Capítulo VII

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Los latidos de su corazón se agudizaban con cada paso que él daba.

―Milk, es... es Vegeta. ―musitó la peliazul a su amiga que estaba a su lado distraída en la lectura.

Ella alzó la mirada y detalló a un pelialborotado a lo lejos que venía comiendo chocolates, justo los que ella le ha obsequiado, lo notó por el envoltorio que llevaba en su mano.

―Si, son ellos. Y Goku está comiendo los chocolates que le di. Eso puede significar que... No, mejor quedémonos aquí Bul, no quiero que crean que los estamos siguiendo. ―confesó sin más su mejor amiga.

Por otro lado Vegeta y Goku

―Oye Diecisiete, necesito un favor de tu parte.

―Si Vegeta, ¿Qué pasa?

―Distrae a Barry ¿puedes?

―Sí, claro. ―asintió el chico que sin dudarlo caminó hacia el representante y le enseñó algo en su pasaporte. ―Lo siento Barry, debo ir por una información.

Vegeta se alejó del grupo y se aproximó al lugar donde estaba la linda azulada.

―Demonios Milk, viene para acá. ―susurró Bulma un tanto nerviosa.

―Hola Azulita, ¿cómo estás? ―preguntó sentándose a su lado.

―¡Ve, vegeta! Que gusto verte. ―lo miró con una leve sonrisa.

―El gusto es mío preciosa. Parece que el destino se encarga de reencontrarnos. Oye, vine para entregarte esto, es el número de mi manager personal. Descuida, no es Barry. Le hablé de ti, le comente que cantas hermosísimo y bueno, quiero invitarte a nuestros estudios de grabación. Quiero que grabemos la canción de "cómplice" juntos, ¿te parece?

Bulma apenas podía digerir lo que Vegeta le estaba proponiendo. Grabarían juntos una canción y eso la entusiasmaba.

―¿En, en serio? ―tartamudeó, pues aún no lo creía.

―Claro que si, hermosa. Me debo ir, si te interesa ya sabes, llama a ese número y cuadraremos un momento para que viajes a nuestro estudio en Los Ángeles. Y lamento lo de anoche, gracias a ustedes pudimos escapar de esa.

―Ah, ah, este... si, si, que bueno que todo haya salido muy bien. Y descuida, yo llamaré. ―respondió la azulada.

―Debo irme antes de que noten mi ausencia. Adiós preciosa, esperaré noticias de ti. ―expresó el peliflama.

―Oye, ¿me das un abrazo antes de irte? ―pidió la peliazul.

―Si bella, ven aquí. ―se acercó a ella tomándola de la cintura y la aproximó a su cálido cuerpo. ―me encanta tu perfume ―le susurró Vegeta al oido de ella, y al mismo tiempo dejó un beso en su cuello y se alejó para admirar sus ojos que tan inquieto lo tenían. ―Adiós, princesa.

Vegeta se fue alejando mientras que Bulma le costaba soltar su mano para verlo irse. Su mejor amiga la tomó por los hombros brindándole apoyo.

Por otro lado, Goku buscó con la mirada a su compañero y lo vió que veníade regreso hacia el grupo. Al ver a la pelinegra a lo lejos le lanzó un beso, ya no había tiempo para otra despedida. Su avión ya está próximo a partir al igual que el de ellas.

―Vegeta, ¿qué me has hecho? ―se preguntó Bulma mientras miraba por la ventanilla del avión.

―Por lo menos tú tendrás posibilidad de volverlo a ver. En cambio yo no a Goku, ni siquiera creo que ha leído mi carta. ―agregó Milk con desconcierto.

―Mini, no hables así. Si yo llego a viajar tú vendrás conmigo, te lo prometo. ―le sonrió a su amiga.

En otra instancia. Sun Dragon iba por los aires de vuelta a Los Ángeles. Goku, quien estaba despierto, tomó de su chaqueta la carta que le había entregado la dulce Milk.

Enamorada de mi Crush [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora