❝𝘓𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘦𝘯𝘻𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘫𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘥𝘦 𝘯𝘪𝘯̃𝘰𝘴, 𝘵𝘦𝘳𝘮𝘪𝘯𝘢 𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥𝘦𝘳𝘰 .❞
Soobin tiene un sentimiento de curiosidad por su vecino Huning Kai, y sus llamativos labios de color rosa.
➸Capítulos cort...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Hace frío cómo para que te quedes sentado en el cordón de la calle, Huening Kai.-Dijo una voz aguda y agradable, que ha oídos de Huening Kai se oía melancólica.
-Es mejor que estar adentró.-Comentó triste, intentó evitar su mirada y escondió su rostro en el hueco que hacían sus piernas sintiéndose patético y estupido, no quería vérselas cómo un niño asustadizo y deprimido. Su frente se posicionó en su rodilla derecha y soltó un suspiró cargado de frustración.
-¿Que sucedio?.-Preguntó afligida. No quería que Huening Kai se sienta mal así que tomó asiento a su lado, sin importarle que su espalda baja sienta el frío que emanaba el cemento, sintiendo un escalofrío recorrerle en todo el cuerpo.-Pensé que te divertirias en tu primera salida.
-Y yo pensé que el niño que amó me esperaría.-Comentó serio, sentía que su corazón dolía en su interior y sabía que no estaba enfermo pero aún así le provocaba preocupación y tristeza, quería arrancarlo, quería que su cabeza dejé de proyectar las imágenes intactas de Soobin besando a Alexander, quería olvidarlo.
Presionó sus manos en frustración.
-¿Lo viste...?
No le dejó tiempo a terminar de hablar.
-Besándose a otro chico.-Comentó Huening Kai en un hilo de voz, sonó quebrado y ronco a causa de ahogar un sollozó, llorar no le devolvería su alegre y sentimental corazón.
Se sentía traicionado.
Una mezcla de enojo y tristeza invadió a sus impulsos a pesar de que se caracteriza por su positivismo y entusiasmo ahora se sentía roto como una flor, una que sufrió a manos de otros un arrancó de sus preciados y valiosos pétalos, al ajeno no le importó o éso cree pero aún así lo dañó sea o no consciente, la deja tirada en el césped sin ninguna conexión a sus raíces y a la textura de la tierra, y a la larga sabía que moriría porque no se procuró de depositar la en un sector fresco, simplemente la abandonó a los rayos del sol para que terminé el trabajó.
Ya no valían los recuerdos que habían creado, ni si quiera sabía si podría recrearlos.
-Asi que fue éso.-Susurró empática. Tendió su mano izquierda y la dejó descansar en sus cabellos de color chocolates, sintió bajó el tacto de sus dedos la suavidad y comodidad de sus hondas, le gustaba lo brillante y sedoso que es su pelo.-¿Y cómo lo enfrentaste?
