002.

27K 1.7K 495
                                    

Amelia.

Después de mi corta conversación con Pogo, había decidido ir a ver la oficina de padre, aquel lugar donde se la pasaba horas y horas sentado escribiendo mil y un cosas que nunca sabremos que serán, era rara la vez que no lo encontráramos ahí. Y a mi mente venían muchos recuerdos.

La hora de dormir estaba por llegar, siempre antes de dormir íbamos a donde padre para despedirnos, aunque nunca nos dijera algo. Nosotros estábamos fuera esperando el momento de ver a padre, con el que más me llevaba era con Cinco, por lo cual ambos la mayoría del tiempo hacíamos todo juntos.

---¿Crees que hoy si nos diga algo?--- le pregunté a Cinco en voz baja y en el oído.

---¿Quieres la verdad?--- me preguntó igual en voz baja, yo solo le contesté con un asentimiento de cabeza.--- No lo creo. 

---Los niños ya se van a acostar, querían saludarlo señor.--- escuchamos a mamá decir desde dentro de la oficina.

En un abrir y cerrar de ojos la puerta de la oficina fue abierta por mamá, mientras que nosotros poníamos nuestras mejores sonrisas para padre aunque, como siempre, él estaba sumido en su libro, escribiendo un millón de cosas.

Nuestras sonrisas fueron decayendo poco a poco al notar como padre ni siquiera nos miro de reojo, cosa que mamá noto.

---Okey, hora de ir a dormir niños. Vámonos.--- comentó mamá, mientras nos encaminaba fuera de la oficina. 

Poco a poco nos fuimos yendo para ir a nuestra habitación, la última en moverse fue Allison, intercambiando unas palabras con mamá, palabras que no alcance a escuchar.

Mis pensamiento fueron interrumpidos cuando vi como la silla principal de padre se movía, cosa que me extraño ya que se suponía que no había nadie en el lugar, nadie a parte de mí.

---¿Dónde esta el dinero?

Escuche aquella pregunta detrás del escritorio de padre, por lo que decidida pero a paso lento comencé a acercarme al lugar, tratando de no hacer ruido, aunque esa voz me parecía levemente conocida.

---¿Dónde esta el maldito dinero?

Al llegar al escritorio, pude a ver a un hombre delgado buscar entre los cajones de padre buscando algo, como si su vida dependiera de ello, yo conocía a este sujeto.

---¿Klaus?, ¿Qué haces ahí?--- le pregunté.

---Oh, hola hermanita, sigues estando demasiado joven.--- me comentó, mientras soltaba una sonrisa en mi dirección.

---Si ganara una moneda cada que escuchara eso, ya sería millonaria.--- le comenté, con algo de burla en mi voz.

---Pero no más que el viejo.--- me comentó, mientras se levantaba del suelo.--- Hey, ven acá.

Klaus extendió sus largos brazos en mi dirección, cosa que no pude evitar aceptando su abrazo, él era uno de los que más había extrañado por aquí.

---Ha pasado tanto tiempo Klaus.--- le comente mientras lo abrazaba.

---Demasiado.--- aseguró el hombre, mientras me soltaba.--- Oye, de hecho esperaba verte...¡en verdad que te extrañaba!--- comentó Klaus mientras colocaba su cabeza sobre sus manos.

---¿Recién salido de rehabilitación?--- le pregunté mientras veía algo en su muñeca.

---No, no, no...

---¿En verdad sigues haciendo eso, Klaus?--- le pregunté, algo triste por él.

---No, ya no hago esas cosas.--- me "aseguró".--- Solo vine a comprobar por mi mismo si el viejo en efecto... había muerto.--- comento soltando un suspiro.--- ¡Y así es, se ha ido!--- mencionó mientras daba pequeños aplausos, cosa que no pude evitar y logró soltarme una risa. 

[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora