Sostenían la mirada uno en el otro, cada quien estaba perdido en los orbes del contrario el verde y el café se habían fundido dándose cuenta que combinaban perfecta y exquisitamente, que sus manos encajaban perfectamente una con la otra, que el canela de la piel de Otabek contrastaba deliciosamente con la piel blanca de Yuri, igual que un buen café con leche por la mañana. ( O un mañanero)
Y entonces se preguntaron internamente:
¿Que más puede combinar entre nosotros?
- Yuri...- pasó saliva el kazajo mientras su mano aún estaba en la nalga del rubio. Estaba nervioso, era reservado, pero estaba caliente.
- ¿Que pasa? - Dijo al tiempo que se abrazaba de su compañero quien estaba sentado en la cama, pegándolo a su pecho casi desnudo. Quería excitarlo mas y de igual manera esconder el rubor en su cara, tenia vergüenza; El gran Yuri teibolera Plisetsky tenia vergüenza.
- ¿En verdad puedo tenerte?
- Ya me tienes...- inhalo fuertemente - Tómame de una maldita vez... - Y con aquellas malas palabras intentaba calmar sus nervios.
Y el moreno obedeció, poco a poco la lengua del moreno fue subiendo desde su pecho hasta su barbilla, se desvió y beso con delicadeza sus hombros, continuo bajando y se encontró sus pezones, los chupo con cuidado y le dio un mordisco con algo de fuerza a lo que el rubio grito un poco.
- Tsk... - Hizo ese sonido al sentir que su erección se hacía más y más grande.
Ese era el momento, donde quería sacar todo lo que tenia, quería explotar dentro del rubio y quería disfrutarlo, quería dejarlo satisfecho, quería demostrarle que no se había equivocado al elegirlo entre todos sus pretendientes, quería llenarlo y al mismo tiempo llenarse, hacer mágico aquel momento y nalgearlo una y otra vez. Quería tomar al rubio lento, rápido, cuidarlo, maltratarlo, acariciar su cuello y apretarlo, quería jalar su cabellera rubia cada vez que lo penetrara hasta que el éxtasis le ganara a la razón y pasar delicadamente sus dedos entre sus bellos cabellos mientras comenzaban aquel acto de amor y deseo... Quería hacer todo con ese rubio.
- ¿Cómo te gusta el sexo? - Pregunto sin dejar de besar su cuello.
- ¿Que? - Pregunto a la mitad del éxtasis, regresando un poco la razón. Pinche kazajo siempre lo ponía en aprietos, solo debía cogérselo, no había tanta ciencia, pero no... Siempre le gustaba revolver su cabeza y sus sentimientos con esos cuestionamientos.
- Dime... ¿Cómo te gusta el sexo? - Jadeo un poco, estaba en un limite de cordura y perdición.
- No lo sé... - Respondió todo colorado de la cara. Puto kazajo
- ¿Te da pena? - sonrió de lado con satisfacción - ¿El gran, orgulloso y experimentado Yuri Plisetsky tiene pena? - Apretó el glúteo en su palma, como si fuera uno de esos juguetes quita estrés
Y el rubio ya estaba nervioso desde un principio, no es como que fuera su primera vez, eso era mas que obvio, pero si era la primera vez en que le importaba su rendimiento, si se veía lindo, si se había depilado bien las piernas y aquella parte que ahora le pertenecía al moreno que en ese momento le apretaba las nalgas, por primera vez le importaba lo que su pareja pensara de el y la forma en la que lo vería , estaba preocupado por su físico y por el gusto de su novio. OMG. El rubio estaba entrando en shock, pero no quería mentir.
ESTÁS LEYENDO
AMARRAME *Otayuri*
FanfictionYuri Plisetsky es el chico mas popular de su escuela, es el mas cortejado por hombres y mujeres por su extrema belleza tan exótica. Cada vez que alguien comienza una relación con el rubio lo único que le provocaba aquel ángel ruso era darle todo lo...