ocho

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—JUNG HYORI—

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JUNG HYORI

Cuando llegué a la ubicación que JaeBum me había mandado horas antes, apenas entré a casa me quité los tacones que llevaba puestos, estaban matándome. JaeBum salió inmediatamente a recibirme y pude notar su cabello despeinado además que aún llevaba puesto su traje, lucía muy preocupado y no lo culpo, yo estaría igual. 

— HyoRi —me abrazó con fuerza apenas me puse de pie de nuevo, palmee su espalda y deposité un beso en su mejilla— ¿Dónde estabas? No contestabas las llamadas, estaba realmente preocupado.

— Tuve que resolver algunos asuntos pero no te preocupes, ya estoy aquí —me separé de él y acaricié su mejilla, el depositó un beso en mi frente.

— Por favor dime que no fuiste al hotel —le sonreí, cerró los ojos y suspiró—, realmente eres una chica impulsiva —cuando volvió a abrir los ojos, notó un ligero corte en mi mejilla, frunció el ceño y lo tocó— ¿Qué fue lo que te hicieron?

— Esto no lo hicieron esos imbéciles, debiste ver la llave que apliqué a uno de ellos —dije con aires de grandeza, me separé de él y dejé mi bolso en el sofá—, fue obra de SooYoung.

— ¿De qué mierda me hablas? ¿¡Fuiste a v—

—lancé un cojín a su cara para que se callara— No grites y deja que te cuente todo. Cuando ustedes se fueron me quedé en la oficina un rato más para encargarme de estos hombres que habían ido a buscar a TaeHyung, además de hacer mis investigaciones, descubrí muchas cosas interesantes en esas pocas horas así que, decidí poner un alto a toda esta mierda. 

— ¿Poner un alto cómo, HyoRi? ¿Qué fue lo que hiciste?

— Eso es información confidencial, JaeBumie. No tienes que preocuparte por nada, no involucra a las empresas en lo absoluto —me dirigí a la cocina por un poco de agua y mientras buscaba algún vaso, seguía hablando—, puse algunas de las cartas sobre la mesa como una advertencia a lo que podría pasar si no se detenían, fueron más advertencias a SooYoung en realidad. No es para nada lindo ver como la historia se repite con esa pequeña, me parte el corazón imaginar como puede sentirse.

—suspiró— No debiste meterte en esto, no es asunto tuyo.  

— Probablemente no, pero si sé por lo que está pasando SoEun, lo menos que quería hacer era quedarme de brazos cruzados viendo cómo es que hacían mierda la infancia de alguien más —me serví un poco de agua y cuando me la acabé, enjuagué el vaso y lo devolví a su lugar—. Jamás podría ignorar algo como eso.

Apenas me giré sobre mis talones, JaeBum depositó un beso sobre mi herida, después besó mis labios rápidamente y acarició mi cabello mientras me observaba enternecido.

— Mi esposa siempre busca ayudar a otros —le sonreí a medias, tomó mis brazos con cuidado y observó detenidamente algunos cortes que tenía, productos de mi intensa pelea y escape de esa mansión. Había omitido demasiadas partes de la historia y JaeBum lo sabía, pero también sabía que por más que preguntara, jamás podría decirle todo lo que pasó—. ¿Estás bien?

© back to me; kth | book #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora