Capitulo 7

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Demostración

—Ghaa, ghaa. ¡¿Qué le pasa a ese ji-san? No le damos ni un golpe! —exclamo jadeante el rubio al caer rendido después de enfrentar a Sarutobi Hiruzen en un pequeño combate de práctica.

Los aplausos de sus compañeros llegaron en cuanto quedo rendido al tocar el piso, algunos reían y otros suspiraron de frustración, hasta ahora Hiruzen no había sido tocado ni rozado por nadie.

Parecía viejo y lento, pero era como un puma al moverse y como una piedra al defenderse, duro y ágil. No sabían cómo lo hacía, ninguno, pero no se creían que en serio un viejo que cedió su posición fuera tan fuerte aún.

—Jojo, ¿Quién sigue? —una risita se le escapo y vio con ojos de bonachón a los niños buscando a alguien que quisiera ir a por él, los que ya participaron estaban encogiéndose entre escalofríos dándoles menos ánimos a los demás—. El que quiera que pase adelante, o escogeré a uno.

—¿Por qué no lo intentas? Eres el único que falta de nosotros 'ttebayo —incito Menma a su amigo de pelo naranja, este lo miro entre la intriga y la confusión, como si no se esperara a que lo animara a hacer eso.

—¿Cómo que por qué? Haría el mayor ridículo de todos, a diferencia de ti y de Sora yo no he practicado tanto taijutsu, si lo hago sería basándome en mis reflejos y nada más —negó calmadamente el ojirrojo, Sora volteo la cara al oírlo pero manteniéndose serio.

—De hecho no es una mala opción, al fin y al cabo terminaras pasando, deberías hacerlo bajo tus propios términos. No es como si alguno de nosotros pueda con él, podrías intentar —ofreció viendo como la mirada de Hiruzen empezaba a seleccionar a alguien. Cuando paso a enfrentarlo fue por selección y la verdad no espero que el Sandaime fuera tan bueno en todo, lo sorprendió.

—Cierto, cierto, peeeero por otra parte puedo esperar a que el tiempo se acabe y ya. Asi no pasare.

—Oh~, asi que tú quieres ser el siguiente Sasuke-kun —cesando todas las conversaciones con tan solo pronunciar ese nombre, Hiruzen hizo que todos lo miraran ahora.

El apático y callado Uchiha se levantó en silencio cuando escucho la conversación entre el trio, fue indiferente a todo lo que dijeron, pero algo que Sora dijo lo convenció de ser el próximo y fue que si iba a participar mejor que fuera en sus propios términos.

No le molesto en lo absoluto la reacción interesada de todos sus compañeros, cada mirada encima de él no significaba nada en lo absoluto, ni la de las niñas ni la de los niños. Ahora mismo solo tenía ojos para el viejo delante de él, su sonrisa y su amabilidad no cambiaron ni siquiera cuando él ingreso al ring.

Le dio tiempo de hacer de todo, lo había comprobado con los demás, pero hacerlo él mismo era lo que necesitaba de verdad. Rodeo al antiguo Hokage sin que este se inmutara en lo absoluto, postura relajada, fijándose solo en quienes estaban adelante y ninguna prueba de preocupación.

Era aterrador, sabía que no era el único que se dio cuenta de eso, desde el principio Hiruzen lo estuvo viendo y quizá el hecho de que apareció detrás de él tenía algún sentido. Alguna explicación, algo, porque no lo hizo solo porque sí.

Se coloco en una postura tranquilo, respiro un par de veces, y dejo que su cuerpo fluyera con lo que memorizo todos estos años.

La mano derecha al lado de su cabeza, un poco más arriba que esta, casi estaba relajada, pero se notaba que estaba algo tensa. La mano izquierda al lado de su cintura estaba a punto de formar un puño, tensa al igual que la otra. Sus piernas un poco separadas y su cabeza fría como el hielo.

Iría de frente, comprobaría si lo que vio antes eran puras alucinaciones o eran verdad. Cerro los ojos, necesitaba tranquilidad y más cuando tenía en frente a alguien como ese tipo.

Hijo de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora