Capitulo 17

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Quisiera ser como ellos

Era un nuevo día en la aldea, aunque el sol aun no salía al igual que la gente, igual es un nuevo día. Pero eso le daba igual a alguien.

—Mm...

Arrugando las cejas giro sobre la cama. Tenía en frente la pared y una pequeña esfera azul, la más pequeña que ha creado hasta la fecha.

En sus ojos se reflejaba con claridad el brillo azul de la esfera, pero él no estaba enfocado en ella. Tampoco en el ritmo que se reproducía en sus audífonos. Pensaba más allá de ese cuarto, pensaba en el pasado y en sí mismo.

El día de ayer, después de las repentinas acciones de Hinata, intento perseguirla y logro alcanzarla, pero tuvo que dejarla ir, más bien, ni siquiera podía retenerla.

—Por favor, a-aléjate de mí.

—¿Alejarme? —confusión total lo invadió—. No sé qué pasa, pero a ti te pasa algo. Podemos hablarlo o al menos déjame acompañarte un rato, si me explicas podría ayudar...

—¡No! —Hinata alejo su mano de su agarre, dejándolo descolocado.

Nunca la había visto gritar de esa forma. Y no entendía porque ella estaba jadeando, lo único que entendía era su propia ira, su molestia.

Ella dio unos pasos atrás y se dio la vuelta dispuesta a irse, colocando barreras entre ella y Naruto, unas que no lo permitieran pasar.

Hasta que le tomo la mano otra vez. Un gemido salió de su boca en contra de toda voluntad. La calidez que sentía era cómoda, pero no una que pudiera disfrutar. No en este momento.

—Hinata, por favor cálmate un poco y escúchame —demando.

Sintió alivio cuando la vio relajarse, detener todos sus impulsos. Ella puso una mano sobre su corazón y lo apretó con fuerza, los jadeos se debilitaron, aunque seguían presentes.

Una sonrisa adorno el rostro de Naruto cuando la vio darse la vuelta.

Hasta que sintió la cachetada en su mejilla.

Ella se fue sin dar una explicación o algo, abandono el lugar sin mirar atrás, la marca de su palma en la cara de Naruto como ultimo recuerdo.

El camino de vuelta fue más largo que nunca.

En medio de su recuerdo toco su mejilla derecha. Ya no había ninguna marca. Pero el dolor... el dolor seguía presente.

No entendía que paso o si fue su culpa. Puede que sí. Después de todo, él, aunque no quiso, los quemo a todos en ese genjutsu. Y no entendía como todos podían seguir de esa manera, como si nada hubiera pasado.

No los entendía, quería ser como ellos. Pasar página rápido sin tener que preocuparse en exceso por cada mínimo error que comete, como todos los demás.

Había intentado superarlo, lo intento de verdad. Y... no pudo.

Durante la segunda prueba intento usar sus llamas en repetidas ocasiones, más de las que podía contar. Pero no salían como quería. Eran pequeñas, débiles e inútiles. Cuando veía que se acercaban a alguien desaparecían sin más.

Apretó sus puños sobre la pequeña llamita que había creado en frustración y chasqueo la lengua.

—Quisiera ser como ellos.

Una madrugada nunca había sido tan larga para él.

[.]

—¡Corran, corran! ¡Que llegamos tarde! —grito Menma tomando la delantera del grupo.

Hijo de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora