© back to me; kth | book #2

diez

—JUNG HYORI—

Saludé a SoHye apenas llegué a la oficina con un portafolio en manos, lucía bastante sorprendida al verme ahí. Entré a la oficina, dejé el portafolio y mi bolso sobre el escritorio mientras me sentaba lentamente sobre la silla. Tomé aire y mientras acomodaba mis pertenencias, HoSeok abrió mi la puerta de mi oficina alarmado, traía la corbata mal puesta y el cabello desarreglado.

— ¡Jung HyoRi! ¿Porqué no avisaste que regresarías hoy?

— Baja la voz por favor, me duele la cabeza y aún estoy bastante adolorida. —dije suave, retrocedió y cerró la puerta detrás suyo mientras observaba cada uno de mis movimientos.

— ¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor, HyoRi? ¿Cómo sigue tu brazo?

— Está mucho mejor hope-ah, puedo moverlo ya así que no tienes de que preocuparte, puedo trabajar. No quiero dejarte todo a ti así que decidí venir a trabajar hoy, además es estresante estar bajo el mismo techo que JaeBum durante tanto tiempo —suspiré, HoSeok se sentó frente a mí—. No puedo dar ni un paso porque JaeBum dice que me voy a lastimar, es tan exagerado.

— ¿Cómo lograste escapar de él entonces?

— Le di una pastilla para dormir, no es algo de lo que me sienta orgullosa pero funcionó. —alcé los hombros y saqué una pluma de mi escritorio, señalé su cabello y cuando notó como había entrado a mi oficina arregló su aspecto.

— Sólo tenemos unas cuantas reuniones hoy, así que podremos irnos temprano. TaeHyung ha venido estos días a dejarte flores en el escritorio, sé que no las recibirías así que las tiro siempre. ¿Estuvo bien, verdad? —asentí y continué con mi trabajo— Pero HyoRi, ¿Puedes explicarme que fue lo que pasó entre ustedes? No creo que por nada se haya tomado ese atrevimiento, menos conmigo aquí. 

— Hablamos el día que fui a casa del señor Kim. El intentó persuadirme para huir con él, para volver, pero le dije que no sentía nada por él, corté los lazos que aún nos podrían unir, antes de terminar nuestra conversación el dijo que me amaba y honestamente, no sé como sentirme al respecto —solté los documentos y me recargué en mi silla—. Esperé durante tanto tiempo por algo como esto pero ahora, ¿Qué se supone debo hacer? ¿Debo fingir que siento lo mismo y vivir nuestro cuento de hadas?

— ¿Estás diciendo que ya lo has superado? —negué frustrada.

— No lo sé, de verdad no tengo ni idea. El cariño sigue ahí, sé que si el me pidiera ayuda yo iría corriendo a hacerlo, si el es feliz yo también lo soy y si lo veo llorar, mierda, me hace sentir tan mal imaginarlo así. Sé perfectamente que nada volverá a ser lo mismo de antes y para ser honesta, no quiero intentarlo, no me interesa más. Creí que el se comportaría como un adulto y podría olvidar todo lo que pasó entre nosotros pero aún cree que con rosas y unas cuantas palabras lindas puede enmendar todo lo que me hizo pasar —me puse de pie y caminé hasta mi librero para recoger dos libros que necesitaba—. De ese sentimiento, nace el deseo de vengarme por lo que el me hizo, hundirlo tal y como yo lo hice pero...

— Pero aún persiste el deseo de protegerlo, de perdonar todo lo que pasó —completó. Asentí, escuché a HoSeok tronar la boca y continuó—. Si me permites decirlo, TaeHyung no merece tu perdón, incluso ahora que apareció de nuevo frente a nosotros sigue causándonos problemas. Por su culpa estás así —señaló, suspiré y regresé a mi sitio—, y es algo que no podré perdonarle incluso si tu decides hacerlo. Además quiero recordarte que aunque puedas aclarar lo que sientes por él, debes mantener tu matrimonio con JaeBum, sé que no lo has olvidado pero—

— No te preocupes HoSeok, incluso si estuviera enamorada de otra persona, mantendría este compromiso. —le sonreí, hizo una mueca y nos pusimos a trabajar.

⋆⌘⋆ ────────

Apenas llegué a casa, entré a la regadera para tomar una ducha larga y relajante, esperando que los efectos del alcohol desaparecieran en un rato, pero tomando en cuenta todo lo que bebí esta noche era poco probable. 

Entré a mi habitación y me puse ropa cómoda para poder dormir un poco antes que amaneciera y fuera a trabajar de nuevo, mientras tanto me debatía si marcar a Kim TaeHyung siendo las dos de la mañana, estando ligeramente ebria y con los sentimientos a flote. Cuando estaba vestida, tomé una toalla pequeña y sin mucho cuidado sequé mi cabello, logrando que se enredara terriblemente, lucía tan asquerosa en estos momentos.

— ¿HyoRi? Son casi las tres de la mañana, ¿Qué sucede? —¿Qué mierda? ¿A quién había marcado?— ¿HyoRi, estás ahí?

— Uh-huh, estoy —dije divertida, me senté en la orilla del colchón—. ¿Tienes tiempo de escuchar una historia muy divertida? 

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