4. Tensión Sexual

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Hola gente linda 💞 aquí les traigo un corto capitulo, pero es algo😅💕

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Taemin estaba tras la puerta, oyendo maldecir a Minho, dispuesto a entrar para ayudarlo cuando se lo pidiera. Aunque Choi no iba a pedírselo. Antes prefería ahogarse en aquella tina.

Debía controlar sus emociones, se dijo. Si se dejaba llevar, sólo conseguiría sufrir aún más. Rendirse no serviría para nada más que para conseguir una satisfacción temporal. Sería como retroceder en aquellos tiempos mejores de su vida juntos, olvidándose de lo malo.
Bueno, no había sido tan malo, pensó. En realidad, había sido estupendo, en parte. Hasta que empezó a sentir que sólo era un anexo en su vida. No era tan idiota como para creer que Minho iba a compartir nada con él. Cuando vio que no alcanzaba el envase de shampoo, volvió a entrar en el baño. Minho lo fulminó con la mirada, como si todo aquello fuera culpa de él. Taemin no le hizo caso, acostumbrado a que los pacientes más obstinados lo mirarán de esa forma. Sentado en un banquito, le lavó el pelo, intentando evitar el corte de la frente. Minho dejó escapar un gemido parecido al de un oso cansado y, sonriente, Lee
recordó cuántas veces habían compartido esa bañera, cuánto le gustaba ponerle crema suavizante en el pelo… Minho tenía unas manos preciosas y sabía muy bien cómo usarlas. Las utilizaba tan bien que siempre Taemin acababa suplicando por que le hiciera el amor. Abruptamente, Taemin tomó el mando de la ducha para quitar la espuma de shampoo del pelo, aunque debería refrescarse a sí mismo. Minho echó la cabeza hacia atrás, dejando que el agua cayera sobre su cara.
Cuando sus ojos negros se clavaron en él, se le encogió el corazón por enésima vez en lo que llevaba ahí. Era como una tortura china para Minho. Un  joven hermoso, uno al que conocía desde la punta del pelo hasta la punta de los pies, lo trataba como si fuera un simple paciente… y él estaba tan tenso que podría romper nueces. Minho colocó la esponja estratégicamente para que no se diera cuenta. No sirvió de nada, claro.

-Te has mojado.

Él miró hacia abajo. Se había mojado la polera y sus botones se marcaban claramente bajo la tela. Cuando Choi alargó el brazo, él puso en su mano la prestobarba.

-Tae…

-Por favor. No te habías quejado tanto en tu vida como en estas dos horas. ¿Por qué te quejas tanto?

-Porque me siento como un niño inútil.

Taemin levantó una ceja.

-¿Quieres decir que hay cierta inocencia infantil por ahí, en algún sitio?

Minho murmuró algo mientras Taemin le colocaba un espejo al frente.

-Rasurate.

Estaban muy cerca. Sólo habría tenido que moverse un poco y sus labios se rozarían, pero no lo hizo, empezó a rasurarse y, cuando llegó a un punto en el que no podía hacerlo, Taemin le quitó la prestobarba. Lo rasuro cuidadosamente, rozando su cara con los dedos, sintiendo el calor de su piel. Choi Minho mordió suavemente uno de sus dedos y Lee experimentó el poder que aquel hombre tenía sobre él. Cuando empezó a lamerlo eróticamente, vaciló. Deseaba sentir sus labios, deseaba tocarlo, pero no podía ser. Si seguían así, acabaría en el suelo, en cuatro pidiendo o hasta suplicándole que lo hiciera suyo.

-Ya está. Ahora, levántate -dijo, tragando saliva.

Enfadado por su indiferencia, Minho apretó los dientes.

-Maldita sea, Lee, salga de aquí. Puedo salir de la bañera yo solo -le grito Choi tratándolo como a uno de sus soldados.

-Avíseme cuando quiera quitarse la manga de plástico.

