{Beautiful Maze}

{12}

Me apoyé en el mostrador de la cafetería mientras reía por lo que me había dicho Chris, sacudí la cabeza y le mostré mi sonrisa.

— ¿Desde cuándo trabajas aquí? — dijo Chris sorprendido al ver a Lizzie dejar las bandejas.

— Desde hoy. Necesito dinero, así que esta es la única forma — soltó un soplido.

— Venga, que no decaiga. Tú puedes — asintió con una brillante sonrisa que hizo a Lizzie sonreír levemente.

— Gracias...

Chris le guiñó un ojo y tras coger una bandeja se fue hacia la mesa. Yo miré a mi amiga y le moví el brazo despacio.

— Va, hay que luchar un poquito — asentí firmemente y luego seguí a Chris con la otra bandeja en las manos.

Cuando me senté dejé delante de Alice con delicadeza lo que había pedido y luego hice lo mismo con mi parte.

— ¿Y qué hacéis los tres aquí?

— Necesitábamos relajarnos. Esta siempre es una buena opción para desconectar — asintió Woojin mientras movía su café.

— Llevamos todo el día ensayando. Algunos ya estaban quejándose demasiado — dijo Minho poniendo una cara rara al beber el café.

— ¿No está bueno? — preguntó Alice.

— Lo está, pero él es así. Siempre que se toma el café hace caras raras.

Minho no rebatió lo que Woojin dijo y bebió otro sorbo, aunque esa vez ya no hizo ninguna cara.

Removí mi batido con la pajita y al mirar lo que Alice tenía delante fui capaz de notar un leve movimiento: Changbin deslizó una mano por su pierna y cazó la de Alice colocándola en su regazo. Mi amiga trató de disimular la sorpresa, pero por desgracia sus mejillas le delataron. No podía creerme lo que estaban viendo mis ojos, "¿eso significa que están saliendo?" Me pregunté a mí misma y cuando Alice me miró le sonreí con picardía. Ella no podía ocultar su sonrisa y me hizo un gesto de que me contaría en otro momento.

No estuvimos tanto tiempo como nos habría gustado; los chicos tenían que irse y nada más terminaron de tomarse sus bebidas salieron disparados, pero aún así nos dio tiempo de hablar algunas cosas. Por un lado confirmamos que nos veríamos en Año Nuevo, ya que en Navidad sería imposible porque tenían que acudir a un show navideño. Después también hablamos de nuestra repentina búsqueda de trabajos, y para terminar no pudimos evitar rogar por algún tipo de spoiler del nuevo disco, pero eso no llegó, aunque tampoco era de extrañar.
Alice y yo nos quedamos toda la tarde en la cafetería mientras hacíamos cosas de clase cada una con su respectivo ordenador. No era necesario que estuviéramos allí, pero queríamos acompañar a Lizzie en su primer día de trabajo.

Me pasé todo el día siguiente nerviosa por mi primer día de trabajo, no tenía porqué estarlo, pero nunca había trabajado en nada y esta nueva experiencia me causaba al mismo tiempo curiosidad y algo de ansiedad.
Cuando llegó el momento respiré hondo antes de entrar a la biblioteca y me acerqué al mostrador de la entrada. Desde hacía mucho tiempo había sido capaz de hacer cualquier tontería en público sin miedo al ridículo, pero las cosas más pequeñas y que podían parecer sin importancia se me convertían en montañas a veces y tenía que luchar contra los nervios.
La mujer que estaba al otro lado del mostrado me sonrió con amabilidad y me dirigió hacia una pequeña sala que estaba situada a la derecha. En ella había un chico que debía tener mi edad más o menos y en su cuello pude ver colgada una tarjeta de identificación de algún tipo.

— Perdona, me ha dicho la señora de la entrada que tenía que hablar contigo por lo del trabajo.

El chico levantó la mirada de unas hojas que revisaba con detalle. Tenía unos rasgos muy dulces y me di cuenta de forma instantánea que su familia no era completamente asiática. Sus ojos estaban rasgados con delicadeza y tenían un color miel que rara vez había visto en gente asiática de forma natural. Bajó la mirada a su carpeta, la cual abrió y de la que sacó una hoja que observó con atención, luego me volvió a mirar comprobando si era la misma persona de la fotografía que había tenido que proporcionar para trabajar allí.