Capitulo 3

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Nueva vida

Firmaron los papeles lo más pronto posible en cuanto salieron del shock, estaban sumamente confundidos, tanto que hasta se les hacía difícil creer la comprobación hecha por la Hokage.

Es que, ¡Vaya! Llegan a la aldea, conocen a la Hokage, les deja entrar y, y ahora, ¡Ahora vivirán con ella! Demasiada información que procesar en solo unos minutos, quizá lo peor era que Kushina solo soltó la bomba como si nada y se rio de ello, o sea pensaban en un Kage como alguien más...

—¿Mas serio? —alzo la cabeza cuando termino de guardar los documentos. Solo le tomo una mirada descifrar lo que pensaban—. Esperaban a alguien más serio, con actitud fría e imponente como una enorme pared de concreto y que los recibiera de una forma mucho más diferente por ser de otra parte, ¿Verdad? —soltó una risita al ver que abrían la boca atontados en busca de palabras que los salvaran—. Ahórrense las excusas, yo no hago las cosas así, al menos no la mayoría del tiempo. Prefiero recibir de buena manera a los forasteros, hay que ser amables con los invitados o con los futuros residentes después de todo 'ttebane.

La sonrisa en su rostro mostrando sus dientes expresaba lo gracioso que se le hacia todo, las reacciones de esos niños le alegraron el día, más de lo que esperaba, sabía que sería entretenido ver como alguien que no la conoce de nada descubriera que asi es la gran Hokage de Konoha, heroína de guerra, una de las kunoichi más fuertes del mundo y con actitud de hierro.

Pero vamos, no espero que dejaran la boca abierta el suficiente tiempo como para que la baba empezara a deslizarse por sus labios.

—(Definitivamente debo hacer esto más seguido. Un plan de "conoce a la Hokage" me vendría muy bien si todos reaccionan la mitad de bien que ellos.)

Una imagen se formó en su enérgicamente. Un programa de televisión o algo asi en el que invitados de otras aldeas o hasta de otras naciones vinieran a conocerla y a preguntarle cualquier cosa, solo para quedarse de piedra cuando se den cuenta que una mujer con tal legado prefiere ser como cualquier otro a una líder con la que se tienen que usar muchos protocolos.

Estaba tan metida en su mente que no se dio cuenta de cuando empezó a reírse maliciosamente imaginando el momento en el que un plan tan fantástico como ese se cumpliera. Tanto el Ōtsutsuki como el peli gris se asustaron al verla riendo sola con una sonrisa tan sombría y seria.

—Oh, em, ¿Nos vamos? —despertó dándose cuenta de su estado, desvió cualquier duda lo más rápido posible y se levantó dispuesta a irse.

Ellos solo asintieron, ni siquiera estaban seguros de sí debían responder con palabras, lo único seguro es que Uzumaki Kushina podía ser una persona demasiado infantil y maliciosa si se lo proponía.

Una vez fuera de la mansión Hokage, la líder del pueblo tuvo una gran idea, presentarles partes de la aldea o al menos las más necesarias de recordar. Asi que lo que se supone que era un viaje a la casa de la pelirroja termino convirtiéndose en un tour obligatorio ante la insistencia y la cortesía de la mujer más poderosa del lugar.

A veces Sora miraba rápidamente a Naruto y a Kushina repetidas veces, porque en algo se parecían, eran demasiado insistentes cuando querían hacer algo. Se preguntaba si eran familiares o algo porque verla arrastrarlos hacia los lugares que quería, era lo mismo que hacia él cuando quería que lo ayudara en algo ya sea a las buenas o a las malas que llegara al lugar.

El paseo en verdad fue entretenido gracias a la personalidad extrovertida de Kushina la cual contrastaba con la introvertida de los dos jóvenes, ellos permanecían callados viendo la aldea con emoción en algunos momentos, a veces lograba saber lo que pensaban y los llevaba disimuladamente a las tiendas que parecían captar su atención.

Hijo de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora