ALBA BROOKE POV
El ruido del helicóptero me hizo agachar la cabeza mientras que los murmullos de Steve me ordenaban que volviera a mi posición. No tenía miedo, al revés. Era un soldado creada para este tipo de situaciones, y a pesar de que éramos humanos, prefería arriesgarme yo antes de que Howard o Peggy fueran atacados. Miré y apunté con mi gran pistola hacia la nave que se acercaba, y aunque no estaba segura que ellos supieran o no si estaba ahí, me acerqué un poco más.
— ¡Alba, por favor, vuelve! —Me suplica Steve. Yo no le hago caso, escucho unos pasos atrás de mí, un cuerpo se junta con el mío. Me agarra de los brazos para apuntar bien, firme, era mi hermano.
— Estás temblando —Me susurra Bucky, yo suspiro.
— A la de tres —Le susurro, mientras que mi ojo izquierdo se cierra por la mirilla como la nave se acerca.
— Una... —Bucky comienza a contar
— Dos... —Prosigo yo, la nave estaba muy cerca, podían descubrirnos.
Un gran estruendo suena en el lugar, salimos volando por los aires y disparo, sé que le he dado a la nave, pero me encuentro totalmente herida. Steve coge de mi cuerpo casi frío, corre hacia la base, no nos han descubierto pero han tirado una bomba a traición. Las voces de lejos suenan, Peggy, Howard. Están preocupados por mí, no sé qué pasa, pero no veo nada, no siento nada, no siento dolor.
— S-steve... —Un hilo de voz sale de mis labios.
— No te duermas, Alba. No cierres los ojos. ¡Necesita ayuda!
Miro a mi hermano, tumbado en otra camilla, ambos hemos sido muy heridos. Nos ha salpicado toda la bomba y no siento ni padezco, simplemente me preocupa el estado de mi hermano.
— H-hermano... n-no...
Abro mis ojos de golpe y mi cuerpo tiembla, se mueve con rapidez.
— ¡BUCKY, NO! —Grito, y cuando me doy cuenta que estoy en una sala blanca, tapo mi boca.
Las lágrimas salen de mis ojos, siempre tenía la misma pesadilla. La misma pesadilla que acabó con todo antes de que nos congelaran a Steve, Bucky y a mí. No tenía mucho uso de consciencia, lo único que sabía es que me habían descongelado en una especie de clínica y Steve hizo lo imposible por alejarme de mi hermano. Me decía que él estaba reanimándose, desintoxicándose. Me contó lo que pasó con HYDRA, y no me quiso contar nada más cuando de un momento a otro, Steve era historia en el grupo de los vengadores. A pesar de tener contacto con él, yo no sabía su paradero y me encontraba en Nueva York, perdida. Nick Furia contactó conmigo y creo que por eso acabé en esta habitación, estaba conviviendo en la base, y aunque mi propósito era encontrar a Steve y sobretodo a Bucky, sabía que esto era mi destino.
La puerta se abrió y un hombre moreno entra, tiene un atuendo raro, parece nervioso.
— Por fin has despertado —Me dice con una sonrisa nerviosa. Miro los cables que me rodeando, yo observo a aquel hombre.
— ¿Por qué estoy con estos cables? ¿Qué me pasa? —Mi duda era horrible.
— Antes que nada, soy el Doctor Strange. Te tuvimos que reanimar cuando no parabas de dar gritos y tu pulso iba al borde del lapsus.
Me quedo sin habla, eso es algo que nunca me había pasado, lo que simplemente asiento.
— Encantada de conocerle, Doctor. —Miro a sus ojos, él me atiende enseguida y hago una mueca al sentir la inyección en mi brazo. Él saca la vía de mi brazo y yo le agradezco con la cabeza.
No me faltaban muchas explicaciones para saber por qué estaba aquí. Simplemente unos gritos horribles me alarmaron.
— Mierda —Murmura Strange, sale de la habitación y yo decido salir detrás de él.
Mi atuendo no era tan horrible, era deportivo, así que no me importó toparme con dos hombres, cuales uno de ellos me reconoció.
— ¿Alba? —Me pregunta Bruce, yo sonrío.
— ¡Bruce! —Me adelanto para abrazarle, hacía mucho que no sabía nada de él. Lo había conocido en la India, era un hombre muy pacífico y me gustaba tomar el té con él.
Una mirada de todos sobre nuestro recibimiento nos hacen una sola pregunta.
— Nos conocimos en la India, una historia muy larga. —Dice Bruce, parecía muy nervioso.
Lo que realmente vino a continuación fue horrible. No conocía al otro nombre, pero por lo que había escuchado de los demás era Stark, simplemente tuvo mi total ignorancia ya que lo que realmente me importaba era bajarle el nervio a Bruce, estaba que se subía por las paredes. Cuando Bruce mencionó a Steve, todo mi sistema se alarmó, pero la mirada perdida de Stark no pareció darme buenas noticias.
— Tony, en estos momentos donde el universo peligra, me da igual con quien te hables y con quien no. Llámale. —Le suplica, yo estoy confundida. Sabía que algo había pasado, pero no sabía el por qué.
Miré a Bruce, él se puso a mi altura, nuestra conversación se fue al garete cuando unos gritos del exterior sonaron. Algo se removió en mi estómago.
— Alba, quédate aquí —Me ordena Strange. Yo le miro impresionada.
Ni de coña iba a quedarme aquí. Los seguí por detrás cuando todos salieron corriendo a ver qué es lo que pasaba. Cuando un anillo gigante apareció ante mis narices, me ericé por completo, realmente no era lo que esperaba. Tragué saliva, ayudé a gente que estaba tirada en las calles para que huyera en otro sentido y corrí, realmente necesitaban ayuda. Bruce hacía sonidos raros, realmente no sabía por qué lo dejaban estar ahí, pero algo verde salía por sus venas y realmente me daba cuenta de por qué estaba en la India de relax. Él podría ser un tipo experimento y me lo había ocultado tanto tiempo. Tragué saliva y miré que la acción llegó a manos de Iron Man, sabía quién era, no conocía al hombre en sí pero conocía las armaduras y el poder que tenía. Los dos monstruos que visitaban la tierra sin tener por qué eran demasiado fuertes, así que no dudé en ayudarlos.
Me subí a una fachada para acabar en el tejado, y cuando la cara calamar mandó lejos a Strange, yo no dudé en ayudar a Stark. Salté sobre el monstruo grande, pegándole en sus puntos débiles y derribándolo.
— Tienen a Strange, hay que proteger la gema —Le digo a Stark, cual se mantenía observándome hasta que asintió y se disparó hacia el cielo para recuperar la gema y la vida de Strange.
No sabía quién era Thanos, tampoco era capaz de entender el genocidio que estaba a punto de hacer. Lo único que sí sabía es que tenía que encontrar a Steve y Bucky y así, combatir juntos esta amenaza. Si no, puede ser que estuviéramos perdidos. Nosotros y la mitad de la humanidad.