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Felix le dejó en la mano a Hyunjin sus auriculares y me miró durante unos segundos haciéndome sentir horrible por algo que ni siquiera era verdad. Su mirada tenía esa característica: era tan dulce que cuando se apagaba te hacía sentir el ser más miserable del planeta.
Me levanté del sofá y me puse al lado de Hyunjin sonriéndole dulcemente tratando de aliviarle de alguna forma.

—¿No dijisteis que no había nada?

—No, no lo hay, Felix. Solo he venido a hablar con Hyunjin.

—Le pedí yo que viniera y me ha sido de gran ayuda—me sonrió agradecido.

Le devolví la sonrisa y miramos ambos a Felix que no parecía demasiado convencido por el tema.

—Yo tengo que volver a ensayar, tú...—miró a Hyunjin.

—No, yo no voy a volver todavía.

—Oh, comprendo—asintió y me volvió a mirar, a lo que yo le sonreí dulcemente.

—Enseguida estará con vosotros de vuelta, pero de verdad que necesitamos hablar, Felix—me separé de Hyunjin y me acerqué haciéndole mirarme—. ¿Tú confías en mí?

—¿Cómo no...?—calló al escuchar su móvil que interrumpió la conversación y al ver quién era se lo llevó al oído—. Sí..., claro que sí..., estoy con él..., ¿en serio? Vale, pues ahora vamos—colgó el teléfono y nos miró—. Jeongin me ha dicho que Chris quiere que estemos todos allí.

—¿Y para qué me deja irme?—se quejó.

—Habrá sido un cambio de planes, no le des demasiadas vueltas—le quité importancia y él me contestó asintiendo con la cabeza.

—¿Vienes?—dijo Felix señalando la puerta.

—Enseguida voy, ve adelantándote. En cuanto termine la conversación voy.

—Está bien—el chico se despidió de nosotros con la mano y salió del piso rápidamente. Definitivamente algo iba mal, el sol de había apagado y eso me preocupaba.

—Muchas gracias, Marta—me dijo Hyunjin cogiéndome de los hombros como si no nos acabara de ver Felix y pensara lo último que cualquiera de los dos querría que hiciera.

—No las des, sabes que puedes contar conmigo—le sonreí y le di dos golpecitos en la mejilla—. Ahora ve, tienes que ir con los demás.

—Vamos, te acompaño un trozo.

Asentí sacando el móvil se mi bolsillo para ver la hora; no era excesivamente tarde. Al ir a volver a guardarlo vi una llamada de Lizzie y no comprendí nada cuando me dijo que fuera a la empresa con los chicos, aunque traté de no darle tantas vueltas para no calentarme la cabeza. Se lo comenté a Hyunjin y él pareció no tener ni idea de lo que pasaba.

—No sé porqué puede querer eso.

—¿No os ha comentado?

—Chris no suele comentarnos todo lo que se le pasa por la cabeza, a veces es una caja de sorpresas.

Asentí con la cabeza, ya lo conocía lo suficiente como para saber eso. Podía ser una persona increíblemente dulce, también podía ser muy profundo o incluso tremendamente serio y trabajador. No conocía un punto intermedio en él, era impredecible y eso no me parecía para nada malo. Hyunjin hablaba de un disco nuevo que había escuchado de uno de sus artistas favoritos y yo le escuchaba interesada, nunca era un desperdicio escuchar de nueva música que añadir a mi lista. La sonrisa le llenaba toda la cara y sus ojos brillaban con ilusión mientras compartía conmigo su opinión. Me encantaba ver a la gente ilusionada por las cosas que les gustaban, yo siempre había sido una persona habladora y en muchas ocasiones me habían callado o mostrado el claro desagrado en las cosas que decía con tanta ilusión, así que desde mucho tiempo atrás adoraba ser la sonrisa interesada en cada pequeño detalle que la gente contaba con ilusión. Hyunjin estaba encantado y aún más cuando le preguntaba cosas interesándome en aquel cantante.
Cuando vimos la empresa y nos encaminamos Hyunjin calló y se adelantó. Sabía que la zona siempre la rondaban fans y solo faltaba que nos vieran juntos. Poco después fui yo y cuando entré lo vi apoyado en la pared.

{Beautiful Maze}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora