Natilla. Se suponía que aquella masa viscosa, grumosa y más espesa que líquida era natilla. Al menos, eso le había dicho el cocinero, que no era más que uno de los presos que se ofrecían, voluntariamente, a realizar servicios del estilo para poder optar a futuros permisos.
Peter no dudaba de su buena intención para con aquel original desayuno, ya que difería de lo que, según había entendido, solían ofrecer, que básicamente era siempre lo mismo.
Pero Dios... Aquella masa amarilla era incomible.—Toma.
Entre su plato y sus ojos se interpuso una mano que sujetaba un par de bombones en sus respectivos envoltorios brillantes.
Peter alzó la mirada y se encontró con los penetrantes ojos de Loki, que sonreía.—¿Para mí?—preguntó, a lo que el preso asintió mientras tomaba asiento—. ¿De dónde los has sacado?
—Eso es lo de menos. ¿Los quieres o no?Era imposible rechazar aquel delicioso manjar teniendo en su plato algo que comenzaba a asemejarse a una masa de cemento.
Estaba clavando los incisivos en el primer bombón cuando vio a su compañero de celda, Tony Stark, acercarse a la mesa con su bandeja del desayuno.
—¿Te importa?—le dijo a Loki—. Voy a sentarme con el chico.
—¿Para qué? ¿Para importunarle? ¿Para hacerle proposiciones sexuales?—preguntó Loki, que sacó un bombón del bolsillo de su chaqueta amarilla, retiró el envoltorio y se lo metió en la boca de una sentada, masticando—. Está mejor conmigo.
—Vete, Loki.El de ojos claros echó una mirada protectora a Peter, levantándose lentamente.
—Si te da problemas, avísame.
—Estaré bien, tranquilo—le aseguró el chico, sonriéndole.Una vez se marchó el preso, Tony ocupó su lugar. Seguía mostrándose tan serio como el día anterior, y Peter se preguntó si de verdad iba a hacerle proposiciones sexuales, tal y como había vaticinado Loki.
No es que tuviera cara de depravado, pero... ¿existía una cara específica para ello?—Escucha, Parker. Te llamas Peter Parker, ¿no?—El chico asintió—. Aléjate de Loki antes de que sea tarde.
Peter le observó con el entrecejo fruncido, extrañado.
—¿Que me aleje? Pero si me está tratando genial. ¿Por qué tendría que alejarme?
—Esto es la cárcel, niño—gruñó—. Sé de lo que hablo. Y no te conviene juntarte con Loki.Peter se metió el otro bombón en la boca. Estaba delicioso. Tony, Steve y Bucky no le habían regalado bombones. ¡Qué demonios! ¡Ni siquiera le habían dado las buenas noches horas atrás! ¿Por qué tendría que fiarse de tres presos maleducados y no del que le había salvado de una violación en las duchas, le había ayudado a hablar con tía May, le había enseñado las instalaciones y le había dado bombones?
Seguramente, pensó, serían rencillas personales entre Stark y Loki. A la vista estaba que se odiaban. Sólo había tenido que ver las miradas que habían intercambiado.
—Bueno—Tony pareció hablar con algo más de ánimo, y miró a Peter con expectación mientras removía su grumosa y espesa natilla con una cuchara de plástico—. Te dije que no hagas preguntas aquí dentro, pero como soy veterano te las quiero hacer yo: ¿Por qué estás aquí? No tienes cara de delincuente.
—No quiero hablar de ello—negó Peter, a la defensiva.Stark esbozó una sonrisa. La primera sonrisa que le dedicaba alguien después de Loki y que no era burlona. ¿O sí?
Mierda. Lo era. Se estaba riendo de él.
—¡Vaya! Ya empiezas a mostrar carácter—le dijo—. Eso está bien, Peter, pero tampoco te pases. En la cárcel hay rangos, ¿de acuerdo? Puedes mostrar carácter con tus iguales, pero jamás con los que estén por encima de ti. Algunos, como yo, lo pueden tolerar, pero quizás otros te abran la cabeza.
—¿Cómo puedo saber qué rango soy? ¿Y quiénes están por encima?—preguntó, preocupado por meter la pata.
—Eso lo irás viendo con el tiempo. Y hablando de tiempo: ¿cuándo tienes el juicio? Respeto que no quieras decirme cuántas chocolatinas robaste en la tienda, pero al menos me dirás qué día tienes que...
—Dentro de un mes—le interrumpió—. Y no ha sido por robar chocolatinas. Y soy inocente—afirmó, muy serio.
—Ya. Inocente. Eso decimos todos al entrar—se rió.
—Es verdad. Lo soy. Tú mismo lo has dicho: no tengo cara de delincuente.Los ojos castaños de Tony se alzaron para fulminar los de Peter. En realidad sólo fue una mirada intensa, pero el chico notó cómo le atravesaba las pupilas y le calaba bien hondo.
Sintió una mezcla entre miedo y fascinación, que provocó que todo su cuerpo experimentara una sacudida de adrenalina, tal y como le ocurriría dentro de una montaña rusa.Entonces, se percató de que el hombre que tenía delante era jodidamente atractivo.
—Inocente o no—le dijo el mayor, devolviéndole a la realidad—, aquí vas a tener que ser un delincuente. Vas a tener que poner cara de serlo. Es por supervivencia, Peter. No tendría que estar aquí, aconsejándote después de haber echado a Loki de su sitio, pero no quiero que acabes como otros anteriores a ti.
Aquella frase no le gustó un pelo. Quiso pedirle detalles, pero Stark le guiñó un ojo y se levantó, llevándose consigo su bandeja.
Su bol de natilla se había quedado intacto.
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Entre rejas (Starker)
FanficPeter no debería estar en prisión. ¡No fue su culpa! ¡Era inocente! Sin embargo sabía que, hasta el día del juicio, debía permanecer entre rejas rodeado de peligrosos delincuentes. Por su parte otro recluso, Tony Stark, sintió que era su deber ayuda...