-¡Puedo hacerlo solo!

-No, no puede, capitán -replicó él, saliendo del baño.

Afortunadamente, en la pared había una barra de seguridad y Minho se levantó afirmándose en ella, se quitó el jabón con la ducha y buscó la toalla. Estaba tratando de atarla a su cintura cuando Lee volvió a entrar. Naturalmente, no podía realizarlo con una sola mano, pero no le pidió ayuda. Él le colocó la toalla sin decir nada y cuando rozó su entrepierna sin querer, Choi contuvo el aliento. Aquella cosa tenía vida propia, pensaba, mientras Taemin le quitaba la manga de un tirón.

-Eso te ha gustado.

-Sí, claro. Me gusta hacer daño.

Su voz se escuchaba un poco rota al decir eso. Podría darse de golpes contra la pared, pensó Minho. Taemin no era una persona rencorosa, todo lo contrario. Era una persona generosa y buena. Esa era precisamente la razón por el que nunca le había contado ciertas
cosas de su vida y su carrera como Marine. No habría podido soportarlas. Y lo hubiera dejado.

¿Y qué había conseguido no contarlas?, se preguntó entonces.

Estar Solo.

-Hay ropa limpia encima de su cama.

“Tu cama, tu habitación”, pensó él, recordando que había sido de los dos.

El capitán Choi decidió entonces que aquello tenía que terminar. Estar tan cerca y no poder
tocarlo, deseando estar dentro de él, oír sus deliciosos gemidos de placer…Ay Dios, cómo lo deseaba, cómo deseaba a ese hombre. Pero sólo tenía a Florence Nightingale, versión masculina y con pantalones ajustados.

Con un pantalón de chándal y una camiseta a la que Taemin le había cortado las mangas, Minho se sentó al borde de la cama, pensativo. Él estaba por ahí, haciendo algo, pensando que lo ayudaba cuando, en realidad, lo estaba volviendo loco. Mirando el reloj, tomó el teléfono y marcó el número del comandante médico.

-Quería hacerle una pregunta. ¿Este enfermero es estrictamente necesario?

-Sí. Los médicos le dejaron ir a casa con la condición de que volviera al hospital cada dos días para una revisión. Pero como no vino y era una orden directa, capitán.

Choi hizo una mueca. Que se hubiera quedado dormido durante todo ese día de control rutinario no era una excusa, claro.

-No necesito un enfermero, comandante.

-Yo diría que un joven que se preocupa por usted es mucho mejor que un médico militar.

Minho miró hacia la puerta. Taemin estaba haciendo ruido de cacerolas en la cocina.

-Muy bien, de acuerdo. A sus órdenes.

-El hecho de que sea su esposo…

-Perdone, comandante, pero es mi ex esposo.

-Todavía no, según los papeles. Pero si tiene algún problema… Él dejó su trabajo para encargarse de usted cuando se lo pidió el doctor Kim. El ejército no tenía el suficiente personal de enfermería disponible.

Choi Minho no quería que ningún Marine se quedará sin enfermero por tener que ir a cuidar de él.

-Muy bien.

-Recuperate pronto, Choi. Queremos que vuelva al servicio activo lo antes posible.

-Gracias, comandante.

-Y otra cosa…

-¿Sí?

-Quizá debería aprovechar esta oportunidad para una reconciliación.

-Comandante, con mucho respeto.. usted no conoce a mi ex esposo.

-Aparentemente, capitán, usted tampoco.

Y después de eso, el comandante cortó la comunicación. Minho miró el teléfono y luego colgó, pensativo. Mientras en la cocina seguía oyendo ruido de cacerolas.

“Estoy en el campo enemigo y no hay señales de que alguien me rescate”, pensó.

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Bueno, nos leemos pronto en un nuevo capítulo y no olviden de dejar su voto ⭐

     🌸🍃Amor para uds🌸🍃

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