La madrugada del domingo mostró un cielo gris y con pocas probabilidades de un clima cálido. Dentro de la casa de cierta asiática, un morocho ha despertado desorientado y con un dolor de cabeza sutil, pero incómodo. No reconocía el cuarto en el que estaba y, por la oscuridad, no lograba distinguir quiénes estaban con él. Decidió volver a descansar, pues extrañamente no se sentía en peligro.
Un par de horas más tarde, volvió a despertarse. Esta vez, la luz que entraba por la ventana iluminaba el cuarto. Además, las personas que estaban a su alrededor ya se despertaron y estaban hablando entre ellas. Los evocó de inmediato.
–Thomas, cariño –sonrió, se acercó a él y le dio un pico en los labios. – ¿Dónde estamos? –Miró de forma despectiva al pelirrojo y a la asiática.–Ho-hola... –El rubio cenizo tenía las mejillas rojas y los ojos tan abiertos como le era posible.
Yuu y Kyle se miraron contentos. El ritual de amarre ha funcionado exitosamente. Chocaron sus palmas y regresaron sus vistas a la pareja.
–Hey, Romeo –rio la castaña. –Estamos en mi casa... Ayer hicimos una pijamada... ¿No lo recuerdas? –Arqueó una ceja y fingió preocupación.
Craig buscó confirmación de aquella afirmación en Thomas, quien asintió. Miró de nuevo a los dos sobrantes y les sacó el dedo medio.
– ¡Craig! ¡Mi-mierda! ¡Pendejo! No hagas eso –refiriéndose a la seña con su dedo.
El mencionado volteó a verlo y sonrió tiernamente. Le acarició la mejilla y le besó en la frente. El judío se miraba, divertido por la situación, con la asiática. Yuu se sentía tan orgullosa de sí misma por haber logrado aquello, que incluso pensó en poner su propia tienda de brujería para convertirse en millonaria.
–Eres tan adorable... –Su mirada reflejaba amor. Thomas sonrió tontamente ante aquel halago y susurró un <<gracias>>.
Y, mientras la parejita irradiaba amor, Kyle y Yuu se preparaban para la segunda parte del plan: Destruir las ilusiones de Tweek.Al mismo tiempo, se encontraba Wendy en la casa de Tweek. Después de insistir tanto, había logrado que su mejor amigo lograra salir de su cuarto, comiera algo de pan con café y tomara aire fresco. Sin embargo, en la cabeza del rubio paranoico aún persistía la duda sobre la actitud de su, ahora, ex novio. ¿Había hecho algo malo? ¿A caso se aburrió de él por demorar tanto en tener sexo? ¿Así de necesitado estaba?
Empezó a hiperventilarse y jalarse los cabellos. La morocha no sabía qué hacer, trató de tomarle de las manos y alejarlas del rubio. Pero increíblemente él era más fuerte.
–Carajo Tweek, cálmate –gruñó, aún forcejeando con su amigo...
Hasta que el celular de ambos empezó a sonar. Se miraron, agitados por la pequeña pelea, y luego a sus celulares. Bebe llamaba a su mejor amiga, y Kyle al "chico de sus sueños".
–Demonios, Bebe ¿Dónde estás? –suspiró cansada, viendo cómo el contrario rechazó la llamada y apagó su celular. – ¿Qué vea que...? No te entiendo, deja de chillar –pidió con molestia. – ¿Instagram? ¿Realmente crees que... ? Ok, está bien... Entraré al Instagram de... Esa persona –suspiró y cortó la llamada para buscar lo que su amiga le había pedido con tanta desesperación.
Colocó el nombre de la persona a la que debía stalkear y... Casi botó el celular al ver una foto de Tucker besándose con un rubio, que dedujo era Thomas, en el puesto de tacos. La adolescente no dio crédito a lo que vio. Parecía un photoshop muy bien hecho. Estaba tan pasmada que no escuchó que su amigo la llamaba.
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El deseo de las asiáticas
HumorLas jóvenes asiáticas están en un gran dilema: Tweek es demasiado shipeable. Por ende, buscarán la manera de hacer que algunos chicos de la secundaria se fijen en él para conseguir fanservice. Por otro lado, Craig Tucker ha sido suspendido por una s...