otra cosa, y cuando abrió la boca en señal de que diría algo, Diego lo volvió a interrumpir.
---¿Qué?, ¿eso es todo?--- le preguntó con sarcasmo Diego.--- ¿Quieres ser el número 1? Bien, pero tendrás que ver como ensamblarnos, porque en este momento estamos todos dispersos.
---Es cierto.--- habló el grandulón, por primera vez dándole la razón al chico de los cuchillos.--- Hace falta un plan.
No tuvimos más tiempo para hablar cuando un grupo de hombres con máscaras de gas y armas en mano, quienes comenzaron a disparar a todas las personas que estábamos aquí; algunos trataban de correr mientras que otros se cubrían con los muebles del lugar.
Los chicos y yo nos agachamos para cubrirnos con una de las mesas que tenía algunos bolos de boliche.
---¿¡Y estos quiénes son!?--- preguntó/gritó Diego para que todos pudiéramos escucharlo.
---Quizá están aquí por el cumpleaños de Kenny.--- comentó Klaus mientras se tapaba los oídos por el sonido de las balas.
---No, puedo asegurar que están aquí por nosotros.--- les comenté con sarcasmo.
Diego se asomó rápidamente para lanzar uno de sus cuchillos a alguno de aquellos hombres, y después se volvió a cubrir con la mesa, no sabía a quién se lo habría tirado pero era más que seguro que no había fallado.
Pero de repente las luces se apagaron, música comenzó a sonar en el lugar y luces de colores se veían, como si hubiera una fiesta, quizá alguno de los enmascarados había oprimido algún botón por error.
Luther tomó uno de los bolos y lo lanzó a aquellos sujetos, Diego seguía lanzando sus cuchillos, incluso Klaus tomó el pastel que supongo era de la fiesta de Kenny y lo lanzó, cayendo en la cara de uno de los tiradores, por lo que no podía quedarme atrás.
Salí de mi escondite a velocidad de la luz, corrí hacía alguno de los enmascarados, quizá la fuerza no era mi super poder, pero con la velocidad que llevaba logré derribar a dos sujetos, haciendo que dejaran de disparar en lo que mis hermanos seguían haciendo lo suyo.
Incluso, como iba a una muy buena velocidad, logré desviar algunas de las balas de los sujetos, para que no le dieran a ninguno de mis hermanos, para regresar a mi lugar como si nunca me hubiera ido.
---Bien hecho hermanita.--- me comentó Klaus feliz.--- Pero tenemos un problema, ¡bloquean la salida!
---¿Cuál es el plan ahora, Luther?--- preguntó Diego.
Mientras me cubría con una de las mesas, sentí como Allison golpeaba levemente mi costado tratando de llamar mi atención, para después apuntar hacía donde estaban los bolos.
---¡La pista!, ¡vamos!--- gritó Luther.
Los 5 comenzamos a correr hacía los carriles, mientras que los sujetos nos seguían disparando pero lo bueno fue que ninguno nos había dado, cada uno nos lanzamos por un carril diferente, saliendo a un pequeño almacén, pero ahora podríamos salir por la puerta trasera del lugar.
---Eso fue...¡divertido!--- comenté mientras me reía.
Los 5 corríamos hacía el auto de Diego, mientras por alguna extraña razón me reía en el camino siendo acompañada por las risas de Klaus, al parecer le había contagiado escuchar mi risa.
Dirán que quizá pude haber salido del lugar con mi velocidad, pero no podía dejar de lado a mis hermanos, además si el mundo se iba a ir a la mierda en unas cuantas horas, era bueno reírme una última vez.
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[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.
ActionSir Reginal Hargreeves, un excéntrico multimillonario y aventurero, decidió localizar y adoptar a la mayor cantidad posible niños nacidos el 1° de Octubre de 1989, lo especial de todo esto, es que ninguna de aquellas madres estaba embarazada cuando...