Miércoles - Las sombras de un amor a distancia

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Le tomó algo de tiempo y esfuerzo el conseguir lo que su amiga asiática le había pedido, pero finalmente lo había conseguido.


–No tienes idea de todo lo que paso para conseguir esta tontería –se la entrega a la oriental.


Yuu puso dicho objeto en medio de un círculo dibujado con tiza. Alrededor había velas de colores azules y verdes. Y al medio 2 fotos, una de Craig y otra de otro chico.

El peli rojo sigue indignado por todo el trabajo que tuvo que hacer para poder conseguir aquella prenda. La asiática lo mira de reojo y le pide que le relate lo que le sucedió, quizás así se le baje la ira.

Estaba sentado solo en la cafetería, Kenny estaba muy raro; se saltó dos clases antes del recreo y cuando fui a buscarlo a la parte trasera del colegio ¡No estaba!

La frustración del peli rojo se sentía cada vez más pesada.

Hasta que el idiota apareció en medio de la cafetería con un ramo de flores. Se acercó a MI Tweek y se le declaró en frente de todo el colegio.

Yuu dejó de ignorar la historia del judío y se rió ligeramente. Que valiente que resultó ser el pervertido de South Park.

– ¿Y Craig? ¿Lo golpeó? –preguntó, interesada en saber más.

– No, Craig no fue a clases hoy –se alzó de hombros. – ¿En qué estaba? –hizo una mueca de estar pensando. – ¡Ah sí! –recordó y siguió con su relato.

Obviamente no iba a dejar que el pobretón de Kenny se quedé con MI Tweekie, así que me interpuse entre la declaración y la obvia respuesta negativa de mi bello rubio. El muy idiota pensó que gritándome se iba a deshacer de mí, pero no. Le di un golpe en la cara y terminamos en el suelo golpeándonos. Obvio, yo estaba ganando. Lo más chistoso fue que Butters trató de detenernos, pero quedó noqueado por nuestros puños.

Yuu negó con la cabeza y sonrió. Luego, se percató de un detalle.

–Si Tucker no estaba ahí, ¿Cómo conseguiste su chullo? –arqueó una ceja, intrigada.

–Eso pasó después de clases –cogió la manzana que estaba encima de la mesa de noche de la asiática. – ¿Puedo? –la miró y ella asintió.

La castaña siguió armando y leyendo sobre el nuevo ritual que iba a hacer. El chullo bastaba para tener tanto una pertenencia como un cabello del peli negro, solo faltaba una pertenencia y cabello del otro individuo.

Estaba a punto de terminar la pelea con un golpe de derecha, pero... Tweek se interpuso. Me golpeó en el estómago y me gritó que extrañaba mi "otro yo". Pfff que ridículo. Me encanta, pero eso había sido muy estúpido.

Luego, los metiches de Kevin, Stan y Wendy se llevaron a Kenny a la enfermería y, aunque quise hablar con Tweek... se fue. No sabe lo que se pierde.

Yuu asintió y dejó de leer su celular.

– ¿Ya me vas a decir como conseguiste el chullo o no? –sonrió divertida al ver la mueca de disgusto del peli rojo.

Me salté las clases restantes y quise irme a casa. Tucker no estaba en el colegio y esperarlo podría ser en vano; pero me lo termine encontrando junto a Token y Clyde. Esperaban a alguien en la estación de buses. Iba a acercarme, a pesar de que podía ser peligroso un 3 contra 1; pero acababa de detenerse un bus y de ahí bajo una sola chica rubia a la que reconocía de inmediato. Por lo que desistí mi idea de acercarme, por el momento.

–Ya veo... –bostezó. –Excelente, tu historia me dio sueño... cuando por fin te hayas comido a Tweek, me cuentas –se levantó de la silla y se dirigió a la puerta. –Iré por algo de comer... ¿Quieres más manzanas? –preguntó, pero el peli rojo le sacó el dedo medio. –Jum... ¿A caso es tu plan parecerte a Tucker para conquistar a Tweek? –sonrió divertida y huyó antes de que le cayera la semilla de la manzana terminada.

El deseo de las asiáticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora