Capítulo 23

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POV Natalia
Desde que desperté todo había transcurrido muy deprisa. Alba fue a avisar a algún médico y luego a mi familia y amigos.

Ver las caras de alegría de todos y cada uno de ellos me hizo sentir afortunada. Comparto mi vida con personas geniales que me quieren, no puedo pedir nada más.

Bueno, o tal vez sí, pero ese ya es otro tema que tiene que ver con cierta rubia.

Tuve que permanecer algunos días más en el hospital para que me hicieran algunas pruebas, pero una vez vieron que estaba perfectamente, me dejaron irme a casa.

Eso fue ayer. Hoy, último día del año, me encuentro con mi hermana y mi madre esperando a nuestras invitadas.

Tal vez esperando no sea la palabra adecuada. Eso sería si estuviéramos de brazos cruzados mirando la puerta, pero Elena y yo estamos ayudando a mi madre en la cocina para preparar la cena de Nochevieja.

O al menos eso intentábamos hasta que la cosa se ha empezado a desmadrar.

- Elena, espero que te comportes y te guardes según que comentarios. Bastante has hecho ya.- acompaño mi advertencia soplándole un poco de la harina que estamos usando para el postre en la cara.

Ella abre los ojos, indignada.

- ¡Oye! Ni que fuera mi culpa que tardéis tanto en comeros la boca.- dice para luego tirarme un puñado de azúcar.

- ¡Desgraciada!- exclamo.

- A ver, chicas, calmaros un poco anda.- interviene mi madre.

Callamos, pero seguimos dirigiéndonos miradas asesinas.

El silencio no dura mucho.

- Entonces, según tú, ¿qué cosas no puedo decir?- pregunta Elena.

- ¿Ahora necesitas que te ponga ejemplos? Chica, te consideraba más avispada.- respondo con una pullita.

- Vale, vale. Ya veremos qué pasa.

- No me gusta como ha sonado eso, renacuaja. Lo digo muy en serio. No te metas entre Alba y yo.

- Bueno, siento la intrusión, pero creo que más no puede meterse.

- ¡Mamá!- bufo exasperada mientras Elena se ríe.

Me está poniendo de los nervios, así que le meto una cucharada de masa en la boca.

- Ale, a ver si ahora te callas un ra- no me deja acabar porque me tira la masa del bol por encima.

- Vale, ¡suficiente!- grita mi madre. ¡Elena, ya puedes ir limpiando este estropicio! ¡Natalia, tú a la ducha! Y ten en cuenta que todo lo que manches por el camino, lo vas a tener que lavar. Venga, ¡espabilando!

No nos atrevemos a rechistar y obedecemos.

Maldita Elena, tengo masa hasta debajo de las pestañas. Va a ser difícil ir hasta la ducha sin dejar un reguero de esa misma masa por toda la casa.

Después de media hora en la ducha y otra media hora limpiando, por fin me permito sentarme un rato en el sofá en el que ya se encuentra mi hermana. Pero justo en la otra punta.

- ¿Qué hacéis ahí paradas?- sale de golpe mi madre de la cocina- ¡Vestiros! Deben estar a punto de llegar.

- Sí mamá.- decimos a la vez para luego saltar del sofá como un resorte e ir corriendo cada una a su habitación.

Cuando suena el timbre, yo ya me he maquillado y vestido con un mono granate de terciopelo sin tirantes que va cogido al cuello.

Mi madre recibe a Alba, su hermana y su madre.

Las dos progenitoras empiezan a entablar una conversación basada en el agradecimiento por la invitación por un lado y por el apoyo de Alba durante todo este tiempo por el otro.

Hablando de Alba... ¡Uff! Está espectacular. Lleva una camiseta ajustada al cuerpo tipo Versace y una falda negra corta.

Se acerca a mí con una sonrisa.

- Estás muy guapa- decimos a la vez provocando una carcajada por parte de ambas.

Elena sale de su cuarto también, ya vestida.

- Hombreee Marina, ¿qué tal?

- Bien Elena, ahora hacía días que no nos veíamos.- contesta la aludida.

Tanto Alba como yo nos quedamos mirando a nuestras hermanas con la boca abierta.

-¿O-os conocéis?- pregunta la rubia por las dos.

- Emm, esto... Noo. Bueno si, nos hemos visto alguna vez para... Ya sabéis, hablar de... cosas. ¡Eso es! Cosas de la vida.- intentan explicar atropelladamente entre la una y la otra.

- Hemos traído un pastel.- dice la madre de Alba, también conocida como La Rafi, cambiando de tema.

- Muchas gracias, no era necesario, de verd- intenta decir mi madre, pero Elena la interrumpe.

- Pues menos mal Rafi, porque entre Natalia y yo nos hemos cargado el postre y no teníamos nada preparado.

- ¡Elena!- la repriende mi madre escandalizada.

Al final acabamos todas riendo. Esta Elena tiene unas cosas...

La cena transcurre sin ningún incidente y, mientras esperamos a que sean las doce para tomar las uvas, salgo a la terraza.

Al cabo de un rato, también sale Alba y se sienta a mi lado tapándonos a ambas con una manta.

- Ibas a coger frío.- comenta mientras apoya la cabeza en mi hombro.

- Gracias.- digo de corazón.

Nos quedamos en silencio, contemplando el cielo.

Una idea cruza por mi mente, y, antes de que Alba pueda preguntar, entro  rápidamente en la casa para después volver junto a ella con mi guitarra.

- Me prometiste que cantaríamos "Ventanas de avión" juntas.- respondo a su mirada interrogativa.

- Tienes razón, y yo siempre cumplo mis promesas.

Su sonrisa podría iluminar toda la ciudad.

- Pero...- la duda tiñe su rostro.- No me sé la letra, Nat.

- Lo sé, pero la tengo apuntada en mi cuaderno, puedes leerla de ahí.- la tranquilizo.

Dejo que se la lea un par de veces, escuchando como comenta cosas tipo: ¡Pero qué bien escribes, por dios! O bien: ¿Pero tú hay algo que no sepas hacer?
A lo que yo respondo con mi risa.

Luego, la canto una vez, yo sola, y, a la segunda, se añade Alba, creando una segunda voz.

Me gustaría que este momento durara siempre.

Ella, yo. Su voz, la mía. Su mirada, mis latidos. Todo perfectamente sincronizado.

Al terminar, nos abrazamos con fuerza, como si con ese abrazo quisiéramos transmitirnos todo lo que sentimos en este momento.

- ¿Qué ha sido lo mejor para ti de este año, Nat?.- me pregunta al separarse del abrazo.

La pregunta me pilla por sorpresa, pero contesto de inmediato:

- Conocerte.- confieso sin ningún atisbo de duda clavando mis ojos en los suyos.- ¿Y para ti?- pregunto de vuelta.

Podría atravesar paredes con la intensidad de sus ojos ahora mismo.

- Esto.- responde antes de posar sus labios sobre los míos.

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Bueno, bueno...

Por favor, ¡no me matéis! Sé que he estado desaparecida... Lo siento.

Si aún queda alguien leyendo al otro lado... Gracias.

¡Hasta el próximo cap!

Your Voice~AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora