T E R M I N A D A.
Logan es un torbellino de emociones.
Mainyl solo es una pequeña margarita rodeada de inseguridades.
Mainyl quería aprender a conducir, en su manía termina angustiada bajo una tormenta a lado de su padre, quién en mal momento decid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Canción: Demi Lovato-Stone Cold
~Lo que soy~
—¿Quién te dijo esto?—pregunta.
—Mi padre—Logan respira profundo. Me toma de la mano y empezamos a andar a toda velocidad.
Cruzamos la calle casi corriendo. Logro reconocer su camioneta estacionada, saca las llaves y abre mi puerta, no me mira ni habla, entro sin poner queja alguna, siento la garganta seca y miles de sensaciones golpean mi sistema en estos momentos.
Arranca con ferocidad rechinando las llantas en el asfalto, abrochó mi cinturón de seguridad con prisa, su mirada sigue las rutas de la carretera, los dedos de sus manos se tintan pálidos al apretarse con fuerza contra el volante, pequeñas gotas de sudor bajan de su frente.
—¿Puedes ir más despacio?, vas a provocar un accidente—. Pero parece que mis súplicas tan solo lo han alentando a ir aún más veloz, no sé cómo es que esquiva los autos con tanta precisión, como si fuese un experto al volante.
—Almenos dime, ¿a dónde vamos?
—Estoy harto de las mentiras Many, harto de dañar a los demás, de dañarte a ti—Cerra los ojos en las últimas palabras.
—No puedes cambiar al mundo, no puedes esperar que una tormenta pare con tan solo pedirlo, pero si puedes cambiarte a ti mismo— le respondo. Baja un poco la velocidad, necesito avisarle al profesor que quizá llegue tarde, aunque se que se van a preocupar. Saco mi celular, mis manos tiemblan un poco pero logro estabilizarme para poder escribirle que decidí salir con Adel.
—¿Me dirás a dónde vamos?— insistí.
—Vamos al emporio Starex, necesito hablar con mi padre— trago saliva nerviosa.
Después de una hora llegamos a un enorme edificio, el padre de Logan, Emmanuel, era el dueño de varias empresas.
—Vamos— dice sacándose el cinturón.
—¿Qué?, No, yo me quedo en el auto—. Baja caminando a mi lado abriéndome la puerta.
—Puedes quedarte fuera de la oficina, no te dejaré aquí sola, así que ven— toma mi mando ayudando a salir. El cielo se a vuelto más oscuro, el viento fresco acaricia mis mejillas de forma placentera.
Al entrar una mujer rubia con cara de estirada nos da la bienvenida.
Subimos a un enorme ascensor deteniendonos en el octavo piso. Caminamos hasta donde se encontraba una secretaría.
—Laura, ¿esta mi padre en la oficina?— la mujer de cabello negro y grandes cachetes se impresiona al vernos.
—¿Logan?, lo siento pero tu padre está en una reunión ahora mismo— En cuánto dice aquello el ascensor del frente se abre dejándonos ver a un hombre salir.
