Capítulo IV

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*En otra instancia, Goku y Milk*

Milk, se aproximó a Goku con una sonrisa ladina. Al estar tan cerca y verlo autografiar algunos discos, sus ojos se llenaron de lágrimas. No podía creer que estaba ahí parada junto a ese chico alto, de cabello peculiar y personalidad dulce. Él sonreía y hacía bromas con las chicas que tomaban fotos. De pronto, él vio a Milk que lo miraba como si de un astro celestial se tratara. Se despidió amablemente de las chicas que lo rodeaban y se acercó a la pelinegra maravillada.

―Hola, linda... yo te recuerdo, ¡tú subiste al escenario!

―Hola... ―respondió ella en voz baja sin poder ocultar más su emoción y soltándose en llanto cubriendo su rostro con sus manos.

―Hey, no... no llores. Ven aquí, preciosa. ―Goku la tomó por los hombros atrayéndola hacia él dulcemente para abrazarla con ternura contra su cuerpo.

Milk se enterneció ante su gesto. Ella apoyó su cabeza en el pecho de su amor imposible que le hacía vivir plenamente cantidad de emociones. Cerró los ojos y suspiró la rica fragancia del perfume que él llevaba, y correspondiendo lo rodeó con sus brazos.

Pasaron unos segundos y se fueron alejando despacio. Goku la sujetó por su cuello haciendo que ella lo mirara a los ojos.

―No llores, bonita. No me gusta ver llorar a ninguna chica, y menos a una tan hermosa como tú. ―expresó deslizando sus pulgares acariciando las mejillas para secar las lágrimas de la joven sonrojada.

―Perdona es que no puedo soportar esto. ―confesó mirándolo.

―Descuida, aquí estoy. Mírame, no soy de mentira. ―bromeó hasta sacarle una sonrisa. ―¿Ves? así me gustas más ―manifestó sin poder apartar su mirada de los ojos azabaches de la chica.

―Lo sé. ―dijo Milk retomando de nuevo aquel abrazo que anhelaba desde que supo de su existencia. ―Es que eres todo lo que soñé...  ―expresó derramando lágrimas entre los brazos del artista.

Goku escuchaba sus palabras con atención y deseaba poder complacerla. Complacer a las millones de chicas que mueren por estar con ellos, pero esta chica es distinta. Nunca antes había visto a una fan que lo admirara de esa manera.

Ella se alejó de él, y lo miró sonriendo.

―Olvidé entregarte algo en el escenario. ―expresó la pelinegra extrayendo de su cartera un sobre y una foto de él para que se la autografiara. ―Esto es para ti. ―le hizo entrega del sobre que contenía una carta y los chocolates. ―Y... ¿será que puedes firmarme esta foto?

―Wao, que lindo detalle. Gracias, princesa. A ver, permíteme para firmarla. ―recibió la fotografía que Milk había llevado consigo toda la noche. ―¿Ya tienes la nueva discografía? ―le preguntó.

Ella negaba suavemente con su cabeza y él retrocedió un momento para buscar algo y volvió con el disco original.

―Toma, esto es para ti. Ya está autografiado pero déjame personalizarlo. ¿Cómo es tu nombre? ―le preguntó a la pelinegra que estaba sorprendida por el hermoso gesto.

―Milk, me llamo Milk Ox ―respondió sorprendida.

―Muy bien, Milk. Aquí tienes. ―dijo entregándole el disco.

―Muchas gracias, que hermoso y atento. ¿Nos podemos tomar una selfie?

―Si, hermosa. Cómo gustes. Si me permites yo la tomo ¿sabes? porque varias personas dicen que mis brazos son largos y sale mejor que yo la tome. ―dijo él en tono bromista.

Ella le entregó su móvil riendo y él la rodeo con su brazo derecho para tomar varias fotos. Hizo diferentes capturas y hasta una en la que ella le daba un beso en su mejilla.

Enamorada de mi Crush [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora