CAPÍTULO 14

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Nota: La canción de arriba es la que canta Many y Logan.

La música empezó, deslicé las palabras de mi boca cargadas de sentimientos, cargadas de recuerdos he ilusiones vagas

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La música empezó, deslicé las palabras de mi boca cargadas de sentimientos, cargadas de recuerdos he ilusiones vagas. Cerré los ojos dejándome envolver en la bruma intensa de la canción, saboreando cada sílaba cada verso, cada emoción. Y cuando la parte que Adel debía entonar llegó, no fue su voz la que llegó a mis oídos, abrí los ojos con sorpresa topandome su mirada intensa. Logan estaba a mi lado, tocando una guitarra y siguiendo la nota musical, de reojo ví como Adel, Neil y Breyden sonreían entre sí, lo que más capturó mi atención fue observar la mano entrelazada de Adel con Neil, deje pasar eso y preferí concentrarme en la canción.
Muy pocas personas se detienen a observar las estaciones del tiempo, muy pocas personas se detienen a notar hasta la más mínima diferencia, se dejan envolver por las características físicas y no aquellas, vanas de emoción.
El invierno no es invierno sin el verano o la primavera, el invierno no es el invierno sin el otoño. ¿Pero que es el invierno sin el mismo hielo?, ¿sin el frío o la nieve?

La primavera no deja de ser lo que es si no tiene flores, animales o sol. Las personas no dejan de ser personas sin, ó con, amor.

Sin embargo es un sentimiento que hasta ahora, a quedado muy lejos de lo que pueda creer hacer o tener.

Amor

Una noche no es una noche con o sin estrellas, Logan es Logan con o sin mi perdón.

Por un instante, por un momento, nuestro mundo, nuestra alma, estuvo conectada, y entonces. Supe quién era realmente, nos desnudamos con la mirada, con las palabras que de nuestros labios salían.

Al terminar la última nota, la última palabra, él se acercó y me tomó de la cintura, me quedé sin aliento cuando sus labios buscaron los míos, cuando cedí al momento sin pensar en un futuro.

Lo único real era que Logan Starex se sentía más que culpable, miserable. Lo único que movía sus días era ella, esa niña dulce y lastimada hasta la mierda. Haría de todo para volver a juntar sus pedazos rotos. Aquellos que el viento no se encargó de llevar, y el fuego del dolor, de la depresión...Quemar.

Lo primero que haría sería hacerla entender su problema con la comida, besaría aquellas marcas que, con una navaja fueron hechas, hechas para soportar, para sobrevivir a él.

Lo que nadie sabía era en qué terminaría esto, él tenía un secreto, tal que se encargaría de unir más las fibras engañosas del destino.

"Soy capaz de lastimar todo aquello que pose sus manos en mí, soy capaz de quemar incluso el bloque más grueso de hielo"

—Ahora a nadie podrá si quiera mirarte, tocarte y mucho menos lastimarte, pues estarían retando a Maikel Ronalds.

Parpadeé un par de veces tratando de entender sus palabras. Ese nombre ya lo había escuchado. Maikel...

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