T E R M I N A D A.
Logan es un torbellino de emociones.
Mainyl solo es una pequeña margarita rodeada de inseguridades.
Mainyl quería aprender a conducir, en su manía termina angustiada bajo una tormenta a lado de su padre, quién en mal momento decid...
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~Restricción de sentimientos~
De nuevo estaban en mi esos pensamientos, era un verdadero dolor de cabeza tenerlos. No había podido dormir nada en toda la noche aunque sentía que mi cuerpo había descansado ya un poco. Estoy en la habitación de Logan, él se quedó a dormir en la de huéspedes, me negué pero según esto, era más cómodo estar aquí.
Después de la discusión que tuvimos decidí ahorrar mis palabras yo más que nadie sabía que no podría olvidar lo que sucedió, el daño estaba hecho, él ya no confiaba en mí, y yo no creía en nada y mucho menos en un ángel.
Tomé mi celular observa la hora, marcaba exactamente las cuatro de la mañana, resoplé, acto seguido me puse de pie, entré al baño para lavar mi rostro, una vez salí de este recordé algo.
-Rayos -hice una mueca al recordar que la había dejado en la sala. Salí y la tomé en las manos sería más cómodo hacerla en una mesa. En mi habitación contaba con una pero en la de Logan no había. Saqué los libros correspondientes y después empecé a realizarlo todo. Era un tanto tedioso ya que tuve que usar la lámpara de mi celular para iluminar el lugar. No quería que él se despertara, podría enfadarse.
Estúpido que aún le tema, pero es la verdad. Rebusque de nuevo en mi mochila buscando el libro del pelinegro puesto que solo traía el de Amber y Diana. Suspiré con pesar y me levanté de la silla para ir a la habitación en dónde él se había metido. Debería tener su mochila consigo ya que no estaba en dónde dormí.
Abrí con cuidado la puerta y la poca luz del exterior me permitió verlo, estaba recostado, sus labios ligeramente abiertos y sus pestañas caían finalmente por sus ojos.
Visualice su maletero y busqué el libro de cálculo, una vez lo hallé salí y regresé a mi lugar, copié los apuntes de mi libreta en la de los tres y suspiré una vez terminé.
Dejé descansar mi cabeza contra la mesa, mis ojos se sentían cansados y pesados, miré el reloj de mi celular, marcaba las cinco con quince minutos. Cerré mis ojos por un momento y una fina brisa de viento relajó mosculos.
...
— Many-levemente escuché mi nombre.
-Mainyl despierta-me zarandearon hasta que desperté.
Logan me miraba con el ceño fruncido, me incorporé en mi asiento sentía mi cabeza pesada.
- ¿Que hora es?-mi voz sonó ronca he inestable. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal.
- Son las siete de la mañana, ¿que mierda estabas haciendo?-por acto reflejo miré los trabajos, tomé su libro de cálculo y se lo extendí.
-Está completo sin ningún error- susurré con la cabeza baja. Dejé sentir el peso en mis manos por lo cual sabía que lo había tomado.
