020.

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Amelia.

Habíamos llegado al gimnasio donde Diego vivía actualmente, específicamente en el sótano de dicho gimnasio, era un lugar algo espacioso a decir verdad. Luther había dejado al pequeño Cinco en la cama de número 2, ya que seguía inconsciente de lo borracho que estaba, mientras Diego colocaba a Dolores en una silla; quizá fuera un simple maniquí, pero no queríamos que Cinco se enojara. Él enojado es otra persona completamente diferente.

Los tres nos quedamos parados en la orilla de la cama mientras veíamos fijamente a Cinco dormir tan cómodamente. 

---Míralo.--- rompió el silencio Diego.--- Si no supiera que es tan cabrón, diría que se ve adorable mientras duerme. 

---Descuida. Pronto volverá a estar sobrio y volverá a su desagradable estado natural.--- le recordó Luther.

Yo simplemente asentía ante los comentarios de mis hermanos, ya que estaba tan de acuerdo con sus opiniones sobre el chico. 

---No puedo esperar tanto.

Mientras Diego decía eso, comenzó a caminar en su habitación siendo seguido por Luther, mientras yo simplemente me sentaba en un pequeño pedazo de la cama, sin llegar a aplastar o incomodar a Cinco, obviamente. 

---Debo averiguar que lo conecta a esos lunáticos antes de que muera alguien más.--- comentó Diego.

¿Morir alguien más?

---Oye, todo eso que dijo antes...---habló número 1 mientras miraba rápidamente a Cinco, para regresar su mirada a su otro hermano.--- ¿A qué crees que se refería? 

Diego no pareció escuchar completamente su comentario ya que veía a diferentes direcciones de su habitación, para después hacernos señas de que guardáramos silencio. Al parecer número 2 podía escuchar algo que tanto Luther y yo no podíamos. 

Diego tomo una de sus cuchillas para subir por las escaleras que llevaban a la puerta de la habitación, mientras que Luther y yo nos manteníamos en guardia ante cualquier cosa, Diego abrió rápidamente la puerta pero antes de que pudiera lanzar su cuchilla una voz lo interrumpió.

---¡Si me vuelves a lanzar uno más de esos malditos cuchillos, voy a presentar cargos!--- se escucho una voz de alguien mayor, probablemente el dueño o encargado del gimnasio.

Luther y yo dejamos de estar tensos al darnos cuenta que era alguien que Diego conocía, ya que mi hermano abrió la puerta completamente ante el desconocido hombre, por lo cual no había peligro alguno.

---¿Qué quieres, Al?--- le preguntó número 2 al hombre, con tono de aburrimiento.

---Yo no soy tu secretario.--- le comentó el hombre al entrar a la habitación.

Ya cuando entro completamente al lugar, pude verlo mejor; era un hombre de ya algo de avanzada edad, usaba un pequeño gorro en su cabeza con algo de ropa deportiva.

---Si, si.--- le contestó Diego sin interés, mientras volvía a bajar las escaleras.

---Te llamó una señorita, dijo que necesitaba tu ayuda.--- le informó el hombre.

---¿Quién era?--- le preguntó número 2.

---No lo sé, una detective, creo.--- le informó el sujeto.---Que dijo que se llamaba Blotch o algo parecido.

---¿Patch?--- preguntó Diego, quién ahora se notaba más interesado en la plática al haber nombrado a la tal detective.

El hombre, seguramente el encargado del gimnasio, levantó los hombres sin interés.

[1] Amelia | Número 5; The umbrella academy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora