POV Alba
Si dijera que no estoy nerviosa mentiría. Hoy es mi primer día de clase en un instituto donde nadie me conoce. Aunque eso no es lo que me preocupa, es precisamente por esa razón por la que he decidido cambiarme de centro. En el anterior... Bueno, prefiero no pensar en ello.
Estos pensamientos cruzan mi mente mientras me quedo embobada mirando el armario. Como siempre. Así que salgo de mi monólogo interior y cojo una camiseta corta y un pantalón tejano, nada del otro mundo.
Mi madre está desayunando en la cocina, así que me sirvo un vaso de zumo de naranja y algunas galletas y me siento con ella para desayunar juntas.
Levanta la mirada del periódico y clava sus ojos en los míos.
-¿Has dormido bien?- Me pregunta.
Asiento enérgicamente con la cabeza y seguimos comiendo, no sin antes percibir su decepción. Sé lo que espera, pero no estoy preparada.
Cuando terminamos, cogemos el coche y mi madre me lleva hasta el instituto.
Al llegar, y antes de que pueda abrir la puerta, mi madre entrelaza sus dedos con los míos y me dice:
- Que vaya muy bien, cariño.
Le sonrío, le doy un beso, y salgo del coche.
Al entrar en mi clase, noto algunas miradas sobre mí e intento ignorarlas, pasar desapercibida, así que camino con la vista clavada al frente y me siento en una mesa cualquiera, al fondo de la clase.
Al poco rato, una chica alta entra por la puerta. Tiene una melena morena que le llega por la altura de los hombros, algún tatuaje y un séptum en la nariz. Cuando se acerca a mi mesa compruebo que tiene unos ojos oscuros y brillantes. Es guapa.
-Estás en mi sitio- Me dice.
Yo, que no quiero problemas, cojo mi mochila y me siento dos mesas más a la derecha. Sin embargo, ella no parece satisfecha.
- Eres nueva, ¿verdad? ¿No piensas presentarte?- Me pregunta.
Si pudiera, igual tampoco me hubiese presentado, pero llevaba sin usar mi voz desde aquél día.
- ¿Qué pasa? ¿Te ha comido la lengua el gato?- Insiste, posando sus manos sobre la mesa. Su tono no es precisamente tranquilizante.
Estoy en un apuro, se está cabreando y no quiero problemas ya el primer día.
De repente, una chica de melena rubia y con varios tatuajes en los brazos aparece detrás suyo.
- Déjala ya, Lacunza. Si no te lo quiere decir igual es porque piensa que le habla una mierda con ojos.
La morena se gira y le lanza una mirada furibunda.
- Métete en tus asuntos, Villar.- Le suelta con desprecio.
Luego, vuelve a posar sus ojos sobre los míos. Me intimida, la verdad.
- Esto no ha quedado aquí, rubita.
Acto seguido, se va a la mesa donde estaba sentada inicialmente.
La rubia ocupa la anterior posición de la morena frente a mi pupitre y me sonríe.
- Hola, soy María y la mierda con ojos que te estaba molestando es Natalia. No conviene que la cabrees, la verdad, pero tranquila, si vas conmigo no te dirá nada. Por cierto ¿Cómo te llamas?
Le devuelvo la sonrisa y acto seguido saco una hoja de papel y un bolígrafo de mi mochila. En él escribo: Alba Reche. Y se lo doy.
Ella, intrigada, lee el papel.
-¿Con que Alba, eh? Bueno, pues encantada, Alba. No sé porque tanto secretismo si tienes un nombre muy guay: Alba Reche.- Repite, expandiendo las manos horizontalmente en el aire como si estuviera imaginando un letrero.
Mi sonrisa se acentúa. Me cae bien, espero que no me deje de lado cuando se dé cuenta de que no hablo con nadie.
De repente el tutor entra en clase y todo el mundo se sienta.
El que va a ser mi tutor durante este curso es un hombre no muy alto, moreno, con mucho pelo y un pendiente en la oreja.
- Hola a todos, soy Manu Guix, vuestro tutor de este año. Antes de empezar, quiero dar la bienvenida a nuestra nueva alumna. ¿Puedes presentarte, por favor?
Esto último lo dice dirigiéndose a mi. Toda la clase se gira y me mira expectante. La morena de ojos oscuros también.
Vale, tengo un problema y me estoy poniendo cada vez más nerviosa.
¿Qué hago?______________________________________
¡Hola! Este es mi primer fanfic. No sé ni siquiera si alguien va a leerlo, pero si se diera el caso, me gustaría que me dijera que le parece... Eso es todo😀
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Your Voice~Albalia
RomanceAlba se dispone a terminar la ESO en un nuevo instituto. Con un poco de suerte la dejarán tranquila. Natalia lleva en el mismo instituto toda la vida. Todos la respetan. Bueno, todos menos María. Todas muy distintas, pero perseguidas por los fantasm...