❝𝘓𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘦𝘯𝘻𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘫𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘥𝘦 𝘯𝘪𝘯̃𝘰𝘴, 𝘵𝘦𝘳𝘮𝘪𝘯𝘢 𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥𝘦𝘳𝘰 .❞
Soobin tiene un sentimiento de curiosidad por su vecino Huning Kai, y sus llamativos labios de color rosa.
➸Capítulos cort...
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Hueningkai es un pequeño niño de seis años a quién su padre le enseñó a hablar en un idioma sin contar con el Inglés, su idioma natal, el chino que viene de la raíz de su madre y el coreano que profundizó un año después de su hospedaje en Ansan, en Corea del Sur. Y ése es el portugués, mientras veía en el espejo su reflejó intento practicar una frase que le quería decir a Soobin, ésa mañana después de algunos día sin verse, su papá no le preguntó porque la urgencia en perfeccionarse en el acento, sólo le ayudó.
-A desayunar criança.- Llamó el señor Huening a su puerta sin golpear, ya que se encontraba entre abierta. Metió su cabeza en el hueco angosto y procedió a observar a su hijo, que acomodaba su camisa de color Blanca adentro de su uniforme.
-Estoy practicando.-Avisó. Siguió su procesó de "Pulcro" colocándose su pañuelo de color rojo sobre su cuello, sonriéndole a su reflejó al notar lo lindo que era el diseñó.
-Bueno, entonces tendré que decirle a Soobin que se vaya sin ti...
-¡Hyung!.-Gritó eufórico, la idea de que Soobin pasaría por él arriba de un caballo de color blanco sujetándolo por el cuello sin necesidad de ayuda, todo esbelto y encantador con una sonrisa de medio lado, le emocionó aunque muy en el fondo sabía que sólo se trata de su imaginación.
Salió de su habitación directo a la cocina, no tenía que bajar y subir escaleras porque su padre le brindó el cuarto cerca del baño y el patio, corrió ese tramo que le quedaba y buscó con sus ojos a Soobin una vez entró, decepcionado de chocar mirada con su hermana mayor, quién sonreía cómplice al ver el mohín que hizo con su labio inferior.
-¿Porqué ésa cara triste, Kai?.-Preguntó con un tono agudo que irritó a Huening Kai, su expresión cambió a una seria en cuestión de segundos su entre cejo se frunció y sus labios pequeños se convirtieron en una línea recta.
-¿Porqué tan maquillada si no es día de brujas, Hermana?.-Preguntó Huening Kai elevando su ceja derecha, provocándole. Y a pesar de ser un niño dulce y tímido sabía cómo molestar a su hermana, diciéndole pequeños comentarios o cuestionarios que la hacían enfurecer.
-Oh.-Soltó. Sus ojos eran una representación de fuego.-No es maquillaje, enano.-Escupió. Rodó los ojos molesta y se dedicó a darle otro mordisco a su galleta sin sal.
Huening Kai sonrió triunfador.
-Veo que en está casa no se enseña educación.-Comentó el señor Huening entrando a la cocina con sus brazos cruzados, reprochando a ambos de sus hijos.-¿Porque no le abrieron la puerta a Soobin?.
