POV Natalia
- Con que Nat y Albi, ¿eh?- parece que aquí hay algo que no me estás contando.- insinúa.Vaya, me ha pillado.
No creo que valga la pena fingir, la fin y al cabo, es mi madre. Ella me conoce como nadie y, quién sabe, tal vez hasta pueda ayudarme.
- Mamá, Alba ha venido nueva este curso. Hasta estas últimas horas, aún no la había oído hablar nunca, ya que tuvo una mala experiencia en su pasado que se lo impedía. Parece que, por suerte, ya lo está superando.- mi madre asiente conforme le voy contando todo.- Va conmigo a piano. Tendrías que oírla tocar, mamá, es fantástica. Espero oírla cantar algún día, porque con esa voz...- Sé que me deben estar brillando los ojos hablando de ella, pero me da igual.
- Pobre chica, debe haber sufrido mucho. Tal y como hablas de ella, me entran ganas de ir a un concierto suyo- río ante su comentario.
La habitación queda en silencio durante unos segundos. Nos aguantamos la mirada y, sin necesidad de palabras, sé que mi madre ya sabe lo especial que es Alba para mí.
- Estás enamorada de ella, ¿verdad?
Ni me pienso la respuesta.
- Hasta las trancas, mamá.
- ¿Y porqué no se lo dices?- me pregunta.
- Pues verás, mamá, ahí quería llegar yo. Esta noche se me ha declarado.- veo como ahoga un grito de ilusión.- pero lo malo es que se pensaba que estaba inconsciente y no la oía, sin embargo, lo he oído todo.
- ¿Y porqué no le has comido la boca ya?- me pregunta agitada.
- ¡Por favor, mamá! No pienso besarla en un hospital, y menos estando tú delante.- respondo a la defensiva. Sé que ahora mismo el tono de mi piel debe ser parecido al del interior de una sandía
- También tienes razón...- coincide ella.- Pero, ¿qué vas hacer?
Esa es la gran pregunta.
- No lo sé, mamá.- respondo abatida.- pero sé que quiero que sea un momento especial.
Mi madre me mira con una sonrisa cariñosa, una de esas sonrisas de madre que son como una caricia, que reconfortan.
- Sé que lo será, cariño.- me dice tiernamente.- Si es que en el fondo eres una romanticona.- suelta esta vez en un tono más burlón.
- Mamáaa- me quejo.
Ella solo se ríe ligeramente, y, fijando sus ojos en mí, decide concluir la conversación con una confesión.
- Estoy muy contenta de que la hayas conocido, Natalia. Además, te noto distinta, mejor persona, más comprensiva, empática, dulce... Incluso más que antes de que empezaras la ESO.
Sé a que época se refiere. Antes de la ESO era... Bueno, como ahora más o menos, solo que más tímida, ingenua, insegura... Pero luego me creé una coraza y adopté una actitud chulesca, dura, borde, tal y como le conté a Alba. Sé que se lo hice pasar un poco mal a mi madre y no se lo merecía. Ella siempre ha estado ahí para todo.
- Lo sé mamá. Y eso, es gracias a Alba.
Veo como una pequeña lágrima de la emoción resbala por su mejilla, así que con cautela se la limpio con mi mano.
- Te quiero mamá. Lo siento por todo.- susurro.
- Yo también te quiero, cariño, siempre lo he hecho.
POV Alba
Al entrar en casa no oigo ningún sonido, así que pregunto en voz alta:-¿Hay alguien en casa?
De repente se oye un golpe seco, como el de un objeto que cae al suelo, seguido de un sonido de pasos que va aumentando conforme se acercan a mí. Es mi madre la que, en menos de cinco segundos, aparece.
Me mira con los ojos que parece que se le vayan a salir de las órbitas, de hito en hito.
-Alba, ¿has hablado?- me pregunta con la voz temblorosa.
Entonces caigo en que mi familia aún no sabe que vuelvo a hablar. Soy un desastre, les digo que estoy en el hospital con Natalia por WhatsApp y va y se me olvida decirles que a partir de ahora van a volver que tener que aguantar mi verborrea.
Obviando mi despiste, sonrío.
- Sí mamá, he hablado.
Casi no me deja ni terminar esa pequeña frase, ya que en seguida la tengo abrazándome.
- Pero... ¿Cómo? ¿Cuándo?- pregunta incrédula.
- Esta noche no me ha quedado más remedio que hablar para llamar a la ambulancia. A partir de ahí las palabras han ido fluyendo. Al principio me ha costado un poco, pero ahora ya me he acostumbrado. - explico.
- Ya lo veo, ya... Ahora la que tiene que acostumbrarse soy yo, que hasta me he caído del sofá por la impresión.
Suelto una carcajada, con que ese ha sido el golpe que he oído...
- Y... ¿Me vas a explicar porqué dejaste de hablar de un día para otro?- pide en un tono amable.
Accedo y poco a poco le voy contando lo que sucedió, tal y como hice con Natalia. Necesito parar en algún momento, ya que se me corta la voz. Aún es duro para mí contarlo.
Cuando termino, ambas estamos llorando a lágrima viva, abrazadas.
- ¿Porqué no me lo contaste antes?- pregunta hipando.
- Tenía miedo de que tú también me dijeras que había sido culpa mía, que me juzgaras.
Me estrecha entre sus brazos con más fuerza y luego se separa para mirarme a los ojos.
- Yo jamás hubiese hecho eso, porque no fue culpa tuya. Podría haberte ayudado. Para mí ha sido muy duro tener que adivinar cómo te sentías a través de tus gestos, tu postura, el brillo de tus ojos... Estabas triste, decaída, y tú hermana y yo nos sentíamos impotentes.
- Lo sé mamá, lo siento mucho, de verdad.
Me da un beso en la mejilla y luego me sonríe.
- Ya verás que contenta se va a poner Marina cuando te oiga hablar.
- A ver si no se cae, como tú.- digo sacándole la lengua, para intentar animar un poco el ambiente.
- Espero que no.- dice riendo.
Me gustaría contarle a mi madre lo importante que ha sido Natalia para mí desde que la conocí, así que eso hago.
- ¿Sabes mamá? Probablemente no estaría hablando ahora mismo si no fuera por Natalia. Ella me ha ayudado muchísimo.
- ¡Ahh! Natalia... Marina me ha hablado de ella.- una sonrisa pícara asoma en sus labios.- Invítala a comer algún día, quiero conocer a mi futura nuera.
Voy a matar a Marina.
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Pues aquí acaba el capítulo. Sé que la historia va lenta, a mí me gusta que sea así, puesto que me ha pasado que, como lectora, una vez ya se besan como que pierdo un poco el interés... No sé si os pasa😅.
Si queréis hacerme alguna pregunta sobre la historia (o bueno, sobre lo que queráis), adelante.
¡Gracias por leer y hasta el próximo capítulo!
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Your Voice~Albalia
RomanceAlba se dispone a terminar la ESO en un nuevo instituto. Con un poco de suerte la dejarán tranquila. Natalia lleva en el mismo instituto toda la vida. Todos la respetan. Bueno, todos menos María. Todas muy distintas, pero perseguidas por los fantasm...