Your Voice~Albalia

Capítulo 4

POV Alba
El sonido del móvil me sobresalta. Me había quedado dormida con la guitarra sobre mi abdomen, así que la retiro con cuidado y leo el mensaje que me ha llegado, es de María.

M:Que pasa Recheeee

A:Hola María 😂

M:¿He interrumpido
tus pensamientos?😁

A:??

M:Pues que si estabas
pensando en Natalia😏

A:La verdad es que estaba durmiendo.
Por cierto, hace apenas unas horas me has dado a entender que mejor que no me relacionara con ella, ¿ por qué ahora has cambiado de opinión?

M: A ver, no es que sea mala gente, pero suele ser una borde de mierda con todos, por eso procuran no tener problemas con ella. Pero como parece ser que tú eres su talón de Aquiles, no creo que corras ningún riesgo.😏

A: ¡¿Pero qué dices?! ¡Si me ha tirado al suelo!

M:Bueno, tú piensa lo que quieras, pero a mí nadie me baja del barco

A:¡¿Pero qué barco?!

M: Nada, cosas mías. En fin, lo que quería decirte, he quedado esta tarde con mis amigos para ir a tomar algo, ¿Te vienes?

A: No sé María... Ya conoces mi situación... Además, tengo clase de piano.

M: Son muy majos, tranqui que yo ya les aviso de tu "situación". Vente un rato y luego vas a clase. Vamos, ¡te lo pasarás bien!

A: Valee🙈

M: Pues te mando ubicación y quedamos allí a las 18:00. Hasta luego Rechee.

A: OK, hasta luego.

Dejo el móvil sobre la cama después de mirar la ubicación que me ha enviado María. El bar no está muy lejos de mi casa, de echo ya he ido varias veces.

Miro la hora, ¡Las 17:30! Con mi siesta improvisada no me he dado cuenta de la hora que era, desde luego María ha apurado un poco...

La ropa que llevo puesta es la de esta mañana, pero ya está bien, así que no hace falta que me cambie, me pongo un poco de eyeliner y decido salir ya para no llegar tarde.

Mientras camino no puedo evitar ponerme nerviosa, ¿Qué pensaran los amigos de María de una persona que no es capaz de usar su voz? ¿Y si se ríen de mí? Una vocecita dentro de mi cabeza intenta tranquilizarme, diciendo: Son amigos de María, si son como ella no tienes nada que temer.

Casi sin darme cuenta ya he llegado al bar. Está decorado con muy buen gusto; Las mesas y las sillas son estilo vintage, sobre las sillas hay cojines de colores y en las paredes hay cuadros abstractos. La terraza es igual, pero sin cuadros, obviamente. Está cubierta y del tejadillo, que es de cristal y deja pasar la luz, cuelgan farolillos.

No veo a María por ninguna parte así que decido esperarla fuera hasta que llegue cuando un chico se me acerca con una sonrisa contagiosa y me pregunta: