10. Piscina

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Buen Lunes para tod@s, e inicio de semana!!

Aquí les traigo un nuevo capítulo de esta hermosa historia de amor 2min💕🤗

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Por la mañana, Minho estaba intentando relajarse metiendo los pies en la piscina cuando un estruendo dentro de la casa lo sobresaltó. Asustado, se levantó a toda velocidad y entró en el salón como una tromba… para ver a Taemin pasando la aspiradora al ritmo de la música que salía del equipo de música. Bueno, bailando con la aspiradora más bien.

Minho se apoyó en la pared, observando sus movimientos. Su figura resaltaba de una forma encantadora. Y cuando hacía esa cosa con las caderas, tan parecida a lo que hacía en la cama, cuando estaba encima de él… Minho decidió que estaba pidiendo a gritos un castigo.

-¡Taemin!

Él se volvió, sobresaltado, y apagó la aspiradora.

-¿Qué pasa?

-¿Esto es necesario? -preguntó Minho.

-Para ti no sé, para mí sí -contestó Tae, tan tranquilo-. El desayuno está en la mesa, por cierto.

Choi fue a la cocina mientras él volvía a la tarea más aburrida del mundo, aparentemente encantado. Poco después lo vio pasar por el pasillo con la aspiradora, sin dejar de bailar. Qué hombre, pensó. Se sentía mejor esa mañana, menos ogro. No había tenido pesadillas esa noche. Taemin había dormido a su lado en el sofá, pero cuando despertó, a las tres de la mañana, había desaparecido después de taparlo con una manta.

¿Cómo iba a recuperarlo si se apartaba?

Unos minutos después, Taemin apagó la aspiradora y se reunió con él en la cocina. Entonces vio que una de las ampolletas se había fundido.

-Puedo hacerlo yo -se ofreció Minho.

-Las órdenes son las órdenes -le recordó él, tomando la escalera. No era muy alto y tenía que ponerse de puntillas… pero cuando vio que estaba a punto de perder el equilibrio, Minho lo sujetó con el brazo bueno.

-¡Suéltame! Te vas a hacer daño.

-Nunca te dejaría caer -dijo él, con voz ronca.

Taemin lo miró a los ojos.

-Deja que te mire los puntos.

-Estoy bien, no ha pasado nada.

-Muy bien, de acuerdo -suspiró él.

Minho se quedó al pie de la escalera, por si acaso. Su piel era tan suave… le habría gustado meter la mano por debajo de aquel pantalón tan corto, pero si lo hacía volvería a perder el equilibrio.

-¿Qué tal si vamos a nadar después de desayunar?

-Muy bien -contestó Lee. Debía estar aburridísimo, pensó. Minho no solía nadar porque la piscina era muy pequeña y flotar en el agua no era precisamente su idea de la diversión.

-Voy a buscar la manga. ¿Puedes quitarte el pantalón o necesitas…?

-No.

Choi fue a cambiarse y cuando volvió, Tae estaba ya al lado de la piscina, colocando dos hamacas. Se detuvo al verlo en aquel bañador. ¿Tenía que ponerse eso tan pequeño? Entonces recordó que lo había comprado para él, haciéndole prometer que no se lo pondría en público. Y él debió ver algo raro en su expresión, porque se lo colocó, diciendo.

-Lo he encontrado en una vieja bolsa de playa. No me había traído bañador.

Como si eso importara.

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