Capítulo XXI

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*Tres años atrás*

Bulma había culminado sus estudios en la secundaria. Días antes del baile de graduacion, el chico mas guapo de la preparatoria le había ofrecido que fuera su pareja de baile, el cual aceptó muy gustosa. Él siempre había llamado su atención, pues era un chico de cabello castaño, tez blanca y ojos grises. Un joven por el que todas las jóvenes suspiraban cada vez que caminaba por los pasillos. Su nombre, Patrick.

La noche del baile, Patrick se había comportado como todo un príncipe con Bulma. Le pidió ante todos los presentes que fuera su novia, y como no aceptar. Esa noche, y las demás noches de los siguientes cinco meses, el joven de ojos grises la visitaba en su casa como todo un caballero. Sus padres estaban encantados con él. Bulma lo adoraba, pero mas amaba al chico del enorme afiche que ocupaba el techo de su habitación; Vegeta, su integrante favorito de Sun Dragon.

Al siguiente mes. La noche del cumpleaños de Bulma. Patrick la invitó a su casa para culminar de celebrar su cumpleaños viendo películas a solas. Noche en la cual se entregó a él. Y noche de la que se arrepintió días después.

A los días siguientes, no volvió a saber nada del chico de ojos grises. Hasta llegaron rumores al chat grupal de su promoción que Patrick había cumplido una apuesta. El cual no quiso imaginar que podía tratarse de ella. Bulma lloraba por las noches en su habitación. El haber creído en las dulces palabras que aquél joven le susurraba fue su mas grave error. Él se había ido lejos, y con él se había llevado lo mas preciado que ella le había entregado.

Desde aquél entonces, Bulma se propuso no pensar mas en ningún otro chico, excepto en Vegeta, él si se merecía todo de ella si así fuera.

«Veg... hubiese deseado entregarte lo mas preciado de mi, a ti. Si tan solo te conociera» pensaba la azulada cada noche que miraba el pendón del joven peliflama pegado en su techo.

Aquella vez, Patrick se fué sin decir adiós; y hasta entonces, no había vuelto a saber nada de él.

*Tiempo presente*

Vegeta besaba con dulzura los labios de la peliazul. Acariciaba con la yema de sus dedos la sedosa piel de sus mejillas sonrosadas. Se deleitaba con el brillo de sus ojos que parecían dos hermosos luceros.

Bulma suspiraba ante sus caricias, sonreía risueña y correspondía a los besos del hombre al que mas amaba. Vegeta se detuvo delicadamente durante el beso y la ayudó a ponerse de pie. Volvieron a la salida del Central Park para tomar un taxi e ir de vuelta al hotel. Durante el recorrido se iban besando intensamente hasta que el taxista avisó con un sonido gutural que ya habían llegado a su destino.

Sonrientes salieron del taxi e iban tomados de mano hasta el elevador.

—¿Te ha gustado lo de esta noche? —preguntó él a la vez que la aferraba a su cuerpo.

—Me ha encantado. Fue hermosísimo ver las estrellas contigo. Gracias.

—Mas me ha encantado a mi disfrutar de tu compañía. —musitó. El elevador se detuvo en el piso de la habitación de Vegeta, y las puertas de este se abrieron.

—Eh... creo que ya es hora de descansar. Esta noche ha sido mágica.—mencionó la peliazul.

El peliflama tomó su mano y le dió un beso para salir del elevador. De pronto, ella no quería soltar sus dedos y sin pensarlo él jaló de ella hacia su cuerpo haciéndola salir.

Bulma tomó aire profundo antes de encontrarse con los labios de Vegeta que estaban sedientos por los de ella. Él la tomó por los gluteos y la elevó para que ella lo abrazara con sus piernas por la cintura. Con pasos vacilantes llegaron a la puerta de la habitación. Él pasó la llave por esta, abriéndose a su paso para luego cerrarse.

Enamorada de mi Crush [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora