Capitulo 18

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Un mal inicio no define la historia, pero tampoco lo hace uno bueno.

—¡Bien! Llegaron a tiempo, muy buen trabajo —animó con felicidad Rin.

Después de las misiones que les encargaron los dos al fin habían terminado. El día fue largo, tortuoso e infernal. Mas no evitaba que esos breves segundos en los que retomaban el aire fueran oro puro.

—¿Hasta cuándo vamos a seguir así? —dijo entre jadeos Naruto.

—Puede que hasta que lleguen a la tumba, quien sabe —le respondió sonriente su maestra.

Él pego un fuerte suspiro y miro como Sora paso un dedo por su cuello soltando un fantasma de su boca. Rin, como todos los días, se rio de ambos. Estarían asi un largo tiempo, después de todo era el único momento del día en el que podían descansar sin tener que correr.

Ella tomo su rumbo dejándolos atrás, levanto la mano como despedida acompañado de un grito, algo que los dos intentaron a su débil manera.

Lograron terminar más temprano de lo normal, asi que el resto de la tarde la tendrían libre. Sentado Naruto comenzó a hablar con Sora quien seguía acostado sin planes de moverse ni un poco.

—¿Crees que a los demás les vaya bien? —le pregunto. Él movió la mirada y tomo algo de tiempo en responder.

—Al equipo de Menma no creo, te apuesto a que se distrajo y dejo escapar a alguno de los animales.

—Nah. Yo creo que prefirió huir a seguir con él.

—¿El animal o Menma?

—¿Y tú que crees? Obvio que el animal. Si Menma es un exagerado.

—Mira quien habla. Cuando rompiste la ventana de esa señora casi te da un infarto —apunto acusadoramente con su dedo.

—¿Ya olvidaste como reacciono ella? ¡Me quitaron la paga del día solo para satisfacerla!

—Era una viejita y tu un idiota, a mí me parecía justo.

La mirada reprochadora de Naruto hizo reír a Sora y asi continuaron hablando sobre su loca semana con esas misiones.

El día que Hiruzen dio la noticia también vino con una solución, porque, según él, no podían hacer que tantas personas se quedaran repitiendo hasta el próximo año. Por lo que, como una salvación a todo ese problema, hizo lo siguiente: Agrupo en tríos a la mayoría del salón y les asigno un Jōnin que estaría presente en las misiones encomendadas.

También les dejo un último mensaje de despedida ese día:

"—He visto a muchos fallar, pero ustedes tendrán que mover el culo si quieren estar a la talla —comento con desdén mirándolos sin estar convencido de su decisión—. No hagan que me arrepienta de darles otra oportunidad."

Y se fue. Simple, sencillo y molesto. Jamás los había tratado de esa forma y sinceramente algunos agradecían que en días posteriores no lo volvieron a ver, porque los que si se lo encontraron sentían su mirada examinadora y decepcionada sobre sus espaldas en todo momento. Hasta en las noches más... calientes.

Ellos eran parte del grupo que no lo había visto, corrieron con algo de suerte sí, pero no quería decir que se lo tomaran a la ligera, de hecho ambos eran de los más preocupados aunque lo mostraran a su forma.

Apenas termino la prueba Naruto estuvo impaciente moviendo el talón a gran velocidad y Sora se mantuvo en sus pensamientos intentando ignorarlo todo para hacer como que no existiera.

Pero ya ¿Ahora estaban mejor que antes? Quizá ¿Es demoledor lo mucho que tienen que correr? Demasiado ¿Valía la pena? El dinero dice que por supuesto.

Hijo de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora