Capítulo XXVII

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Eran las 10:00 p.m. y la fiesta de la jóven de cabellos azules aún continuaba. Pero ella permanecía encerrada en el baño de mujeres con Vegeta. El jóven peliflama la mantenía inmovilizada contra la pared, a la vez que sostenía una pierna de ella y se mecía contra sus caderas. Bulma soltaba leves gemidos al sentir la prominente erección de Vegeta, quien enloquecía por hacerla suya ahí mismo.

—Aquí no, por favor. —alcanzó a decir la chica jadeante y sin poder liberarlo de su amarre.

—Tienes razón, creo que debemos controlarnos. Y si me sueltas un poco creo que podremos salir. —mencionó él, besando el ahuecado espacio entre su cuello y su hombro derecho.

—No puedes seguir haciéndome esto, Vegeta. —mencionó encarecida a la vez que negaba con su cabeza.

—Ven conmigo. —mencionó él a centímetros de su rostro.

La tomó de la mano y salieron del baño. Se adentraron entre la multitud de personas que bailaban hasta llegar a donde estaban el grupo de compañeros. De pronto sus compañeras hicieron aparecer un pastel de cumpleaños con velas encendidas. Y todos iniciaron el cantar. Al culminar, Bulma pidió un deseo y sopló las velitas. Todas las personas aplaudieron y sus amigos más cercanos la llenaron de abrazos. El último en hacerlo fue su crush, quien le proporcionó un dulce abrazó y le mencionó algo.

—Ya vuelvo. —le dió un beso en los labios y se alejó.

Milk y los demás miraron sorprendidos aquel gesto en público. Vegeta subió al pequeño escenario de aquel bar y le pidió permiso al presentador para interrumpir.

—Hola... Disculpen la interrupción. Sucede que después de tanto cantar en Karaoke esta noche, quiero comunicar algo a todos los presentes, en especial a la mujer de ojos azules que está ahí sentada. —mencionó señalando a Bulma. —Mujer... quiero proponerte algo. Algo que debí hacer hace tiempo.

Bulma quedó pasmada ante aquellas palabras del peliflama, lo miraba y negaba con la cabeza. Las personas a su alrededor la observaban sonrientes.

«¿Qué locura se le ocurriría ahora?»

Se repetía mientras los demás miraban con atención a Vegeta. Goku observó a Milk y la tomó de la mano para proporcionarle un beso en esta.

—Bulma... —continuó hablando el jóven. —¿Quieres ser mi novia?

La algarabía no tardó en retumbar el recinto. Bulma no podía creer lo que escuchaba. Todos aplaudían y chiflaban a la pareja. Pero luego aquellas miradas se posaron en la azulada. Era su turno de responder. Bulma comenzó a reír y a soltar lágrimas al mismo tiempo. Vegeta de un salto bajó con el micrófono en mano y se aproximó hasta ella. Ella sin más lo abrazó enternecida. Se alejó un poco para mirarlo a los ojos y responder junto al micrófono que Vegeta sujetaba entre ellos.

—Si... Quiero ser tu novia. —respondió sonriente y soltando lágrimas de emoción, abrazando de nuevo al chico quien correspondió dulcemente.

—Feliz cumpleaños, princesa. —expresó para luego besarla.

Milk estaba tan emocionada como ella. Sunni, la pelirroja y Min, la pelinaranja aplaudían conmovidas con aquella escena. Ellas se habían ganado el cariño de su nueva compañera, y celebraban junto a ella aquella primicia, excepto Hye, quien los observaba con cierta arrogancia. Sus planes de intentar algo con Vegeta se estaban yendo al mismo demonio. Pero mantendría cautelosa ante esta nueva situación. Si Bulma se descuidaba en lo más mínimo, no perdería la oportunidad de intentar algo con él; y es que cuando ella se propone algo, no hay quien le borre esa idea de la mente.

—Tengo una sorpresa para ti. —insinuó el peliflama.

—¿Qué? —mencionó entre risas Bulma —Vegeta, no más sorpresas, te lo pido.

Enamorada de mi Crush [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora