Capitulo 5

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Adaptándose al nuevo ambiente

—Uaaaahhhh... que largo fue todo —moviendo su mano intento tapar su tan esperado bostezo.

—Si dormiste durante casi todas las clases... —lo miro el peli gris con una cara de que no entendía porque dijo lo que dijo.

—Casi, pero no en todas —se defendió captando los pequeños detalles el Ōtsutsuki, una sonrisa socarrona se formó en su somnoliento rostro.

—¿Al menos recuerdas alguna de ellas? —ladeando la cabeza vio al peli naranja.

—¡Claro que sí! —afirmo asintiendo convencido intentando no tensarse por la presión de las miradas que tenía encima.

—Aja ¿Cuáles? —lo incito divertido el rubio al lado de Sora.

—¿Ninjutsu? —vocifero con algo de duda en sus palabras, intento darle seguridad pero no salió casi nada de ello.

—Pff. Ni siquiera tuvimos clase de ninjutsu hoy —ahogando la risa entre sus dientes Menma lo vio entretenido por el pobre intento del dormilón.

—¿Ah? ¿En serio? Creí que si —parpadeo sorprendido y apoyo el mentón entre sus dedos. Se quedo pensando hasta escuchar un carcajeo que lo hizo girar con leves ceñas de que estaba molesto.

—Ni siquiera dijiste algo cercano a lo que dimos hoy ¿Seguro que duermes lo suficiente? —desafiante Sora se acercó invadiendo el espacio personal que tenía con esa sonrisa suya.

—Oh, discúlpame señor presto atención a las clases para burlarme de que Naruto se durmió cuando estemos de vuelta —sarcástico rodo los ojos ante la burla de su compañero—, y para tu información duermo excelente, gracias.

—Te molestaste, te molestaste —comento riéndose sin evitar contenerlo. Menma había estallado cuando escucho el largo apodo que Naruto le dio a Sora por más que solo fuera sarcasmo.

—Tch.

Rechistando aparto el rostro, acelero, y no miro atrás. Ignoro por completo las risas de Sora y Menma. Miro al cielo por un momento rezando por un corto o por lo menos tolerable camino de vuelta a casa.

Desgraciadamente ese no fue el caso.

Ambos aprovechaban para molestarlo a cada mínima oportunidad y él intentaba ignorarlos de cualquier forma posible. En algún momento del camino se le alzo una ceja con un tic y obtuvo malhumorado gesto en el cual tiene los ojos rodados junto a un muy notorio ceño fruncido. Toda su expresión corporal decía a gritos que si se podían callar, aunque parecían ser tan expertos como él en ignorarlo porque no pararon.

—Los voy a golpear si no paran —advirtió irritado el Ōtsutsuki, miro de reojo a los graciosos sujetarse el estómago. Hundió más la cara al ver que les divertía eso.

—Como si te atrevieras, eres más inofensivo que una pluma —alardeo el rubio viendo como él peli naranja volvía a enfocarse en el frente.

—No intentes desafiarme.

—Uaa, que miedo, mira como tiemblo —fingiendo temor hizo un baile gelatinoso en el cual tuvo que aguantarse la risa que le daba todo eso.

Sora se continuó riendo gracias a la ridículo que era Menma, era satisfactorio para él que alguien más molestara a su queridísimo amigo.

—Hey, vamos. Tu dijiste que una vida sin molestar no es vida —ironizo burlonamente Sora. Rápidamente se dio la vuelta y lo encaro apretando la boca.

—Dije que una vida sin molestarte a ¡ti! No es vida —aclaro viendo muy tentadoramente la posibilidad de golpear a alguno de los dos en ese preciso instante, un solo golpe en el abdomen y listo. Problema solucionado.

Hijo de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora