{27}

4 1 0
                                    

Cuando hacía unos días Yangmi contó lo que ambas tuvimos un par de años atrás no fui consciente de que a algún presente podía haberle pillado de sopetón, hasta que Chris desapareció por completo de la conversación. No teníamos que hablar de nuestras anteriores relaciones por obligación, pero estaba claro que no debería de haber obviado que mi ex era una gran amiga y la veía mucho más que a él semanalmente. Cuando me di cuenta de ello me sentí bastante mal y antes de que saliera por la puerta, cuando decidieron poner rumbo a la empresa de nuevo, lo frené.

—Chris, ¿podrías hablar solo un minuto?

Él miró hacia los chicos: Jisung y Hyunjin se adelantaban mientras Minho le esperaba unos metros más allá. Entendí que le costaba decidir entre su pareja y su trabajo y tomé la decisión por él:

—No te preocupes. Ya hablaremos cuando no estéis ocupados.

Admito que el corazón se me encogió porque no me gustaba guardarme mis sentimientos, pero sabía lo que su carrera era para él y que necesitaba todo el tiempo y más que gastaba en ella para alcanzar la casi perfección buscada en todas y cada una de sus canciones.

—Hoy no pensábamos quedarnos mucho tiempo, así que igual después de tu hora de cenar tengo un rato.

—No lo fuerces, no hay problema. —Le quité importancia sacudiendo la mano.

—No lo fuerzo, Marta. Quieres que hablemos, yo también lo quiero y si no lo hacemos tu cabecita pensará más y te joderá, así que acudiré a la residencia después, ¿vale?

Asentí con la cabeza y cuando se dio la vuelta y fue con Minho solté el aire que había estado reteniendo en mis pulmones. Tenía razón en lo que dijo: siempre tendía a pensar más de lo que tocaba y eso me llevaba a dañarme y empeorar situaciones, por eso sabía que si lo dejaba pasar terminaría estallándome por otro lado y no quería que eso sucediera.

Entré al café y ayudé con Alice a Yangmi y Lizzie a ordenar el lugar antes de cerrar. Ese día mis dos amigas estaban bastante habladoras y trataron de sacar toda la información que pudieron de nuestra relación pasada. Incluso cuando Yangmi se fue continuaron acribillándome a mí y yo no tuve problema en contestarles porque ya nada era un secreto.
Una vez en el piso de la residencia me preparé algo rápido de cenar porque estaba muy cansada y me senté en el suelo al lado de Haku para hacerle compañía. El animal estaba hecho una bolita y dormía inquieto hasta que puse una mano sobre su cuerpecito. Fue difícil comer solo con una mano, pero no quería separarme de él. Cuando terminé dejé el plato sobre la mesa y me acomodé en el suelo. Empecé a acariciar su cuerpo tembloroso y sentí lo más cercano a lo que una madre puede sentir cuando su hijo enferma, quería que todo fuera bien y que pronto volviera a perseguirse la cola encima de mi cama y a esperarme sentado en el mueble de la entrada para que lo primero que hiciera al pasar fuera rascarle entre las orejas. No sabría decir el tiempo que estuve al lado de Haku, pero cuando Chris llamó a mi puerta me había quedado algo traspuesta y mi pequeño me avisó con un suave maullido de ello. Yo me desperté de golpe nada más oírlo, estaba tan preocupada que había activado un sentido que no sabía que tenía. Abrí a Chris y cuando entró me cogió con las manos las mejillas y me miró fijamente a los ojos.

—¿Estabas durmiendo?

—Sí, esta noche he dormido fatal. —Suspiré y cerré la puerta.

—Es verdad, ¿cómo está el pequeño Haku?

Como respuesta le señalé el pie del sofá, donde el pequeño estaba durmiendo, me acerqué y me volví a sentar a su lado.

—El veterinario me dijo que tenía que soltar todo y creo que ya lo ha hecho, pero está muy inquieto y estoy demasiado preocupada por él. —Puse mi cabeza sobre mis antebrazos, los cuales había apoyado en las rodillas.

{Beautiful Maze}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora