Capítulo XIII

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La noche se apoderó de Los Ángeles. Bulma y Milk se encontraban caminando por las calles de Beverly Hills para conocer un poco. En ese instante, las distrajo el móvil de Bulma quien lo extrajo de su bolso.

―Es... es... Vegeta, Milk ―dijo mientras miraba el número reflejado en la pantalla.

―¡Responde! ―expresó una Milk entusiasta.

―Si... ―susurró.

*Llamada*

―Hola... ―contestó en tono bajo.

―Hola azulita. Estoy en la entrada del hotel. Disculpa la sorpresa, pero Kakaroto y yo pensamos invitarlas al estudio de grabación en nuestra casa. Al igual que podemos arreglar la letra de la canción que tú y yo grabaremos ¿Qué dices? ―la voz del peliflama se tornaba aún más sexy creando efectos en ella.

―¿Ah? Es... es que no estoy en el hotel, estoy con Milk... A ver... ―miró a su alrededor. ―Estamos justo en el Gardens Park ―le explicó.

―Vaya... te fuiste de paseo sin mí... (Risas). Es una broma ―comentó Vegeta quien estaba en el auto junto a su amigo mientras se disponía a manejar.

«Aww... amo esa risa a modo de carcajadas» pensó la peliazul con una sonrisa.

―¡No! Solo íbamos de pasada ―expresó sin titubear la joven de cabellos azules.

―Perfecto, vamos por ustedes. ―respondió a la vez que conducía hacia su reencuentro.

―Está bien. ―contestó sonrojándose por completo y colgando la llamada.

*Fin de Llamada*

―¡Mini! ¡Vienen por nosotras! Pensé que tendría que esperar hasta mañana para volverlo a ver. ―expresó entre risas para luego tomar bocanadas de aire y calmar los latidos rápidos de su corazón.

―Amiga, que bueno que llevamos atuendos apropiados. ―comentó Milk mirando a todos lados por si aparecían repentinamente.

Al cabo de unos minutos, un Ferrari California de color negro se estacionó velozmente frente a las jóvenes.

―Hola señoritas... ¿Por qué tan solas? Les aconsejamos que suban. ―habló uno de los jóvenes que iban en el auto.

―¿Vegeta? ―preguntó Bulma.

―Sube azulita. ―dijo riendo el peliflama.

Goku bajo del auto y abrió espacio para que Milk subiera atrás para luego él seguirla. Bulma se sentó en el asiento del copiloto y le dió un abrazo a su príncipe azul.

―Nos asustaron, pensé que alguien molestaba. ―dijo mirándolo y él sonreía con picardía.

―No dejaré que nadie te moleste. Ni imaginarlo. ―comentó Vegeta en tono suave.

Luego de treinta minutos. Los cuatro jóvenes habían llegado a la mansión de Sun Dragon. Un lugar digno de admirar. Era una casa enorme sobre una pequeña colina. Con áreas verdes alrededor, tenía una vista hermosa a la ciudad y se apreciabade una lujosa alberca. Sus alrededores estában custodiados por una seguridad extrema.

―Y bueno... ésta es nuestra casa, aquí trabajamos la mayoría de las veces. ―comentó el peliflama.

Las chicas miraban lo hermoso que era aquel lugar. Todo parecía brillar.

―Vamos al estudio de grabación. ―comentó el joven de cabellos alborotados a la vez que miraba a Milk y le sonreía tiernamente.

Aquella habitación era espaciosa, equipada con todo lo que conlleva tener un estudio de grabación. Sin que faltara aquél toque moderno. Mientras ellas recorrían el área viendo decenas de premios en las vitrinas, los chicos encargaron cena para comer juntos.

Enamorada de mi Crush [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora