Omegaverse (reto)

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Escribi esto como parte de un reto.  Debía contar un relato donde Loki fuera el Alfa y Thor, el omega.
Es mi primer omegaverse, ténganme paciencia.

Loki se encerró y le gritó a Thor, que esperaba del otro lado, que se alejara. Como Thor no escuchara la primera vez, volvió a acercarse y pegando la oreja a la puerta, intentó oir el jaleo que su hermano armaba dentro de la habitación.

Si, como lo imaginaba. Loki estaba arrojando cosas, rompiendo todo a su paso. Eso le pasaba mucho últimamente. Thor no sabía por qué pero le daba lo mismo, él tenía su cabeza en otros asuntos. Vio a su madre acercarse enojada y pensó que, como siempre, estaba enojada con él. Y no le erró.

- Thor, ¿qué haces aquí? ¿No te dijimos que te fueras cuando vieras a Loki así? Por Odin, a veces no entiendo como puedes ser mi hijo...

Se fue muy frustrada y esperó que Thor se fuera para golpear la puerta de Loki y calmarlo. Thor no lo pensó dos veces, y se marchó. Salió afuera pensando por qué su hermano (bueno, no era su hermano pero eso tampoco importaba) se portaba tan hosco con él. Siempre con su ropa oscura, su semblante frío, su mirada hosca, siempre con ese ridículo peinado engominado, caminando como un autómata por el palacio, alejandose cada vez más de él. Estaba diferente, mucho más diferente desde que empezara con su aterradora época de celo. ¿por qué no podía ser como esos otros alfas que encontraban sus omegas en un parpadeo? A Loki le había costado mucho más que a ninguno y eso era una pena. Era un buen alfa.

Thor, sin embargo, veía la vida pasar sin pena ni gloria. A pesar de ser hijo de dos alfas, los más imponentes de todo Asgard, había nacido omega. Era un bien preciado para la familia pero él no se consideraba así. Era una vergüenza para él que, a su edad, no le hubiese llegado su primer celo y tuviera que andar siempre al resguardo de los otros alfas de la familia hasta que encontrara su propio alfa o lo encontraran a él.

Así andaba, caminando entre los rosedales del jardin de Frigga, pensando en qué matar el tiempo, cuando algo extraño le sucedió. De pronto, tuvo deseos de correr a darse un baño, luego se le quitó, luego volvió, se fue a ir y regresó más fuerte. No podía ser lo que creía pero por si acaso, decidió regresar al palacio y hacer lo que le dijeron que hiciera cuando le pasara, encerrarse y no dejar pasar a nadie.
Vaya, que camino tan largo para volver, ¿por qué se había alejado tanto? Ah, si. Para alejarse de Loki, últimamente lo había estado tratando extraño, lo evitaba. Pero eso no era lo importante, ahora debía huir. No, huir no, caminar como si nada, aparentar que nada le ocurría aunque ahora ya sentía que se estaba prendiendo fuego. Si, estaba en llamas.
Entonces, se dio cuenta. Era un poco lento para darse cuenta de casi todo y esta no podia ser la excepción.

Estaba teniendo su primer celo y era terrorificamente tentador. Comenzó a desprender un aroma tan intenso que los alfas de alrededor se dieron cuenta de inmediato. Había un solo omega disponible en esta parte del reino, tan cerca del palacio, atrapado como una presa entre las flores y los árboles del jardin, y ese debía ser el hijo de Odin. Con Loki encerrado allá en lo más alto del edificio, con guardias apostados en la puerta como si del criminal más grande de la historia se tratase, esta era una empresa sencilla.

Pero no lo fue. De pronto, Thor se sintió sin fuerzas, estaba anhelando que lo tomaran, quien fuera, pero tenía miedo de que quien lo marcara fuera un completo extraño a la familia y lo que es peor, que no fuera una unión de provecho para Asgard. Tanto tiempo perdido explicandole que se guardara para el mejor para ahora tener que ver como se llenaba con el primero que se le cruzara por enfrente. Que decepcionante, Thor.

Escuchó unas corridas y se volvió a ver quien era. Heimdall.

Oyó pasos detrás y se volvió a ver también. Fandral.

Lo que faltaba. Una pelea de alfas justo en este momento. Thor pensó que esto no podía ponerse peor. Pero se puso mucho peor aún. No podía correr a esconderse ni intentar huir porque mientras estos dos alfas empezaron su guerra de feromonas, otro par más apareció acechando a Thor sin ninguna consideración.

Estaba perdido. Y débil. Y extrañamente deseoso de perderse entre los brazos de aquel que fuera a ganarle. Sabía que no podía evitarlo, era instintivo, pero aún así se sintió mal por Loki. De alguna manera, había estado esperando que fuera él su destinado. Ahora no sabía de donde había sacado esta idea, pero por alguna razón supo que había estado ahí siempre. ¿Qué sería ahora de él si uno de estos alfas lo marcara y quedara unido a él para siempre?

...........

Un fuerte estruendo se escuchó aún más lejos y Heimdall, que ya había dejado a Fandral fuera de combate, corrió a investigar mientras otro alfa aprovechaba ese descuido para tomar a Thor del cuello y apoyarlo contra un árbol. Así, sin importarle, a la luz del día, iba a tomarlo a la fuerza sin más. Thor cerró los ojos, ya se había cansado de pelear, blandir en vano su espada, lo habían vencido, no podía contra todos ellos. Además, estaba exhausto, la voluntad le abandonaba, solo quería recostarse y dormir.

No sintió nada. Lo habían soltado, no entendió por qué. Cuando abrió los ojos, encontró a su asaltante con los ojos desorbitados, ahogado en un grito. Lo vio caer con una lanza atravesada en el pecho, barbotando sangre por doquier. Levantó la vista, incrédulo, y se encontró de lleno con los ojos de Loki, inyectados en sangre, con la boca partida, los puños sangrantes, la ropa raida, exhausto también pero feliz de haber dejado detrás de sí un reguero de cadáveres, sus oponentes.

Lo miró, miró a Thor, aspiró ese perfume, embriagador, si, era su omega, lo había hallado al fin. No había sido en vano la espera, sabía desde hace tiempo que él era pero no podía estar seguro hasta que lo sintiera así. Lo abrazó, aún se veía tierno, revisó su cuello y se extasió al ver que no había sido marcado. Y lo tomó, levantandolo, apoyandolo contra ese árbol, hundiéndose, perdiéndose, acabando con él, con ese deseo.

Thor lo miraba, sufría, sus embestidas eran crueles pero los ojos de Loki, su mirada, lo perdía. No gozaba pero lo gozaba a él, no reía pero lo veía reir a él. Después de que fue tomado, desgarrado, violentado por el ansia de Loki, se abrazó a él. Lo besó esperando ser correspondido y aunque Loki era y seguiría siendo el mismo dios de mirada hosca, sonrisa maligna, orgulloso a más no poder, no pudo evitar devolverle el beso con una ternura que nunca habría podido salir de él. Pero lo era.

One shots thorkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora